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Doncella De La Mafia

Doncella De La Mafia

Status: Terminada
Genre:CEO / Completas / Contratadas / Aventura de una noche / Mafia / Matrimonio antes del amor / Diferencia de edad
Popularitas:6.4M
Nilai: 4.8
nombre de autor: Li.m

Una noche ardiente e imprevista. Un matrimonio arreglado. Una promesa entre familias que no se puede romper. Un secreto escondido de la Mafia y de la Ley.
Anne Hill lo único que busca es escapar de su matrimonio con Renzo Mancini, un poderoso CEO y jefe mafioso de Los Ángeles, pero el deseo, el amor y un terrible secreto complicarán su escape.

NovelToon tiene autorización de Li.m para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

#17

Durante la cena, Charleen no paraba de presumir su relación con Justin. A cada momento, le pedía que le corte el filete o intentaba darle de comer en la boca. El joven aceptaba todo eso de manera cariñosa y sonreía.

—Hacen una bonita pareja — declaró Leticia, sonriendo tranquila — ¿No lo crees, Patrick?

—Si —respondió escuetamente el Señor Hill. Y mirando a Justin, dijo:— Pero aún eres un mocoso. Debes prepararte y estudiar cómo se debe, ya que la empresa de tu padre es la más importante en Long Beach.

—Lo sé, Señor Hill. Por eso, entré a la carrera de finanzas con muy buenas notas — mencionó Justin, quien hasta el momento no le había vuelto a dirigir ni una sola mirada a Anne.

—Eso es muy bueno. Espero que te esfuerces mucho.

—Lo haré, señor…

—¡Ay, Justin! — exclamó Charleen, melosa—Voy a extrañarte mucho cuando te vayas a la Uni. Es en tan solo unas semanas, ¿Qué voy a hacer sin ti…?

—Por eso vine a visitarte, bebé — le respondió Justin con dulzura —Mientras no estoy, estudia mucho, ¿si?

Charleen sonrió como una boba. En un instante fugaz, miró a Anne de reojo para verificar si tenía su atención y luego le estampó un beso en la mejilla a Justin.

Anne estaba harta de toda esa pantomima. Ella clavó los ojos en su plato, deseando desaparecer de la mesa.

—Hija, debes comer — dijo Patrick mirando el plato de Anne, que apenas había sido tocado —Dame — y le sacó el plato para servirle más ensalada — Los vegetales son buenos para una joven como tu.

Patrick Hill se portaba demasiado bien con su hija Anne, mucho más desde que ella había aceptado mudarse con los Mancini. No era desagradable tener un padre tan atento, pero la chica sabía que no era del todo sincero.

Sin embargo, Anne decidió utilizar esa circunstancia a su favor:

—Papá, quería decirte algo…

—Si, Anne ¿Qué quieres?

Anne lanzó una mirada fugaz y misteriosa a Charleen, quien la detectó con recelo, y dijo:

—Quería pedirte un favor: estuve pensando que el vestido púrpura no es muy adecuado para el viajé que haré a la finca de los Mancini. Me gustaría llevar otro.

Al oír esto, la madrastra reprocho con una dulzura falsa:

—Al parecer, a Anne no le agrada la ropa que le elijo…—y la miró con oculto rencor— En el almuerzo con los Mancini no te pusiste ninguno de los vestidos que dejé en tu cama.

—Era una ocasión especial y preferí utilizar el vestido que mi madre me había regalado— se excusó Anne sin tapujos.

Leticia Dubois torció la boca de manera tensa. Patrick arrojó la servilleta sobre la mesa.

—Ya, ya…Ahh ¡Mujeres! — rezongó el hombre, pensando que Anne le pediría dinero para comprar uno — Siempre pensando qué ponerse y compitiendo con sus gustos. Aunque — agregó mirando a su esposa Leticia —, tal vez mi hija tenga razón; el vestido púrpura es demasiado corto. Y no queremos dar una mala impresión. Entonces,—y volvió a mirar a Anne— ¿Cuánto dinero quieres?

—No creo que sea necesario ponerte en gasto, papá — resolvió Anne tranquilamente — Se que Charleen es una buena hermana y podría prestarme su vestido blanco floreado.

Charleen casi se atraganta con un trozo de filete al oír aquello.

—¡¿QUÉ?! ¡Ni loca! ¡Ese es mi único vestido de diseñador. Además, es obvio que yo tengo más delantera que tu, Anne.

La madrastra miró a Anne con el mismo desdén que Charleen. Estaba a punto de ponerse de parte de su hija, pero Patrick intervino primero:

—¡Charleen, no seas caprichosa! ¡Préstale el vestido a tu hermana!

A Leticia se le escapó una mirada rencorosa que fue directo a su marido, el muy tacaño; no le agradaba que le gritara a su hija, mucho menos para darle la razón a Anne. Sin embargo, sus palabras trataron de guardar lo que realmente pensaba:

—No seas tan duro, Patrick. Charleen guarda mucho aprecio por ese vestido.

Sin embargo, Patrick respondió, autoritario:

—Creo que esto debe quedar claro: Lo que importa ahora es que los Mancini nos vean con buenos ojos, ¿Entendieron? Anne no puede verse como una cualquiera, debe verse como una joven decente, fina... ¿Acaso quieren que los acuerdos que esta familia hizo con los Mancini se vean perjudicados por un vestido estúpido?

Se produjo un silencio tenso en la mesa. La única que disfrutaba su pequeño triunfo era Anne; sabía que su padre no la defendía a ella sino a su negocio con los Mancini, pero no le importaba: ver el rostro de Charleen y su madrastra era impagable.

Viendo que el ambiente estaba a su favor, Anne solicitó algo más:

—Quizás sería bueno que Charleen me preste algunas joyas para combinar con ese vestido. Lo cierto es que yo no tengo nada parecido a esa prenda, por lo que tampoco tengo bijouterie adecuada.

Anne clavó los ojos en Charleen con expresión inmutable, para disfrutar la mirada furiosa y desesperada de su hermanastra que, al parecer, esta vez no se atrevió a contradecirla por miedo a Patrick..

Patrick Hill cortó una papa humeante y le dijo a Charleen en un tono más tranquilo:

—Anda, Charleen. Sé que le darás las joyas adecuadas a tu hermana. Hazlo como regalo: ella pronto se casará y no la verás tan seguido…

Justin, quien se había mantenido al margen de toda esa situación, miró a Anne de soslayo y las miradas de ambos se encontraron por un instante muy breve. Luego, regresó a su plato y a su papel de buen novio, tomando cariñosamente la mano de Charleen, quien parecía nerviosa.

“Patético”, pensó Anne con tristeza, “Si de verdad Justin está actuando, no sé cómo tiene las agallas para hacerlo”

Al fin, Charleen habló. Su tono era serio y sin emoción:

—Está bien, papá. Tienes razón: los asuntos de mi hermana mayor también son míos.

Luego de eso, la cena transcurrió en una silenciosa tranquilidad. A pesar de la amargura que atravesaba Anne, ese era su pequeño triunfo. Y nadie se lo quitaría.

“Este es solo el comienzo”, pensó la joven acomodándose las gafas, “Ni bien tenga una oportunidad, aprenderán quien es Anne Hill Marino…”

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1
María Del Pilar Guzmán Espinosa
Excelente
Priya Morán Correa
Bueno
Yineth López Castillo
Excelente
Agnes Josefina Coma Restudis
buenísima novela... gracias autora
Esperanza Gonzalez
que estupida dejo el movil encendido no piensa
Esperanza Gonzalez
es muy torpe un sobre con dinero en la mano diosss
Eloisa Pat Hoy
ami igual está muy triste 😭
Delfina Prieto Martin
gracias me a encantado mucho está novela..
Coromoto Hernández
Excelente
Andrea Paez
Normal
Silvia Lovera
Hay no recuerdo aver reído tanto como con esta historia, son divinos, jajajajaj 🤣
Silvia Lovera
Malo
Silvia Lovera
Muy malo
Adri
me encantó muchas bendiciones
Nora Vélez
gracias por esta historia tan linda apesar de ser de mafiosos fue muy linda sin tantas muertes y tortura felicidades
Maria Garcia
Excelente
Hilda Gemignani
hermosa novela felicitaciones
Nora Vélez
escritora está muy linda la novela me encanta gracias por entretenernos con sus novelas
Carmen Isabel Faoto
hermosa historia y muy completa me gustó mucho
Hilda Gemignani
me gusta mucho ,muy entretenida/Rose/
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