Nerea, luego de terminar con una relación por más de diez años, se ve en la obligación de buscar otro prometido antes de que su familia se entere que ya no se va a casar.
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capítulo 17
Nuestras prendas estaban esparcidas por toda la sala, Dylan ni bien entramos me apoyo contra la pared y allí empezó a desvestirme. Al quedar solo en ropa interior se alejó para observarme mientras se desabotonaba su camisa. No voy a negar que su mirada de depredador lograba ponerme muy nerviosa, pero al ver como pronto volvió a pegarse a mí con su torso desnudo, me subí encima de él nuevamente y deje que me cargará hasta la sala y allí me deposito suavemente en el sillón.
Sus labios demoraban los míos con insistencia, pronto sus manos empezaron a recorrer mi cuerpo y al sentir como con la punta de sus dedos comenzó a acariciar mi zona más sensible, no pude evitar interrumpir su beso para luego dejar salir un gran suspiro. Cerré mis ojos al sentir, como ese simple acto estaba logrando encender todo mi cuerpo y pronto su voz gruesa y profunda se escuchó.
— Dime... ¿Te gusta?
— Sí... no pares.
Abrí mis ojos y al ver como él me miraba. Baje mi mano a su entre pierna y apretando su hombría por encima de su pantalón lo escuché gruñir. Pronto pude sentir como los espasmos hacían temblar todo mi cuerpo y Dylan sin perder más tiempo se levantó de encima de mí para sacarse lo que aún le quedaba de ropa.
Su cuerpo era el de un dios griego, sus músculos estaban por todo su cuerpo, al tenerlo frente a mí completa desnudo, no pude evitar recorrer cada parte de él con mi mirada y levantándome del sillón, con mis manos comencé a tocarlo en silencio. Me acerqué más a su cuello y fui lamiendo suavemente, mientras bajaba por su pecho. Pronto llegué a su abdomen y levantando mi mirada vi como sus ojos estaban puestos en mí, Dylan estaba atento a cada movimiento que hacía. Tome si hombría en mis manos y masajeándola y sin perder contacto visual la metí en mi boca.
Dylan estaba excitado sus músculos estaban contraídos y al sentir el interior de mi boca pude escucharlo gruñir. Pronto sus manos bajaron a mi cabello e indicándome el ritmo comenzó a darme estocadas profundas.
Pronto la poca cordura que tenía se perdió y levantándome del piso, me coloco frente al sillón, y abrazándome por la espalda ingreso en mi interior.
De mi boca solo salían sonidos obscenos, el choque de nuestros cuerpos y sus gruñidos hacían eco por toda la sala.
Pronto sus manos se apoderaron de mis pechos y mientras las apretaba sus labios volvieron a besar mi cuello.
Estaba perdida, ese hombre era una bestia. No sabía como iba a terminar todo aquello, pero estaba completamente segura que nunca hacía sentido esta conexión. Sabía donde y como tocarme para hacerme perder la paciencia. Al ver que él era quien estaba llevando el ritmo de todo esto. Me aleje y cambiando de lugar lo arroje al sillón y me subí encima de él. Dylan sonrió por este acto, pero pronto su sonrisa desapareció, mordió sus labios al sentir como me movía encina de él. Tome su mano la lleve a mi boca y humedeciendo su dedo pulgar, lo lleve hasta mi zona más sensible nuevamente.
Mis ojos se cerraron y tiré mi cabeza hacia atrás al sentir la inmensa ola de placer. Pronto mis espasmos volvieron aparecer y Dylan atrayéndome a su cuerpo se aferró a mi cintura y dándome estocadas más profundas ambos llegamos al clímax.
Caí en su pecho rendida y con mi respiración agitada, al sentir como los latidos del corazón de Dylan también estaban acelerados dije.
– Vaya... eso estuvo intenso.
Dylan asintió y su mirada fue algo extraña, pero luego agregó.
– Lo siento... pero no sé, no pensé y... no nos cuidamos.
Miré su rostro y fue entonces cuando también recordé ese pequeño detalle. Tome asiento y separándome del el dije.
— Mañana compraré la píldora, tranquilo.
Al ver el silencio incómodo que se empezó a formar, empecé a caminar por la sala y tomando mis cosas vi como me miró y pronto pregunto.
— ¿Qué haces?
— Iré a bañarme, ya es tarde.
Vi como dudo por un instante en que decir, pero solo se quedó mirando desde el sillón y mientras me vestía tome el resto de mis cosas me acerqué a él y besando sus labios por última vez dije.
— Estuvo divertido, te veo mañana.
Dylan no dijo nada más, pero sus labios parecían no querer despegarse de los míos. Sin más me marche y cruzando el pasillo abrí la puerta de mi departamento e ingrese. Era la primera vez que hacía algo como eso, nunca había estado con alguien que apenas conocía, y mucho menos sin protección. No solo él había perdido la cabeza en ese momento, yo tampoco me di cuenta de ese gran detalle. Sin pensar más en ello, me dirigí al baño y luego de ducharme me acosté en mi cama para así descansar. Al día siguiente teníamos trabajo y no me podía desvelar.