La monarquía es la misión sagrada de Dios para darle dignidad a la tierra. Nuestra protagonista tenía un destino trazado que vivir dentro de su familia, pero debemos recordar que nunca se debe dar algo por sentado, todo puede cambiar repentinamente de la noche a la mañana. Después de encontrarse en el set de grabación, Beatriz y Trevor vuelven a coincidir, pero esta vez en la universidad, es ahí en donde interactua con nuestro sexy y guapo protagonista, que había llegado un día a su clase de arte. De la convivencia nace entre ellos un amor fuerte, apasionado como el de ensueño, cálido como el verano. Hasta que un día y sin dar una explicación Beatriz deja la universidad sin una despedida, o una explicación dejando a Trevor con sus ilusiones y el corazón roto. Será que el tiempo algún día pueda volver hacer que se reencuentren, así algún puedan volver a vivir el gran amor que tenían
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Alejandra I
Capítulo 16
La señora Wintour vestía a la nueva Reina, Beatriz se sentía fuera de la realidad todos esperaban que se hiciera presente en la habitación del Rey, el cual ya había sido embalsamado para después comenzar los funerales, asistirían la familia real de Inglaterra, de España y de Dinamarca a los funerales, también Alberto de Teck el hijo del rey.
Beatriz salió de su habitación lista para ir a la habitación de su padre, Tommy estaba afuera esperándola para acompañarla. Nicolás quería caminar al lado de ella.
—Disculpe su alteza la Reina va primero.—dijo Tommy
—Lo siento, lo olvide.—respondió Nicolás
—Si me permite su majestad, antes de continuar. ¿Ya pensó en el nombre que usará?.—preguntó Tommy
—¿Mi nombre?.—preguntó Beatriz
—Si, su padre antes de ser Felipe V, se llamaba Alberto de Teck como su hermano el príncipe, usted es la primera reina en el ducado.—respondió Tommy
—Bien entonces usaré el de Alejandra.—respondió Beatriz
—Larga vida a la reina Alejandra I.—dijo Tommy mientras hacía una reverencia, igual todo el personal a su servicio, incluido Nicolás.
En verdad Beatriz estaba abrumada, por todo lo que estaba ocurriendo, minutos después entró a la habitación de su padre. Le costó mucho estar ahí junto a él, y controlarse para no sacar su dolor.
Después respiró y volteó a verlo, hizo una última reverencia hacia su padre. Una lágrima bien llorada rodó por su mejilla, no hubo una despedía previa, pero a pesar de todo sus último años había sido feliz al lado de su familia y su nieto. Eso llenaba a Beatriz de fortaleza.
Mientras tanto su hermano en Seúl se preparaba para viajar de inmediato y presentar sus respetos a su difunto padre. Le sorprendió que le hayan avisado, esa fue Catalina, ella era la más rebelde de los tres. Aunque sabía que su hermano incomodaría a más de uno, también sabía que tenía derecho a estar presente.
La que también estaba muy afectada era la Reina Teresa, sabía que con al muerte de su esposo el Rey, todo cambiaría y todo el poder que tenía se vería mermado por la nueva Reina. Ahora ella era la Reina madre, y su suegra era la Reina Beatriz.
El padre de Nicolás estaba de cierta manera complacido, sabía que ahora la casa real de Luxemburgo llevaría su apellido, y ya no sería de Teck, como esposo de la Reina debían adoptar su apellidó, Battenberg.
Estaban organizando el funeral y como sería el orden de los asientos en la abadía para sepultar al rey. Estaba su madre, su abuela y su hermana presentes en compañía de Tommy Liddell, cuando la reina llegó, de inmediato hicieron una reverencia
—¿Por qué discuten?.—preguntó Beatriz
—Porque tu hermana cometió una verdadera imprudencia, al avisar a tu hermano la muerte de tu padre.—respondió Teresa
—Mamá tiene derecho a estar aquí, es su padre.—dijo Beatriz
—Es su culpa que su padre esté muerto.—respondió Teresa
—Por favor mamá es tu hijo, nuestro hermano mayor no puedes decir algo así.—decía Catalina
—El es un cobarde, que no ha hecho nada por esta familia. Lo más seguro es que viene a seguir sacándonos su pensión para mantener a la plebeya de su esposa y a su hijo ilegítimo. Pero ya no, hablé con el primer ministro y será retirado ese pago por haber pertenecido a la familia.—decía Teresa
—No puedo seguir escuchando, sabes que no es justo. Suficiente tiene con el exilio.—decía Catalina
—Mi hermana tiene razón, también es tu hijo y nuestro hermano. Se sentará junto a mí, a un lado mi esposo y del otro mi hermano—dijo Beatriz tenía una mirada fría
—Si me permite opinar su majestad, él ya no es un miembro de la familia real, puede estar presente pero no sería bien visto que se sentará a su lado. Le asignaremos su lugar junto con el primer ministro, en cuanto al duque de Dinamarca estará sentado a su derecha y a su izquierda estará la reina madre.—decía Tommy
—Si mi opinión no es requerida, háganlo como a ustedes les plazca.—respondió Beatriz
—Su majestad, también hay otro tema que debemos tratar, es sobre el nombre de la casa real. Su abuelo Luis fijo por decreto, que la casa real debería llevar el apellido de Teck por estabilidad, lo sacó a tema porque estoy seguro de que su suegro el rey de Dinamarca va a pedirle que lleve el apellido de Battenberg.—sugería Tommy
—Ese es el apellido de mi esposo, y el del príncipe. No hay un decreto que obligue a que debemos renunciar a su apellido.—decía Beatriz
—Debe ser de Teck, Battenberg es apellido alemán. Desde la primera y segunda guerra mundial las casas reales cambiaron sus apellidos para deslindarse de Alemania, la familia real de Inglaterra adoptó un apellido inglés, mi difunto esposo adoptó un apellido inglés y a su vez es de Bélgica. Debe ser de Teck, estoy segura que Nicolás lo entenderá.—dijo la abuela
—Eso lo hablaremos después, ahora debemos continuar con los preparativos para el funeral de mi padre.—dijo Beatriz, sin duda no dejarían que nada cambiara
Al día siguiente estaban todos reunidos en la abadía para despedir al rey, todos estaban ahí mostrando su respeto. A último momento llegó Alberto, Beatriz con la cara cubierta con su velo observaba a todos los que estaban alrededor, al ver a su hermano sintió mucha rabia en contra de él, gracias a su abdicación ella estaba ahí, su cobardía la había sacrificado y no solo a ella, también al amor de su vida.
Pero se llevaría una sorpresa aún peor, entre los asistentes se encontraba Martí de Hanover en compañía de la princesa Elideth, después de que Beatriz se acercara para tirar un puño de tierra sobre el ataúd de su padre. Bajaron el ataúd lentamente en el suelo de la abadía, ahí descansaría su padre la eternidad.
La reina de Inglaterra presentó sus condolencias a la nueva reina y también se ofreció a ayudarla en todo lo que necesitara. Ella le agradeció, un momento después Marti la reconoció y viceversa, estaba realmente impactado.
—Le pido de favor que haga una reverencia ante la Reina Alejandra.—lo solicito Tommy a Marti
—Su majestad, es una sorpresa verla aquí.—dijo Marti
—Eres el esposo de mi prima Elideth, ¿por que no habíamos coincidido antes?.—preguntó Beatriz
—No tengo idea, en verdad que pensé que habías muerto. Un día solo desapareciste, dejaste a Trevor con su anillo de compromiso que había comprado para ti esperándote.—respondió Martí, eso la hizo sentir aún peor. Ella no sabía nada sobre que Trevor le pediría que se casaran, eso fue un golpe aún peor.
—Le dejé una carta con Kenia, diciéndole toda la verdad. ¿Sabes algo de él?.—preguntaba Beatriz disimulando emoción y con el corazón en la mano
—No he vuelto a saber nada de él, desde que regresó a su país. Fue muy claro, no quería volver a verte y tampoco saber nada de ti. Pero me alegra saber que estás bien, su majestad.—dijo Marti, realmente estaba furioso tanto que no quería seguir hablando con ella
Además había perdido comunicación con Trevor así que era mejor, se llevaría una gran decepción al saber que todo era mentira, que la mujer que amaba era una gran mentirosa.
Beatriz tenía el pulso al millón, no podía creer que todo estaba sucediendo al mismo tiempo. Para variar su hermano solicitó una audiencia privada con ella, la cual aceptó. Decidió que fuera durante el desayuno, al día siguiente se reunieron
—Su majestad.—saludo Alberto e hizo la reverencia
—Adelante nos servirán el desayuno.—dijo Beatriz
Ambos tomaron asiento en lo que les servían el desayuno, Beatriz estaba conteniendo toda su rabia, era su hermano y trataría de ser amable con él, aunque no lo mereciera
—Haz cambiado bastante.—dijo Alberto, mientras colocaba su servilleta en las piernas
—Es inevitable, no podía ser la responsable de la muerte de mi padre.—respondió Beatriz, su hermano se quedó sumamente sorprendido con esa respuesta
—¿Entonces me culpas de ello?.—preguntó Alberto
—No, pero si te culpo por haberme arrebatado mi felicidad, nada te importo solo te importabas tu, era tu deber y tu derecho.—le reclamaba Beatriz
—Lo siento, de verdad pero me enamoré y soy muy feliz al lado de mi esposa y de nuestro hijo. No me justifico, pero debiste haber luchado por tu felicidad, de todas formas nuestro padre iba a morir.—dijo Alberto
—Me alegra por ti, ni siquiera tienes la humildad de pedirme una sincera disculpa por condenarme a esta vida, no es fácil cargar el peso de la corona. Veme aquí, renuncié a todo por mi deber y por el amor a mi padre. Por eso le doy la razón a nuestra madre, así que la pensión que habías acordado con el primer ministro será revocada, si se está fuera de la familia real, no será a medias. Demuéstranos que tampoco necesitas nuestro dinero.—argumentaba Beatriz
—No puedes cambiar el acuerdo entre mi padre y yo, necesito esa pensión para vivir adecuadamente. Además no eres nadie para decidir eso.—decía Alberto
—Te equivocas soy la reina, y no permitiré que vivas de los impuestos de mis súbditos. Es hora de que trabajes, yo iba a renunciar a todo, todo y tú muy cómodo sigues viviendo de nosotros, espero que tengas un buen regreso a tu hogar y no vuelvas nunca.—dijo Beatriz mientras apretaba el botón para llamar a Tommy
Tommy entró para escoltarlo hasta la puerta, durante el camino a la salida. Él le regaló unas palabras
—Espero se haya dado cuenta que la nueva Reina sí tiene carácter, le dije que ya no era bienvenido. Ahora conocerá lo que es vivir en el mundo real, su madre le pide que no vuelva. No quieren que opaque el reinado de su hermana, nunca dejará de ser una mancha.—dijo Tommy
—Yo era el más importante en esta familia, como te atreves a hablarme de esa manera.—decía Alberto
—Era el más importante, usted renunció a ese derecho. Nadie lo obligó, tenga un buen viaje.—dijo Tommy
Catalina buscó a Beatriz para reclamarle, ya que una vez más sacaban fuera a su hermano del país como si fuera un criminal.
—Beatriz como permites tal atropello, no puedes permitir que expulsen a nuestro hermano.—le reclamaba su hermana
—El ya no es parte de la familia, él renunció a todos. No tiene nada que hacer aquí.—respondió Beatriz
—Te estás vengando porque te obligaron a tomar su lugar, tú no eras así.—decía Catalina
—No, perdí mi compasión el día que me alejaron del hombre que amaba, yo renuncié al amor de mi vida para proteger a mi padre, a la familia y a la corona de hundirse en la vergüenza.—respondió Beatriz
—Lo hiciste por ser una cobarde, pienso que te estás desquitando con el por tu frustración, eso es tan ruin y bajo, que diría mi padre si se enterara que su adorada hija es una vulgar meretriz, por lo menos el fue honesto ante su falta, pero tú eres una...—decía Catalina
—Jamás vuelvas a hablarme de esa manera, soy tu reina. Nunca lo olvides.—dijo Beatriz
Catalina estaba frustrada por la confrontación, la mayoría se portaban como aves carroñeras para saber que podían rescatar de la muerte del rey. Nicolás confrontó a su padre y le dejó en claro que la casa real, no llevaría su apellido. Él había prometido lealtad y proteger a su esposa de quien fuera, incluida su familia.
Meses después Beatriz sería coronada y ungida, para ser oficialmente la reina. El acto más divino, hacia su juramento ante el arzobispo en la abadía.
—Soy ungida usando óleo consagrado, así como los reyes, dioses, sacerdotes y profetas son ungidos.—respondió Beatriz mientras el arzobispo colocaba en su frente el aceite consagrado
Después de que el arzobispo puso la corona sobre su cabeza, Nicolás se acercó para jurarle lealtad y arrodillarse ante su reina, ella se veía muy seria. En ese momento Beatriz moría, para dar vida a la Reina Alejandra I, duquesa de Luxemburgo. Teresa sabía que había logrado su cometido, seguir siendo los líderes del país.
Te descubrí en "GOLONDRINA."
Me gustó tanto que decidí seguirte. Y de esa lista, elegí ésta por el título.
ESPERABA un relato de fantasía, pero nunca imaginé el resultado.
Es bellísima, perfecta de punta a punta y esta MUY BIEN ESCRITA!!!
DIOS bendiga tu talento. Felicitaciones. Y muchas graaaaaaacias por estos regalos.