Mi Falso Prometido.

En la noche...

Luego de salir de mi trabajo me dirigí hacia el departamento de Sarah para poder alistarme para la cena. Dylan había quedado en pasarme a buscar a las ocho, así que intenten apresurarme, ya que la hora se acercaba.

Estaba terminando de cambiarme cuando escuche el timbre y Sarah decido abrir. Salí de la habitación ya casi lista y al ver la cara de Sarah dije.

— Ya casi estoy...

Veo como Dylan también se acerca y con una sonrisa dice.

— Tranquila, aquí te espero.

Veo como mi amiga se come a Dylan con la mirada y poniendo mis ojos en blanco solo camino nuevamente hacia el baño para terminar de maquillarme, pronto Sarah me sigue y susurrando dice.

— Nena es más guapo que en las fotos.

— ¿Sí? No lo había notado, él no es mi tipo.

— Nerea ese hombre es el tipo de cualquiera. Estoy preocupada por ti.

Vuelvo a poner cara de fastidio y mirándola mal digo.

— Ya amiga no me molestes, tengo que terminar de arreglarme.

Veo como solo sonríe y se va a seguir recreándose la vista.

Pronto termino de alistarme y saliendo con un vestido negro pegado al cuerpo, con mangas tres cuartos y cuellos boté, veo como Dylan me mira y con una sonrisa dice.

— Estás perfecta. ¿Nos vamos?

Asiento y mirando a Sarah digo.

— Nos vemos más tarde...

Sin decir nada más nos marchamos con dirección al restaurante y al llegar vimos al señor Felipe allí esperándonos.

Luego de saludar amablemente tomamos asiento y Dylan con una sonrisa preguntó.

— ¿Estuviste esperando por mucho tiempo papá?

— No tranquilos, acabó de llegar.

Veo que nos mira y luego toma la carta para pedir la comida. Dylan hace lo mismo y es en ese instante donde me empiezo a relajar y mirando la carta también escucho que el CEO pregunta.

— ¿Qué debemos beber? ¿Les parece si pedimos vino blanco?

Está por contestar que me parecía bien, pero pronto escuché como Dylan decía.

— Champán, creo que sería una mejor opción, ¿No es así?

Dylan me mira como buscando mi aprobación y su padre al oír eso dice.

— ¿Qué estamos celebrando?

— Papá me casó.

Veo como el señor Felipe guarda silencio por un momento y mirando seriamente a su hijo contesta.

— Dylan entiendo que quieras ganar la presidencia, pero no voy a permitir que involucres a la hija de mi mejor amigo en algo como esto. Señorita Nerea no sé con que la a amenazado mi hijo para enredarla en todo esto, pero no tiene que hacer...

Al ver como el señor Felipe no estaba creyendo en nuestra palabra dije.

— No entiendo a que se refiere señor Felipe, lo que acaba de decir su hijo es verdad, nos vamos a casar. — Veo como su rostro se frunce y agregó — Es por esta razón que no quisimos decir nada antes...

— Papá lo nuestro va muy enserió.

— No les creo, según tengo entendido no hasta hace mucho la señorita estaba en una relación y tú... bueno tus deslices y amoríos por toda la empresa me hacen creer que nada de lo que me están contando es cierto.

Veo como Dylan duda de que decir y contestó.

— Es verdad, cuando Dylan y yo empezamos a salir yo estaba en una relación. — Veo como el señor Felipe me mira y agregó. — Llevaba nueve años en una relación, pero en cuanto conocí a su hijo mi mundo cambió. Al principio no quería aceptarlo, es por eso que él intentando provocar mis celos y llamar mi atención, se involucró con varias mujeres de la empresa... Al darme cuenta de que si no tomaba una decisión tal vez lo perdería, rompí mi noviazgo y ambos comenzamos esta relación. Hace dos meses me propuso matrimonio, mis padres lo saben desde hace tiempo, es más ellos ya están organizando todo para nuestra boda, pero lo que ellos no saben es que su hijo es mi prometido. Ellos aún creen que tengo una relación con mi ex. Puedo asegurarle que eso no es así, es más, él ya formó una pareja.

Veo como el señor Felipe me mira y contesta.

— ¿Por qué no le dijo la verdad a sus padres?

– Señor Felipe usted mejor que nadie conoce a mi familia, sabe lo sobre protectora que es. Si hubieran sabido que termine una relación tan larga para meterme en otra y además con un hombre que tenía una fama como la de su hijo, me hubieran llevado a Italia sin que yo pudiera hacer nada. Tal vez no empezamos nuestra relación de la mejor manera, pero amo a su hijo y si nos tardamos en decirles la verdad es porque queríamos evitar contarles esto y también queríamos estar seguros. Nuestras familias son amigas y además de eso yo trabajo en su empresa, no quería que pensaran mal de mí. Cuando estuvimos listos para decirles la verdad la pelea por la presidencia se presentó y no queríamos que también creyeran que la propuesta que me había hecho Dylan se viera como una herramienta para ganar la presidencia.

Dylan se había mantenido en silencio todo este tiempo escuchando atentamente mi explicación. No había querido interrumpirme para que no dudará de mis palabras, pero al terminar este agregó.

— Papá, te estamos diciendo la verdad, nos vamos a casar en seis meses y esperamos que tú estés presente.

Veo como Dylan toma mi mano y subiéndola sobre la mesa hace notar el anillo de su madre. El señor Felipe al ver esto no le quedó más dudas y con una sonrisa en su rostro dijo.

— Lo siento... debía saber si me estaban diciendo la verdad — Frunzo mi rostro al ver que nos estaba probando y este agrega. — Me pone muy feliz esta noticia, Dylan no pudiste haber elegido mejor. La señorita Nerea no solo es la hija de mi mejor amigo, sino que también es una mujer encantadora. Concuerdo contigo hijo, pidamos champaña debemos celebrar.

Veo como se levanta de su asiento y rodeando la mesa me levanta de mi silla y me abraza.

— Bienvenida a la familia hija... lamento haberte tratado así.

— Tranquilo...— Sonrió algo forzado y volviendo a nuestros asientos la cena continuo.

El señor Felipe estuvo toda la noche contándome anécdotas de su hijo y avergonzado a Dylan, hasta pude verlo algo sonrojado. No voy a mentir que me agradó conocer al señor Felipe fuera del trabajo y a Dylan así. Cuando todo terminó, salimos del restaurante y despidiéndome del CEO dije.

— Por favor, no le mencione nada a mis padres todavía, ellos vendrán el próximo fin de semana a conocer a mi prometido, quiero ser yo quien les dé la noticia.

— Tranquila, puedes contar con eso.

Al despedirnos por fin del padre de Dylan suspiré y colocando mi mano en mi pecho dije.

— Dios, aún puedo sentir como mi corazón se quiere salir de la boca.

— Vaya, veo que no soy el único que sabe mentir.

— ¿Y qué querías que hiciera? Tu padre envió a su secretaria a mi departamento para recolectar todo tipo de información de mí. Creí que lo mejor era disfrazar un poco la verdad.

— No me quejo... la verdad que creí que nos caíamos.

Sonrió por sus palabras y digo.

— Debemos recordar esto para cuando le digamos la verdad a mis padres. Mamá no creo que diga nada, pero mi padre estoy segura de que no le gustará.

Veo como Dylan sonríe y contesta.

— Tenemos dos semanas aún, algo se nos ocurrirá.

Sin decir nada más nos dirigimos hacia el estacionamiento y subiendo a su auto nos marchamos del lugar, la noche había estado llena de emociones, necesitábamos descansar...