James Jones, J.J es un hombre guapo, orgulloso y sexy, hijo único de la famila más rica y poderosa de la ciudad. Acostumbrado a tenerlo todo al precio que sea.
Casandra Howell una joven sencilla, tímida, y solitaria, enamorada desde niña en secreto del joven Jones quien era diez años mayor que ella. Pero Casandra creció con problemas de autoestima debido a que de niña fue obesa, y su hermana mayor Monique en cambio si era una auténtica belleza.
El destino de Casandra pondrá su voluntad a prueba cuando, un día se despierta en la habitación de un hospital y le informan que fue drogada y abusada sexualmente.
Alguien le había robado su virginidad y su inocencia. Y ella no recordaba nada.
Cómo pudo ese encuentro de una noche cambiarlo todo?.
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Capitulo XVII.
Ya era hora de poner fin a aquella farsa, antes de que dijera, o hiciera, algo tan increíblemente imprudente que jamás pudiera recuperase de sus consecuencias.
El efecto casi eléctrico que le había provocado James Jones desde el momento en que lo tuvo en frente, la estaba haciendo decir y hacer cosas que nada tenían que ver con el controlado comportamiento del que siempre estuvo orgullosa. Cosas tan opuestas a su carácter, que la gente que la conocía de toda la vida apenas la habrían reconocido. James pensaba que ella le había puesto una trampa descaradamente para conseguir sus propósitos. No podía saber que Casandra no se acordaba de nada, porqué no había querido escucharla. Pero ahora estaba convencida de que tenía que escapar antes de que uno de los dos explotará, porque, quien fuera que fuese, ella era la única que resultaría herida al final.
Si James insistía en destruir su vida, ella no podría hacer nada para impedírselo, era un hombre poderoso, acostumbrado a salirse con la suya.
_ Haz lo que quieras James, pero quiero irme ahora mismo de aquí. No entiendo a qué venía está estúpida idea de la luna miel, cuando los dos sabemos que esto es una farsa.
_ Tú no vas a ninguna parte, Casandra Howell_ repuso él con dureza_ Solo pensé que necesitabas descansar antes de llegar a Snowfiel, te veías enferma y pálida, y no soporto tener que presentar a mi esposa en un estado tan deplorable como te encontrabas.
_ Eres un cerdo arrogante_ dijo furiosa.
_ No hagas eso_ exclamó él_ levantando la mano para acariciarle la mejilla_ O tendré que besarte otra vez_ la miró desapasionado_ Hasta que me supliques que te deje quedarte.
Casandra retrocedió un paso, tropezando con una mesa, pero James la sujetó de la cintura con firmeza.
_ Estás muy seguro de tu capacidad de atracción física_ declaró la joven, negándose a reconocer el calor ardiente que corría por sus venas ante el mero contacto de su mano.
_ Posiblemente_ dijo él.
Aparentemente fascinado, James bajó la mirada a la boca de Casandra, y ella se ruborizó intensamente.
_ Confías lo suficiente en tu fuerza de voluntad Casandra?_ preguntó él.
"No", pensó la joven. Su cuerpo se negaba a obedecer a su cerebro y apartar la mano que en ese momento James deslizaba por su espalda, atrayéndola hacia sí. Se preguntó que diablos le estaba sucediendo. Una serie de salvajes sensaciones azotaban su cuerpo, deseos nunca soñados que le quemaban la piel llenándole por dentro de un ansia insoportable. Para ser precisas tenía que reconocer que todas esas sensaciones eran exquisitamente nuevas para ella. Tenía veinte años y el hombre que tenía al frente había sido su primer amante, lo irónico era que no recordaba nada de ese encuentro.
_ Déjame en paz_ dijo la joven aclarándose la garganta.
_ Será mejor que entres a tu habitación_ dijo él como si le hablara a una niña a quien castigaba.
_ Estás se broma? De verdad me piensas recluir en mi habitación como si yo fuera una cría malcriada_ dijo Casandra enojada.
James le sostuvo la mirada y asió el picaporte para abrirle la puerta y se echó a un lado para dejarla pasar.
_ Espero que en este tiempo a solas recapacites por tus acciones Casandra_ dijo en tono serio.
_ Idiota_ gritó Casandra furiosa cuando él cerró la puerta.
Casandra estaba sentada junto a la ventana de su habitación cuando James entró con una bandeja en la mano llena de comida.
_ No te enseñaron a tocar la puerta antes de entrar_ dijo ella en tono áspero.
_ Veo que no te ha cambiado el humor querida esposa, te traje el almuerzo, lo prepare especialmente para tí_ se burló él.
_ Quiero el divorcio_ dijo ella secamente.
_ Pero si apenas nos casamos ayer_ dijo James sonriendo. y salió de la habitación.
Casandra decidió tomar una ducha para relajarse hacia mucho calor y se moría de ganas de nadar en la piscina pero James la tenía recluida en su habítacion. La chica miró en su bolso y no estaba su ropa. Frunció el ceño y se dirigió al vestidor, abrió las puertas y estaba repleto de ropa desconocida. Se puso la toalla y salio de su habitación e ingreso en la de James, estaba vacía pero se escuchaba el agua de la regadera en la ducha, llamo a la puerta del baño pero no hubo respuesta, así que la abrió. James estaba en la ducha.
_ Donde está mi ropa?_ gritó ella para que él la escuchará por encima del ruido del agua.
El grifo de la ducha se cerró. James abrió las puertas de la mampara.
_ Me he deshecho de ella_ anunció poniéndose una toalla.
_ Porque? gritó ella.
_ Porque desde luego necesitas clases sobre cómo vestirte, tienes mucha ropa ahora, no tienes ni que ir de compras.
los ojos de Casandra se humedecieron por las lágrimas. Nunca se había sentido tan humillada. James le estaba diciendo que estaba horrible su ropa y que no sabía vestirse.
_ Como pudiste hacer tal cosa?_ dijo ella con los ojos lleno de lágrimas.
_ Pero si era una sorpresa... Un regalo. Cualquier mujer estaría encantada.
_ Eres un imbécil_ lloró Casandra arrojándose sobre la cama.
El colchón cedió al peso de James sentándose junto a ella.
_ Tienes un bello rostro y una exquisita y esbelta figura... pero te vistes muy mal_ explicó James respirando entrecortadamente.
Casandra se sintió humillada ante una mentira tan descarada. Sabía perfectamente que no era guapa, al menos no como las rubias despampanantes como a él le gustaba tener revoloteando a su alrededor.
_ No te comprendo..._ dijo él confundido.
_ Te odio... Entiendes eso? gritó Casandra.
Casandra se apartó de él se sentía tan dolida que hubiera deseado poder gritar de dolor.
_ Y pensar que me gustabas mucho antes de saber quiénes eras realmente_ gritó disgustada_ Dios que tonta he sido.
_ Pero no has conseguido lo que querías de mi_ inquirió James irritado_ Tienes mi apoyo financiero durante nuestro matrimonio.
_ Yo no soy un objeto James, no me puedes comprar con dinero_ dijo ella dolida.
_ Entonces porqué te empeñaste en seducirme Casandra, acaso no era ésto lo que deseabas_ dijo él furioso.
_ No pienso volver a explicarte lo mismo_ dijo ella y salió de la habitación.