La Obsesión Del Mafioso (Imperio Lombardi—II)

MOLLY

¡¡Es un pervertido!! ¡¡Cómo me voy meter semenjante cosa a la boca!! me gustaría complacerlo pero como se supone que deba hacerlo, mi abuela me daría unas buenas nalgadas por tener estos pensamientos tan pecaminosos, en fin, que se sentirá tenerlo en la .... se sentirá igual de bien que tenerlo por dentro, lo consideraré.

—Molly te estoy diciendo que ya llegamos— Me dijo Remi en mi oído y me sonrojé

—Si, claro.... Mi temperatura incremento en segundos.

—Te quieres bajar de encima mío— Volvió a repetir y asentí con la cabeza, me bajé rápidamente de sus piernas, salió del auto y me ayudó a bajar.

—¡¡Molly, ven tengo muchas cosas que contarte!! — Exclamó Emily muy emocionada agarrada del brazo del hombre desconocido de la barra.

—Em, déjala..

—Dije Molly, no usted mi querida bestia— Emily se acercó y me halo del brazo haciéndome caminar con ella, volteó a ver a Remi y le doy un guiño antes de desaparecer por las puertas con Em.

—Como te ha tratado estos días ese estúpido— Inquirió

—Bueno.. pues se podría decir que bien.— Estrechó los ojos y ladeo la cabeza.

—No mientas Molly.

—Sé a lo que te refieres, ya me estoy acostumbrando a su tamaño si eso es lo que quieres saber— Decir esto frente a esta mujer me da un poco de vergüenza, Emily soltó una carcajada muy característica de ella.

—Tienes toda la razón Moll, las dos primeras veces son algo fuertes, pero bueno si tienes sexo seguido es obvio que te acostumbras— Dijo todo de corrido sin respirar

—Exactamente,— Murmuró.

— Por cierto, ya me enteré de lo de Alison, esa perra se lo tenía bien merecido— Entramos a una sala llena de hombres, bueno excepto por la señora Maritza.

—¡Pequeño bastardo!!— Grito eufórica Maritza al ver a Remi.

—Madre— Contestó tan simple y le dio un beso en la frente.

—Molly, pequeña princesa ven siéntate aquí, que ninguno de estos hijos de puta que están aquí se atreva a intimidarte— Amenazó mirando a cada uno de los hombres.

—Buenas noches señores y... señoras— Entró un hombre alto delgado a simple.vista parecía árabe o musulmán que sé yo, todos se veían con cara de pocos amigos, cuándo el sujeto se sentó, lo primero que hizo fue sacar dos armas y ponerlas encima de la mesa

— Pero que desconfianza Ezzat, aquí nadie te ha hecho nada— Espetó Remi sentándose a mi lado y cogiendo mi muslo.

—Siempre debo venir preparado ante los enemigos— Dijo el hombre con el ceño fruncido.

—Que fue lo que pasó con la mercancía— Inquirió Maximiliano el padre de Remi

— Eso mismo quiero saber yo, ustedes me dieron su palabra y hasta el día de hoy no ha llegado.

— Ezzat, mala respuesta.... Remi se levantó y camino hasta él parándose a su lado.... Nosotros somos el Imperio más grande, abarcando Europa con Emily, América con mis padres , Maxi con los chinos y yo en todo Inglaterra y los árabes..... posó una mano en el hombro y note que lo apretó fuerte por la mueca que hizo Ezzat..... Quienes son tus aliados, puede que te salves hoy

—Como si eso fuera cierto apenas nombre a alguno me volarán la cabe,za.

— Que buena reputación tenemos familia— Espetó Vito burlón

—Son los mexicanos o me equivoco— Soltó la señora Maritza fumando de su cigarrillo.

— Nunca perdonaron.lo que hiciste a esa chica— Dijo un hombre que hasta ahora no me había fijado que estaba.

— A Irina— Dijo con una mueca

— Ella es mi esposa— Dijo Ezzat con los dientes apretados

— La deje con.vida, debería agradecér, porque si no hubiera pasado lo que pasó, ni sus huesos existirían ahora— La señora Maritza se veía dolida y mirando a Emily que sólo movió la cabeza un poco negando.

— Buenas noches, empezaron la reunión sin mí — Entró por la puerta una mujer de unos 25 años, castaña de ojos marrones y cuerpo precioso, labios carnosos y mirada asesina bueno, al menos la que me dio a mí.

—Se juntaron tus chicas Remi— Se burló el hombre desconocido que aún no sé su nombre, y que está sosteniendo a Emily por la cintura. Quizás sea su esposo y el padre de Sam.

— Yo no soy una de sus tantas perras, ¿Verdad cariño? — Le dio un beso en los labios a Remi y deje de respirar, quería salir corriendo de ahí, pero no les iba a dar el gusto de verme mal, puse mi mejor cara de me importa una mierda, todos me volvieron a ver y sonreí.

— Nos estamos desviando de lo importante— Dijo Remi taladrandome con la mirada pero lo ignore por completo, aún sentía sus ojos clavados en mi reacción.

— Hermosa Molly, quieres beber un trago después de toda esta mierda— Me susurró Vito en el oído, gire mi cabeza para verlo a la cara y quedamos muy pegados, si yo me movía o él nuestros labios se unirían.

—Por supuesto que si — Dije sin apartar la vista de sus labios, que por alguna razón, sentí el impulso de besar, no sé si era para darle celos a Remi o de verdad lo quería.

—Está... Sus palabras quedaron en el aire porque Remi lo halo del cuello y lo lanzó al suelo.

—La historia se va a repetir— Inquirió Emily con el ceño fruncido.

— Mejor yo me voy para que ustedes puedan hablar de sus negocios — Me levanté de la silla frente a la mirada de todos y camine hasta la puerta, una mano me detuvo me giró y es la mujer castaña.

—Por fin te conozco Molly, creí que todo era una estúpida obsesión que pasaría con el tiempo pero ya veo que no — Soltó con rabia

— Molly, tu te quedas conmigo— Ordenó Remi

— Tienes mejor compañía que la mía, nos vemos despues— Me solté del agarré de la mujer que no tengo ni puta idea de quién es, salí por el pasillo y baje a la barra, me quedé ahí hasta que Vito se acercó hacerme compañía.

—Preciosa— Inquirió Vito y sonreí

—Hey, ya acabaron de hablar.

—Todavía están hablando de unos puntos— Dijo y se sentó a mi lado

—Y tu no deberías estar con ellos

— No, yo solo me ocupo de las rutas y de todo el distema

— Ah, ok.... Vito quien es esa mujer— me gire para verlo a los ojos.

—Es Ginger, salieron por un tiempo— Se encogió de hombros, asentí con la cabeza y me dije a mí misma que lo mejor era hacerme a un lado, ¿Dejárselo a otra? o simplemente no puedes pelear por algo que nunca fue tuyo y nunca lo será.