Esposa Por Herencia

Isabella: tú lo ayudaste a preparar todo esto.

Connor: sí, hay mucha información en esos vídeos, que saldrá a la luz en el momento justo.

Isabella: voy a echarlo de menos.

Connor: yo también.

Isabella solo espero que Dorian aparezca. ¿sabes cómo es?.

Connor: no, no lo conocí, solo lo he visto por fotos.

Isabella: ¿cuáles?, nunca vi ninguna en la casa y no quise preguntar porque era un tema doloroso para Alberto.

Connor: son fotos de cuando investigaron su vida. Alberto descuidó su crianza por completo, aunque siempre se arrepintió por ello. Después te las mostare.

Isabella: cres que venga.

Connor: lo hará.

Pasaron unas semanas y cuando el tema de la muerte del magnate no era mas que un recuerdo, toda las noticias se trataban de Imperio. Una nueva empresa que arrasaba con el mercado. Todos querían negocios con ellos y sobre todo conocer a sus dueños, ya que solo figuraba la imagen de Cristofer White. El otro socio era todo un misterio y se decía que era el cerebro pensante detrás del éxito explosivo de Imperio.

Cristofer: ¿como te encuentras?, no pensé que te afectará tanto la muerte de tu padre.

Dorian: esa noche fui a verlo, lo vi morir.

Cristofer: ¿no tuviste nada que ver en su muerte verdad?.

Dorian: por mucho tiempo lo pensé, odié a ese hombre, quería destruirlo, quería verlo suplicarme, quería que viera todo lo que aprecia reducido a cenizas. Sin embargo estaba ahí postrado en esa cama esperando mi visita para morir.

Cristofer: ¿te dijo algo?.

Dorian: sabes, siempre pensé que cuando lo viera me miraría como siempre, con reproche, rencor. Pero no lo hizo, se veía cansado ya no era ese hombre imponente que una ves fue. Era tan frágil que podría romperse al mínimo roce.

Cristofer: ¿qué hiciste Dorian?

Dorian: nada, ese anciano solo me miraba con cariño y lágrimas en los ojos. Me dijo que lo sabía todo, que lo sentía. Cuándo le dije que le quitaría todo lo que amaba, ¿sabes que me dijo?, que todo cuanto tenía, quería o valoraba era mío así quisiera destruirlo.

Cristofer: ¿como te hizo sentir?

Dorian: impotente, tanto tiempo, tanto rencor acumulado. Que ahora ya no tengo un objetivo donde descargar mi furia.

Cristofer: me imagino que estás confundido, y esta es una buena oportunidad para que dejes ir todo ese odio. No te hace bien.

Dorian: aún no, mi mayor enemigo desapareció, pero aún quedan dos o tres que no han pagado el daño que han hecho.

Cristofer: ¿que harás?.

Dorian: querías que se conociera quién está detrás de Imperio ¿no?, entonces hagámoslo. Pero primero contacta con la señora Lombardi. Irónico ¿no?, no es la esposa oficial pero es la que lleva el título.

Cristofer: ¿piensas hacer negocios con ellos?.

Dorian: sí, ¿no se lo habías propuesto ya?.

Cristofer: solo fue una excusa para ver que tipo de persona era, pero ya que lo tomas en serio me encargaré de que se conozcan. Es muy bonita, talvez surja algo de ahí.

Dorian: no seas desagradable, esa fue la amante de mi padre. Aunque más que amante todos la reconocen como su mujer.

Cristofer: bueno en eso tienes razón, pero me dio la vibra de mujer soltera.

Dorian: eso es incluso peor, ¿a saber que tipo de mujer es?.

Miguel: ¿cómo te encuentras?

Isabella: prefiero llenarme de trabajo para no pensar en ello.

Miguel: entiendo, entoces te alegrará saber que la empresa Imperio quiere reunirse contigo, para entablar una relación de negocios.

Isabella: ¿Imperio?, he oído hablar mucho de ellos. Pero no me gusta hacer negocios sin conocer con que tipo de personas los hago.

Miguel: bueno el creador de Imperio es el que pidió reunirse contigo. Nadie sabe ni su aspecto o su nombre, asi qué serás la primera.

Isabella: bueno si es asi, no pierdo nada con ir. ¿Cuándo es?.

Miguel: está tarde.

Isabella: me alisto para ir al encuentro de tan misterioso personaje. La reunión será en el hotel Deluxe, se ha reservado todo el último piso. Espero que sea interesante. Al llegar veo un joven que tiene problemas para ingresar al hotel, pues está en silla de ruedas y la entreda tiene un pequeño muro, que si bien hace la vista más estética, es una molestia para las personas con discapacidad y no se ve nadie a la vista. ¿Puedo ayudarte?.

Dorian: Te lo agradecería.

Isabella: sostente, levanto un poco el frente de la silla hasta que pasamos al interior. ¿Adonde vas?.

Dorian: al ascensor.

Isabella: entonces te acompañaré, voy hacia el mismo destino. Levantaré una queja, un hotel de renombre como este, que no sea cómodo de transitar para las personas con alguna discapacidad es una falta de respeto.

Dirian: gracias por preocuparte.

Isabella: no hay de que. Subimos el ascensor, ¿a que piso vas?.

Dorian: al último.

Isabella: ¿el último?.

Dorian: si.

Isabella: ese piso esta reservado.

Dorian: lo sé

Isabella: entonces, eres el dueño de Imperio y con quién debo reunirme ¿verdad?.

Dorian: ¿eres la señora Lombardi?.

Isabella: sí.

Dorian: me sorprende que me reconocieras con tanta facilidad. Muchos no unen esos puntos así de rápido.

Isabella: ¿por qué?, ¿por la silla de ruedas?, eso no importa, el valor de una persona no se mide por su apariencia. Este hombre me recuerda a alguien, ¿dónde lo he visto antes?, me parece familiar.

Dorian: pensé en probar que tipo de persona era. Por eso preparé con el hotel esta farza y no podía creerlo, lo supe de inmediato. Con tan solo oír su voz ella, es esa mujer, no puedo estar equivocado. Nunca olvidé nada sobre ella, es como si se hubiera grabado en fuego en mi memoria. Pero ¿cómo una mujer sencilla se convirtió en la señora Lombardi?, ¿cómo la mujer que fue mi faro en momentos de oscuridad es la mujer de mi padre?, y por lo que puedo ver por su carácter, es alguien muy dulce. Quería encontrarla, pero no de esta manera. Por suerte ella lleva la silla y no se ha dado cuenta de mi reacción al reconocerla. Me siento como un tonto, ella no sabe que existo o que alguna ves se topó conmigo.