Sé Mi Emperatriz, Comandante.

Farkas se sentía algo ansioso, aunque dijo que esperaría la respuesta de Tatiana, no puede evitar sentir inseguridad, pues teme que ella finalmente le diga que rechaza su propuesta. Al salir de su habitación, sale a caminar por los pasillos que dan al jardín trasero, pero para su sorpresa, puede ver a Tatiana hablando con Arthur y otros caballeros, aunque Farkas solo prestaba atención a Tatiana, ya que en ese momento ella llevaba puesto un lindo vestido y es que desde que la conoció solo la había visto usando los trajes de uniforme.

Farkas se quedó observando a la chica, hasta que ella termina su platica y Arthur le entrega una carpeta, así que se despide de ellos para regresar hacía la mansión.

Al ver esto, Farkas va hacía ella, y después de que Tatiana hace una reverencia ante él, Farkas sostiene su mano para darle un beso en el dorso.

— luces encantadora, mi pequeña ninfa.— sonríe ladino.

— ¿si?, yo creo que me veo como siempre.— se cruza de brazos.

— tal parece que es difícil hacerla sonrojar con un halago.— agacha la cabeza decepcionado.

Tatiana al ver su reacción, le jala del cuello de su ropa para que se incline y le da un beso en la mejilla.

— gracias por su cumplido, majestad.— guiño.

Tras decir esto, se aparta del emperador para seguir su camino, mientras que Farkas se queda pasmado por lo que acaba de pasar.

No muy lejos de él, Lila y Bjorn observan lo sucedido.

— cincuenta monedas de oro a que su majestad ya cayó por completo ante esa chica.— menciona Bjorn.

— no apostare, es seguro que ganas.— le responde Lila.

Y ambos ríen, pues el emperador aseguró que solo pensaba casarse con una hija de la ninfa celestial debido a su linaje, pero ahora, al parecer su emperador esta locamente enamorado.

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Tras un largo día para Tatiana, revisando papeleo acumulado, se da un descanso para la cena en compañía de su padre y sus invitados. Al salir de comedor, el conde le pide a su hija ir a la sala para hablar, mientras que Farkas y sus dos aliados se retiran.

— he notado que eres cercana a su majestad. Dime, ¿has pensando sobre su propuesta?—

— nunca tuve intenciones de tener el estatus más alto y eso lleva demasiadas responsabilidades. Padre, sabes que me gusta lo que he logrado en este lugar.— responde con sinceridad.

— lo sé, pero no puedes dejarlo esperando, en especial si es una respuesta negativa. Su majestad no parece mal hombre y creo que lo ha demostrado al no ser como el príncipe Ezra.— siempre supo que ese príncipe no merecía a su hija.

— eso lo tengo claro, pero es difícil tomar una decisión...aunque no niego que me agrada.— porque si no, no lo dejaría besarla.

— aquí has logrado mucho, tal vez es momento de enfocarte en nuevas metas, ser emperatriz también es un reto y seguramente en Tyrhan también necesitan de ti.— muestra una amable sonrisa.

— si lo dices de esa forma...pero, si me voy, estarás solo, nisiquiera has sido capaz de casarte y quieres que me casé.— se burla.

— ya me he casado una vez.— se encoge de hombros.— además no estoy solo, tengo mi propio ejército y ellos son como mis hijos y hermanos, se que tu ves de esa forma a tu legión.— responde.

— es así como padre me enseñó, que todos son mi familia. — se pone de pie.— creo que ya es hora de dar mi respuesta. Descansa padre.

Tatiana hace una reverencia y se retira de la sala. Mientras camina piensa un poco, quizás su padre tiene razón, lo que ella quería lograr en Kazaj ya lo hizo, la guerra se acabo y la paz ha perdurado, además de que logró un título alto en el ejército, siendo el propio emperador de Kazaj quien se lo entrego, siendo eso un gran honor para cualquier guerrero, además ha sido aceptada y es conocida por todo el imperio. Detiene sus pasos frente a una puerta y tras un largo suspiro, toca la puerta dos veces.

La puerta se abre, siendo Farkas el que esta en la habitación y sonríe al verla, era una visita sorpresa para él. Pero, sale de la habitación pues si le permite pasar, se podría malinterpretar y le gustaría que Tatiana tuviera mala fama en el condado.

— lo haré, iré a Tyrhan como su prometida.— responde con sinceridad.

Farkas estaba sorprendido por lo que escuchaba, pues hace días se venía preparando para una respuesta negativa, ya que Tatiana parecía estar a gusto en ese lugar y él no la obligaría a ir a donde ella no quiere.

—¿lo dice en serio?, con eso no se bromea mi pequeña ninfa.— responde confundido.

— no bromeo, pero, mi legión se va conmigo, se que sin humanos, pero no dejaré a quienes me han acompañado en cada paso que doy.— asegura con firmeza.

— po-porsupuesto...irán todos los que quieran.—

Emocionado, abraza a la rubia y la levanta para girar con ella, aprovechando para plantarle un beso, Tatiana no esperaba esa reacción del emperador, pero el beso lo corresponde abrazando su cuello.

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Al día siguiente, Tatiana le hace saber a su padre su decisión y también a toda su legión, por supuesto, ella les da opción de quedarse al servicio del condado o ir con ella. Aunque fue una sorpresa para ellos, esa decisión de marcharse a un lugar desconocido era difícil, pero después de dos días, algunos optaron por no ir, ya que no quieren arriesgarse a ir a un lugar desconocido para ellos, pero no era solo eso, para ellos era mejor quedarse en el condado con su familia, sus padres o su esposa e hijos, Tatiana por supuesto acepta su decisión y saben que ellos seguirán bajo el servicio del conde. Otros, optan por ir, la mayoría era hombres jóvenes que aun no se han casado o apenas están comprometidos.

Por supuesto, Tatiana necesita dejar algunos asuntos en orden, por lo que se marcharía en un mes, por lo tanto, Farkas se irá primero para preparar todo en espera de su llegada. Lila es quien se va con él y Bjorn se queda para ser quien los guíe en su viaje.

— mi pequeña ninfa, estaré esperando ansioso.— le da un beso en el dorso de la mano.

— un mes pasa rápido, tengan un buen viaje.— hace una reverencia.

Lila y Farkas suben a sus caballos y se marchan, mientras que Tatiana, se pondrá a trabajar, debe tener todo listo antes de irse.

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Farkas había llegado a Tyrhan, pero, fue una sorpresa para los ministros y nobles verlo llegar solo, además de que Bjorn, su más leal asistente, no estaba con él, quienes se oponían a que fuera por aquella ninfa, se hacían la idea de que Bjorn quizás murió durante la batalla contra aquel demonio que enviaron, y que era posible que incluso esa mujer no haya sobrevivido. Los días pasaban, Farkas se ponía al tanto de todo en el palacio, acudía a reuniones y supervisaba todo, fue después de un pequeño tiempo, que los ministros se atrevieron a preguntar sobre la elección de una emperatriz, porque ya ha sido mucho tiempo de tener ese puesto vacío.

— majestad, tenemos una lista de candidatas, hijas nobles y de buen estatus.— menciona el primer ministro.

— no es necesario, pero esa lista puede servir para candidatas para otros nobles, escuche que varios buscan esposas para sus hijos y nietos.— responde con tranquilidad.

— p-pero majestad, el puesto de emperatriz es importante...—

— lo sé, ella llegará pronto, en cuanto llegue se hará una gran fiesta de presentación.—

Los ministros se miran antre si ante las palabras del emperador.

— ¡oh!, cierto, no les dije. Bjorn vendrá con mi prometida a final de mes.— mira fijamente al primer ministro.

Farkas puede ver la cara de sorpresa, pero rápidamente pasa a disgusto, porque seguramente la hija de ese ministro estaba en la lista de candidatas.

— pero majestad, esa mujer no es del imperio, incluso podría ser humana, su madre abandono su país por irse con un humano, ¿que clase de ejemplo será?— reclama.

— uno bueno, porque, cuando toma una decisión no deja que nadie influya en ella, eso es bueno, significa que no la tendrán bajo su control, contrario a esas candidatas que se han elegido.— sonríe de manera burlona.

Los ministros en ese momento sintieron cierto nerviosismo, porque, era obvió que ellos quieren elegir a una emperatriz que puedan tener bajo su dominio. Ahora, ya que esa mujer llegará pronto, deben planear su siguiente paso.

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