Alexandra nuestra protagonista tenía una vida tranquila al lado de su hermana y su mamá, pero el dia de la graduación de su hermana aparece después de tanto tiempo el ex novio de su ex mejor amiga, con una noticia inesperada, diciendole que su ex mejor amiga estaba desaparecida, esté le pide que le ayude a buscarla, pero lo que ella no sabe es que él guarda un secreto detrás.
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CAPÍTULO 3: LA DECISIÓN QUE NO TOME
La luz del día entró por la ventana.
Me desperté sin recordar en que momento me quede dormida, aunque luche por mantenerme alerta a la conversación de Payton y mi madre sobre Joseph. Sé que a ella no le caía muy bien antes y al parecer continúa siendo así, pero al menos no era tan estricta, ella sabe que sé comportarme. Aunque luchaba en este momento por no ser tan obvia con mi problema, ella, de cualquier manera se daría cuenta de que algo no está bien.
Un golpe suave resonó en la puerta.
—Cariño, ven a desayunar —dijo mi madre en voz alta—. Ya despertaste.
—Sí, mamá —grité a lo que ella abrió la puerta—, ya voy a bajar —terminé la frase.
—¿Cómo amaneciste hoy? —pregunto mientras se sentaba en la silla de mi escritorio.
—Muy bien madre. De hecho, tengo mucha energía y creo que saldré a correr antes de desayunar —dije mientras me estiraba en la cama.
—¿Saldrás a correr? Entonces ve con tu hermana, ella también lo hará —dijo.
—¿Y tu como amaneciste? Se te ve bien —dije, para calmar un poco la tensión.
Sabía claramente que ella no dejaría la conversación inconclusa de la noche anterior, sabía que quería terminarla, pero no me atreví a decir nada sobre eso. Entonces me levanté de la cama y fui directo al armario por ropa deportiva.
—Yo desperté ansiosa —dijo.
—¿Por qué? —pregunte.
—Necesito que hablemos sobre tu futuro —se levanta de la silla—. Lo hablaremos después del desayuno. Puedes ir a correr primero.
Mi madre salió de la habitación luego de darme un beso en la frente, dejándome más nerviosa, más ansiosa, como si llevará una carga pesada que no podía soltar.
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El viento helado de la mañana toco mi piel al abrir la puerta. Mi hermana me miro con una gran sonrisa en su rostro, ella se veía bien, siempre tenía un brillo natural que la hacía ver hermosa sin ningún tipo de maquillaje. Por mi parte pienso que tengo un estilo único.
—¿Qué pasa, Ale? —dijo Payton.
—Nada, ¿por qué?
—Es que te notas un poco... como lo digo... ¿Preocupada? —declaró.
—No es cierto —dije mientras empezaba a trotar y que Payton me siguiera.
—Vamos ¿por qué no le cuentas a tu hermana? —dijo Payton, mirándome con un gesto de interrogación—, sé que hablaste con Joseph, ayer. Mi madre me lo contó después de que te vinieras a casa, y tú sabes muy bien que ese muchacho nunca le dio buena espina.
Dejé de trotar en ese momento. Estaba tratando de no soltar la verdad de ninguna forma después de que Joseph me lo advirtiera, pero no era tan fácil, los únicos secretos que podría guardar eran los míos, pero no los de alguien más.
—Payton —dije, para después quedarme callada.
—¿Sí? —dijo ella con insistencia.
—Rosa esta desaparecida —solte—. Eso me dijo Joseph, ayer.
—¿Qué más te dijo? —pregunto.
—Me dijo que lo ayudará a encontrarla —dije un poco nerviosa —. Y que su família pertenece a la mafia.
—No te meterás en los asuntos de otros —me dijo en un tono que implicaba seriedad, pero no entendía el porque no se había sorprendido.
—¿Ya lo sabías? —la miré fijamente—, ¿por qué no te sorprende? —insistí.
—Sí, ya lo sabía, pero quería confirmar si él te lo había dicho —pronunció serena.
—Espera... no estoy entendiendo nada ahora, ¿cómo es que tu lo sabes? ¿Él... te lo dijo también? —dije.
—Hablaremos con mamá cuando volvamos a casa —Payton continúo trotando a lo que yo le seguí.
—¿Cómo lo supiste? —insistí.
—Lo busqué para que me lo dijera —respondió con una voz agitada—, mamá me lo pidió —continúo.
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Cuando volvimos a casa, mi madre estaba sirviendo el desayuno mientras que Payton, le colaboraba colocando los vasos de vidrio sobre el comedor y yo con las servilletas.
—Mamá —dije.
—¿Qué sucede, cariño? —dijo muy calmada.
—¿Estás enojada conmigo? —pregunte con lentitud.
—¿Por qué estaría enojada contigo? —respondió en un tono más calmado.
—Ella, ya sabé que hablamos con Joseph, anoche madre —intervino Payton.
—Ah, entonces le contaste —le respondio mi madre a Payton, luego hizo una breve pausa para después continuar—, excelente.
—Madre... —dije.
—Bien, Alexandra —ella me interrumpió—, ¿dime como le ayudarás a Joseph a buscar a su amiga desaparecida? —dijo mi madre y el tono de su voz era fuerte, ahora sí estaba enojada —, dime como ¿repartiras panpletos, para ver si alguien la ha visto a caso o irás preguntándole a cualquiera sabiendo que su família no está en buenas relaciones? —dijo mi madre sarcásticamente.
—No iba a hacer eso —replique—. Seguro Joseph, tiene algún plan. Algo se puede hacer. Ademas ¿quien sospecharia de mí? No tengo nada que perder, ni que ver.
—Un plan que tal vez pueda llevarte a la muerte, eso quieres decir, sabes que todo lo que tenga que ver con personas como ellos termina mal, lo sabes ¿no? —dijo mi madre en un tono más alto—, tú no haras nada, que se encargué la policía.
—Esta bien —hice una pequeña pausa, mientras mi madre me veía con unos ojos fulminantes—, le dire que no puedo hacerlo.
—Olvidalo —dijo Payton—, ya hicimos eso por tí, no te preocupes —termino la oración.
—Desayunen —dijo mi madre, esta vez ya calmada—, y Alexandra, necesito hablar contigo de algo más importante, es la conversación sobre tu futuro.
¿Una conversación sobre mi futuro? ¿qué tendra mi madre en mente? ¿será porqué en dos meses cumpliré los 19? Pero aun no sé que hacer con mi vida... ¿será que piensa mandarme a trabajar? Pues si es así no hay problema, pero lo importante es que no me pregunté que quiero, porque si es así por presión puedo mentirle.
—Ale, ¿estás escuchando? —dijo Payton.
—¿Eh? —exclame confundida—, sí claro.
—De acuerdo.
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Cuando terminamos el desayuno, mi madre me llevo a la sala de estar, se notaba que estaba un poco inquieta como si hubiera algo que no quería que supiera, como si ocultara algo.
—Madre ¿estás bien? —le pregunté.
Ella sentada en un mueble, que parecía justo a su medida, solo tomo una carpeta azul que tenia cerca y me la entrego.
—Abrela —me dijo.
Observé que la carpeta tenía un nombre sobre ella y miré a mi madre para preguntarle.
—¿Es... estos son los papeles de extranjería? ¿de que se trata esto mama? —dije.
—Sí, así es —dijo mi madre—. Quiero que viajes y vivas con tu tia Martha, será lo mejor para ti.
—Madre ¿de qué hablas? —dije con sorpresa mientras leía los papeles—, ni siquiera la recuerdo. Ha pasado mucho tiempo desde que no la veo.
—Hablare con ella para que vaya por ti al aeropuerto.
—Pero ¿porqué? —dije exaltada.
—Sé muy bien como eres —dijo seriamente— eres el tipo de persona que es fácil de persuadir y manipular. No quiero que por culpa de alguien más tú vayas por mal camino —dijo con un tono sereno— ¿por qué crees que aleje a esos amiguitos de tu vida?.
Continuará...