ANÓMALOS

Ha transcurrido un día desde que la DCA dió el comunicado en los medios de comunicación. Ahora me encontraba siguiendo al director general por los pasillos de la sede principal de la DCA; las paredes del pasillo eran de color gris, mientras que el suelo se componía de un piso de cerámica blanco; las paredes se podían encontrar pintadas con las iniciales de la DCA a cada diez metros, así como puertas de madera que conducían a las oficinas, y ventanas que mostraban el exterior del edificio.

La sede principal constaba de varios edificios de entre 4 a 6 plantas de alto, todos ellos ubicados en un área bastante grande de terreno, por lo tanto, había una separación considerable entre cada uno de los edificios; los edificios eran principalmente de oficinas y residenciales, pero también podías encontrar algunos dedicados a la investigación; en la sede igualmente se encontraban los principales campos de entrenamiento de la DCA, así como los almacenes en donde se guardaban los cazadores y los vigías que eran usados para realizar las misiones.

—Señor… ¿A dónde vamos ahora?

—Te asignare tu nueva misión… Pero como sabes, no puedes ser desplegada en el campo si no eres acompañada por otro agente de rango uno.

—Entonces, ¿De qué trata la misión?… ¿Y quién es mi compañero?— pregunté desmotivada.

—Tu compañero será Dylan, en cuanto a tu misión…

—¿Haré equipo con Dylan? Pero…

—Son órdenes de más arriba, Carolina. Aunque quisiera, no puedo realizar nada. Además, solo es una misión de escolta, no será nada complicado... Puedes simplemente no hablar con él durante la misión.

«¿Por qué tengo que hacer equipo con él?»

Mientras estaba perdida en mis pensamientos, llegamos a una habitación en la que solo se encontraba una mesa y tres sillas de madera justo en el centro; una de las sillas ya estaba siendo ocupada por quien sería mi compañero en esta misión.

—Llegan tres minutos tarde.— dijo Dylan sin expresión alguna en su rostro.

—Siempre siendo tan puntual, eh, Dylan.— exclamó con una pequeña risa el director, pero Dylan no mostró ningún tipo de reacción en el rostro. —Toma asiento, Carolina.

—Sí.

—Bien, iniciemos con esto.— dijo el director mientras tomaba asiento. —Esta vez la misión es de lo más simple… Solo deberán escoltar al líder de Los libertarios. El trayecto será desde Arteri hasta la fortaleza de Metel, ubicada en el sur de Svet. Esto se realizará mañana a primeras horas del día, así que deben estar a las 5:00 am en Arteri para salir a la hora planeada… La escolta estará compuesta por diez vehículos, de los cuales, uno será el vehículo en el que vaya el líder de Los libertarios, cuatro serán de la DCA, otros cuatro pertenecen a la policía, y el restante es un vehículo de transporte de cazadores y vigías… Por lo tanto, contarán con la ayuda de 2 cazadores y 4 vigías. ¿Alguna duda sobre la misión, agentes?

Tanto Dylan como yo permanecimos en silencio.

—Tomare su silencio como un no… Pueden marcharse.

Dylan fue el primero en abandonar la habitación.

—Señor, exactamente… ¿A qué hora partirá el convoy?

(Suspiro)

—Últimamente recibo menos información por parte del gobierno central. Además, el subdirector ha estado más activo recientemente, así que este podría ser otro de sus planes para sacarme del cargo… Tú solo realiza la misión lo mejor que puedas, ¿Bien?

—Sí señor… Con su permiso, paso a retirarme.

Durante mi camino por los pasillos de la sede, escuché como el subdirector discutía con alguien en una de las oficinas, posiblemente a través de un comunicador, porque no escuche ninguna otra voz aparte de la de él.

—¿Te descubrieron?

—…

—Bien, yo ya me estoy encargando de ese problema… Tú concéntrate en la misión que te encargue… No quiero ningún error, ¿Entendido?

—…

—Esta vez quiero que busques un lugar en el que la concentración de personas sea mayor… Necesito que el siguiente golpe sea realmente grande.

—…

—Estaré esperando tus resultados.

El subdirector termino su llamada y comenzó a avanzar hacia la puerta, así que decidí moverme rápidamente y esconderme en unas de las oficinas de al lado. Luego de unos segundos se escucho como las pisadas del subdirector se alejaban del lugar, pudiendo salir de la oficina un par de minutos después.

«¿De qué habrá estado hablando el subdirector?»

En un principio no habría tenido un mal presentimiento de lo que estuviera discutiendo el subdirector, pero ahora sabía cual era el objetivo principal que perseguía.

«Debo informarle al director general»

Tras haberlo decidido, me dirigí lo más rápido que pude a la habitación de hace un momento, pero cuando llegue, ya no había nadie en ella.

Al no encontrarlo en la habitación, decidí avisarle por medio de un comunicador, pero el inconveniente era que no traía conmigo el mio.

«Bien, ¿Dónde consigo un comunicador?… No, espera… Si lo llamo por el comunicador de alguien más… Ese agente puede avisarle al subdirector, y podría acabar muy mal esto»

Con eso en mente, decidí ir a la habitación que me habían asignado durante mi instancia en la capital, y llamarle por medio de mi comunicador. Aunque en el camino a mi habitación fuí detenida por el gobernador de Svet.

—Señorita Carolina, ¿Cómo ha estado?

Cuando dirigí mi mirada hacia el lugar de procedencia de aquella voz, ví como el gobernador de la región de Svet se acercaba lentamente hacia mí; el gobernador era un hombre de bastante edad, quien requería de un bastón para poder moverse. El hombre vestía un traje de tres piezas de color gris, una corbata negra con rayas azul marino, y un abrigo negro; su calzado consistía en unos zapatos negros muy bien lustrados y cuidados, o probablemente siendo nuevos.

—Oh, señor Kirill, ¿Necesita algo de mí?— pregunté con una sonrisa.

—Realmente no es nada importante, simplemente saludaba, ¿Existe algún problema con eso, señorita Carolina?

—No, no, ningún problema… Por cierto, señor Kirill, no lo ví en la reunión que se realizó hace un día. Sobre lo ocurrido en Arames.

Aunque realmente en la reunión solo se presentó el gobernador de Lamires, pues los demás enviaron a un representante.

—Tenía asuntos más importantes por atender, señorita. Además, me informaron que no fui el único gobernador que no hizo presencia en dicha reunión.

—Sí, parece que no fue de mucha importancia para algunos.

El señor simplemente respondió con una pequeña risa de incomodidad.

—Señorita Carolina… ¿Sabe dónde encontrar al señor David? Quiero hablar algo con él.

—No, yo también lo estaba buscando, pero no logré encontrarlo por ninguna parte.

—Hum… Bueno, gracias de todas formas… Ya no le quitó más de su valioso tiempo.— dijo mientras comenzaba a avanzar.

—Sí, adiós.

Después de haber terminado de hablar con el señor Kirill, retome mi camino hacia mí habitación, y luego de unos minutos pude llegar. Entonces, busque el comunicador y llame al director general.

—¿Hola?

—Señor, soy la agente Carolina.

—¿Qué sucede, agente?

—Es sobre el subdirector… Tengo algo que informarle.

—Hum… En este momento no puedo atender a su llamada, agente. Estoy en un asunto algo importante, así que la contactaré después, ¿Bien?

—Pero, señor…

—¿Está bien?— exclamó el director con una voz más seria.

—Sí.

Y tan pronto como el director escuchó mi respuesta, terminó la llamada.

—Hum, le tendré que decir en otra ocasión... Ya no tengo mucho tiempo... Debo prepararme para partir.— dije mientras veía el reloj que estaba en la pared.

Solo tomé un baño, me vesti con una camisa blanca de botones, un saco de color rojo y una falda negra. Tomándome una media hora para estar lista.

—Lista.— dije mientras veía mi reflejo en el espejo.

Termine estando antes de lo esperado, así que simplemente esperé hasta que diera la hora.

«Vamos, esta misión debe salir bien» pensé antes de abrir la puerta de la habitación.

Después de haber salido de mi habitación, me dirigí a la entrada principal de la sede, donde me encontraría con Dylan; él vestía una camisa blanca de botones, una corbata, un saco y un pantalón, todos ellos de azul marino.

—Lista.— exclamó sin dirigirme la mirada en lo más mínimo.

—Sí.

—En marcha.

Desde la sede partiremos hacia el aeropuerto de la capital, y así tomaremos un vuelo a Arteri.

Todo el trayecto transcurrió sin ningún inconveniente, llegando a la sede de Arteri unas dos horas antes de que el convoy partiera.

—Nos vemos en el estacionamiento a la hora programada… Iré a buscar algo de beber.— dijo Dylan antes de alejarse.

Al no tener nada que hacer, simplemente busque un lugar en el que sentarme a esperar la hora de partida. Media hora más tarde, una voz familiar pronunció mi nombre.

—¿Carolina?

—Emily.

—¿Qué haces aquí? Pensé que estarías más tiempo sin ser desplegada.

—La verdad yo también lo creía, pero me asignaron en la misión de escolta del líder de Los libertarios.

—…

—¿Dónde esta Leonardo?

—Él esta en su departamento.

—¿Por qué no está trabajando en el caso de las explosiones?

—Bueno… Hum… El director regional dió por terminada la misión.

—¿Qué? ¿El director regional hizo eso?

—Es que… El director regional fue reemplazado hace un día, y el nuevo fue quien dió la nueva orden.

—…

(Suspiro)

—Me tengo que ir, necesito descansar por un momento. Adiós, Carolina.

solo asentí a las palabras de Emily.

«Asi que cambiaron al director regional de Lamires»

Mientras me encontraba perdida en mis pensamientos, una persona se acercó a mí.

—Agente Carolina, un gusto en conocerla, soy el nuevo director regional.

Cuando salí de mis pensamientos, ví en frente de mí a un hombre de unos 40 años de piel clara, ojos marrones oscuros, cabello negro y semi calvo, y quien tenía sobrepeso; vestía un traje de tres piezas de color marrón claro.

—También es un gusto conocerlo, señor.

—¿Cuándo saldrá el convoy?— preguntó con curiosidad el director.

—¿No le informaron, señor?

—Sí, simplemente quería verificar si la información estaba bien.

—Saldremos a la misma hora que establecieron, señor. No hay ningún cambio en eso.

—Bien, paso a retirarme… Suerte en su misión, agente.

«¿Él también estará en contra del director general?»

Realmente no sabía nada del nuevo director regional, pero me transmitía un aura nada agradable. Aunque no sabía si mis dudas de él eran ciertas o, podrían deberse a una simple paranoia mía.

Después de haber conocido al nuevo director regional de Lamires, busque algo de desayunar, pues mi estómago ya gruñía de hambre; me dirigí al comedor que se ubicaba en la sede, y desayune un café con una dona de chocolate.

Aunque el chocolate no es lo que más me gusta en el mundo, tuve que comerlo está vez para dejar de tener hambre y no desmayarme en mitad de la misión de escolta.

Al terminar de desayunar, regrese al mismo lugar en el que me encontraba hace solo unos minutos, para seguir esperando la hora de partida del convoy.

Una vez dando la hora de partida, Dylan apareció de la nada y me indicó que era el momento de alistarnos para irnos.

Estando ambos listos, nos acercamos al convoy.

—¡Bien, nos iremos en cinco minutos!— exclamó Dylan con fuerza.

—Veamos como esta el anómalo.— dijo mientras se acercaba al camión blindado en el que se encontraba el líder de Los libertarios.

Al abrir las puertas traseras del vehículo, se pudo apreciar en el interior a un hombre de mediana edad. Aunque no se veía tan bien, pues su piel era bastante pálida.

—¿Cómo está nuestro pasajero?— exclamó Dylan con cierta burla.

—¿Todos actúan de la misma forma?— dijo el hombre mientras me observaba.

Dylan cerro las puertas sin haberle dirigido alguna otra palabra al hombre.

—¿Por qué se ve tan pálido?

—No lo sé... Tal vez sea por la inyección.

«¿Desde cuándo la inyección los pone así de pálidos?» pensé mientras veía a Dylan alejarse.

—¡Hay que partir ya!— exclamó Dylan.

—¡Sí, señor!— exclamaron al unísono todos los agentes de la DCA y oficiales de policía.

—Nosotros iremos en el primer coche de la DCA.— exclamó Dylan mientras se dirigía hacia el vehículo.

Solo recibiendo un pequeño asentimiento de mi parte.

El convoy se compondría de la siguiente manera: primero irán dos coches policías en el frente, luego dos coches de la DCA, después seguiría el camión en el que se encontraba el líder de Los libertarios, luego el vehículo que transporta a los cazadores y a los vigías, seguirían los otros dos coches de la DCA y, por último, estarían los dos vehículos restantes de la policía. Luego de unos pocos minutos, partimos de la sede de Lamires, en dirección a Svet. Iniciando así la misión de escolta.