Raquel Castellano es una adolescente de 15 años, muy dulce y noble.
Le encanta montar a caballo y practica equitación en su hacienda.
Vive con su papá, su mamá y su hermana Laila que es 3 años mayor que ella.
Tobias Lombardi es un magnate de la industria alimentaria, le gusta tener el control de todo lo que le rodea.
Es amargado, tiene un corazón frío, manipulador y despiadado.
Es caprichoso y tiene el Ego por las nubes.
Tobias conocerá a Raquel y quedará enamorado a primera vista, al ser Raquel tan joven tendrá que esperar 3 años para poder hacerla su esposa.
Su matrimonio no empezará de la mejor manera y eso dejara cicatrices emocionales en Raquel.
(El contenido de está novela fue editado, las personas que la lean por primera vez pensaran que algunos comentarios no coninciden con lo que dice en el capítulo, eso es porque tuve que editarla para que no la quitaran de la plataforma)
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¿Que le dijiste?.
...Hernán....
Caminé a los establos con Vladimir.
— ¿Hijo porque le dijiste eso?
— Es la verdad, ella no parece feliz cuando está con el.
— Todos los matrimonios tienen problemas.
— Pero ella no lo ve como mamá te veía a ti, parece que le tiene miedo.
Yo también había notado eso ayer.
Pero no quise comentarle nada para no incomodar.
— Papá., Raquel me gusta.
— Hijo ella es muy grande para tí. — Le sonreí burlón.
— Ella me gusta para mamá.
Mi sonrisa se borró.
— ¿Porqué no te casas con ella?
— Raquel ya está casada.
— Pero no es feliz. Y contigo si sería feliz.
— Mira hijo yo sé que extrañas a tu mamá pero Raquel no puede reemplazar su lugar.
— ¿Ella no te gusta?
Claro que me gusta, es hermosa y ama el deporte que yo amo pero es esposa de un hombre que aparte de rico y poderoso es muy despiadado.
— Es muy bonita pero también es casada y los matrimonios se tienen que respetar.
— Pero papá.
— Pero nada, ella es tu amiga y así se tiene que quedar.
Encontramos a Raquel en los establos, ya no traía ropa de montar, se veía muy bonita con su vestido.
— Sólo vine a despedirme. — Le dió un beso a Vladimir.
La tomé de la muñeca.
— Raquel, ¿pasa algo malo en tu matrimonio?. — No me pude contener de preguntar.
— ¿Porque piensas eso?
— Es que te noto un poco triste.
Los ojos de Raquel derramaron unas lágrimas y se limpio rápidamente.
— Lo siento.
— No te disculpes, dime qué está pasando yo te puedo ayudar.
— Es que... — No sé atrevía a decirlo. — Es que... — Tomó aire. — Tobías me fue infiel... — Dejó caer unas lágrimas y se limpio rápidamente.
Eso quiere decir que si lo quiere y está triste por su engaño.
— No te sientas mal, se nota que tú esposo te ama pero muchas veces los hombres nos dejamos llevar por la... — No me atreví a decirle más.
— Lo sé, por eso le voy a dar otra oportunidad. Gracias por escucharme. — Se fué.
Solo me hice una película en la cabeza, pensé que ella no lo quería y ahora veo que si.
¿Porque me tuve que enamorar de la esposa de Tobías Lombardi?
...Raquel....
Hoy estuve a punto de confesarle a un completo extraño sobre la pesadilla que es mi vida.
Necesitaba desahogarme con alguien.
Pero cuando estuve a punto de decírselo me arrepentí y tuve que inventar algo que fuera creíble.
El comentario de Vladimir daba vueltas en mi cabeza.
Soy tan mala actriz. No puedo creer que un niño note y diga lo que muchos adultos no.
Regresé a mi jaula y a la hora llego Tobías muy enojado.
— Me puedes explicar que hacías con Hernán Zaragoza. — Me mostró las fotos de todo lo que hice hoy, desde la competencia hasta la despedida. ¿Entonces me tiene vigilada?, con razón me deja salir.
— Solo hablamos.
— ¿QUÉ LE DIJISTE?
— Nada importante.
— ¿Le contaste que no eres feliz conmigo?. —Me tomó de los hombros con fuerza.
— No.
— No te creo, estabas llorando diciéndole quien sabe que.
— Te juro que no le conté nada de nuestra relación. — Me imaginé lo peor y mis ojos se cristalizaron.
— No te quiero cerca de el, la próxima vez que me hagas enojar no vas a correr con la misma suerte, tal vez rompa la promesa que te hice.
No. Eso no. No quiero que la rompa. No quiero que me vuelva a violar.