Eh muerto, pero, abri mis ojos, y me eh convertido en una princesa.
Eh reencarnado en Meredith Hockey, la hija maldita de el duque, a la cual NUNCA le prestó atención. Cuando por fin, en la novela, parecía todo ir por el lado correcto, Meredith muere, no solo una vez, también en los 27 especiales que contiene la novela.
Quiero sobrevivir, pero no quiero desperdiciar mi corto lapso de vida en un plan que salve mi pellejo, si moriré, al menos, está vez, disfrutaré mi vida para irme sin arrepentimientos, ¡Esta Vez No Temo A La Muerte!
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Capítulo 16
Al otro día Aryed parecía un fantasma. Las ojeras cubrían gran parte de sus ojos, volviéndose la burla en todo el campo, pero, se sentía bien al saber que lo trataban igual que a todos, no como un monstruo solo por no saber utilizar bien su magia.
De repente, todos se pusieron en guardia a un punto en específico, el camino que llevaba al castillo de la princesa Meredith. Se escuchaba una respiración agitada y el sonido continuó de sus pasos contra las hojas secas que estaban en el suelo, si intentaba atacarlos su plan estaba fallando, su presencia estaba al descubierto.
Agarrando el mango de la espada, y mucha tensión en el campo, unos cabellos azabaches rizados y mal peinados fueron movidos por el viento, sus ojos rosas que desbordaban alegría se encontraron con los de Aryed, Dándole una sincera sonrisa, ella recordaba la promesa que le hizo cuando estaba "dormida". Aunque quería agradecerle por ayudarla, no sabría como expresarlo.
- ¡Aedus!, ¡Ya estoy despierta!- Los brazos de la princesa se estiraron hasta donde pudieron, seguían siendo cortos, y de eso ella era consciente, pero necesitaría ayuda si quería seguir avanzando, en otras formas le dijo "cargame". Corrió tan rápido que ya no sentía sus piernas.
- Prin- ¡Princesa!- Todos a su alrededor gritaron de alegría, haciendo que la pequeñas palmas de Meredith se dirigieran a sus orejas, era ruidoso, pero desbordaba de alegría, eso la hacía feliz. - Estábamos tan preocupados por usted, ¿ya está bien?- Las lágrimas se deslizaban por las mejillas de todos, realmente estaban felices por ver a la princesa Meredith despierta. Pero, un pequeño frío les hizo erisar la piel.
- Princesa- La voz de Odela se escuchaba más dulce de lo normal, tanto que hizo temblar levemente a Meredith. Apenas había abierto sus ojos, ya quería ver al joven de cabellos castaños, quería agradecerle, pero no tenía las palabras. Y, ahora, por cobarde, se ganaría un sermón de Odela - No debería de salir en pijama- Meredith miro sus fachas, era cierto lo que decía Odela, seguía con su pijama blanca con un lazo rosa en su cintura, ¿Se avergonzaba?, si, quizás la tierra podría abrirse y tragarse la. Pero, fue al contrario, todos miraron a la princesa Meredith con ternura, 'Apenas despertó, ¿y ya nos quería ver?' Sus llantos se hicieron más fuertes al pensar en esas palabras, si lo creían, y sus corazones estaban llenos de felicidad.
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Después de un largo baño de burbujas, Meredith ya estaba lista, traia un vestido amarillo pastel, en su opinión, no combinaba en nada con sus ojos, pero, prefería no llevarle la contraria a Odela.
Sus ojos estaba llenos de curiosidad al ver el buen manejo de la espada de el joven duque. Era realmente increíble como movía esa espada tan ligeramente, como si escribiese, rápida y elegantemente.
'¿Y si lo intento?' Pensó.
Bien era consciente que no le permitirían tomar una espada de madera, y que sus manos no aguantarán el peso de esta. Su mirada se enfocó en una rama seca, la cual tomó en sus manitas y la empezó a empuñar, llamando la atención de todos.
- Princesa, ¿qué está haciendo?- Pregunto Aedus, ¿Los estaba imitando?, si, su respuesta era correcta, pero no exactamente a ellos.
- Meredith quiere que su cuerpo sea fuerte, nos quiere ser débil- Detuvo el movimiento que estaba haciendo con la rama, y giró su rostro hacia Aedus - Tambien quiero aprender a usar una espada- Una pequeña inocencia estaba en sus ojos, ¿estaba realmente segura de hacerlo?.
- Princesa, ¿qué está diciendo?- Odela parecía conmocionada, no quería que la princesa Meredith pusiese sus manos en una sucia espada, eso jamás. - ¿Sabe cuánto cuesta empuñar una espada de madera?- Meredith veía los ojos de Odela, aunque quisiese negarlo, había preocupación en ellos.
- Meredith cree, que si aprende a manejar una espada, no será débil- Las palabras de la princesa Meredith eran tan inocentes, que hicieron que Odela pensara seriamente la respuesta.
- ¿Esta segura princesa?- Odela no se opondría, podría ser de gran ayuda en el físico de la princesa Meredith, de eso no dudo, pero, ¿Y si se ponía en peligro?, no eso no pasaría, no mientras ella esté con Meredith.
- ¡Si!- Odela le dio una sonrisa cálida como asentimiento, Meredith aprendería a defenderse sola.
A Aryed no le agradó de el todo la idea, pero ver aquella mirada de inocencia que Meredith tenia, lo hizo pensar dos veces. Si el no estaba con ella para protegerla, ella se protegería a si misma, eso sería bueno.
Después de convencer a Odela, seguía el capitán, el cual rechazó la petición de Meredith. Pero, al saber sus inocentes deseos, acepto, sabía que eso no sería fácil. El día siguiente sería su primer día de entrenamiento, la emoción la invadía, estaba emocionada.
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'Ya quiero que sea mañana'.