¿Puede una mujer ser adicta al se*o?
¿Qué es la ninfonania? ¿Tiene cura esa enfermedad?
¿Qué problemas futuros acarrea una viol*ción?
¿Puede un hombre ser el veneno y antídoto de una mujer?
William no supo que le pasó, conecto la mirada con la pequeña mujer y quedó hipnotizado, ella supo como provocarlo, la manera como se balanceó y levantó las piernas mostrando la pequeña tela que cubría lo que él deseaba ver lo puso nervioso y hasta excitado, por un momento se le antojó bajarla del escenario, llevársela y castigarla por alterar el orden de su mie*bro.
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"SE TÚ"
"Lu, no quiero prohibirte nada, sé que amas bailar y lo haces excelente, pero me gustaría que te dedicaras más al estudio, podría ayudarte a montar una academia de baile y otras artes; Así no dejarías de hacer lo que te apasiona y podrías enseñarle a las personas todo lo que sabes" El castaño tocó el cabello de la pelirroja mientras exponía sus ideas.
"¿Quieres que me aparte de Pole Dance?" Preguntó Luisa, ese había sido prácticamente su hogar, el lugar donde encontró refugio cuando la sociedad se encargó de dañarla, también estaba Mike ¿Cómo haría para decirle que lo abandonaría?
"No quiero obligarte, puedes dejarlo poco a poco, Pole Dance es un club exclusivo; Las personas que asisten a ese sitio son poderosas y millonarias. Podrías preparar a chicas para que trabajen en el lugar, sabemos que se trata solo de baile, lo demás es decisión de cada quien" Continuó diciendo el hombre.
"Mike paga muy bien, es un buen empleo, las chicas están respaldadas en seguridad social, salud e indemnización en caso de que desistan en laborar"
"También puedes incitar a que las mujeres bailen pole dance, que haya competencias etc. Lu, puedo ayudarte en eso y más" Concluyó el castaño.
Luisa quedó pensando en todo lo que dijo el guapo hombre, todo le había parecido genial, pero debía hablar con Mike, él era como su hermano mayor.
"Lo hablaré con Mike bombón ¿Tú dejarás de ver a Alina?" Preguntó la mujer.
"Sí, es lo más probable, ahora vamos a mi mansión, Anita te tiene una sorpresa" Dijo William.
La pareja salió del apartamento junto con Mike y Mark, cuando llegaron a la mansión, la piscina estaba decorada con muchos globos, serpentinas y un enunciado que decía 'Feliz cumpleaños Fueguito' había un enorme pastel que tenía un enorme número 18 al lado y muchos regalos alrededor.
Anita abrazó a la pelirroja deseándole feliz cumpleaños y Luisa estaba sintiéndose amada, Fernando se encontraba en el lugar con una pelirroja muy hermosa.
"Feliz cumpleaños Fueguito, te presento a Antonella mi amiga" Dijo Fernando.
Antonella era la hija menor del Dr. Antonio Prent, Fernando había estado detrás de ella hacía un tiempo atrás, pero la mujer era bastante consentida por sus padres y querían que la niña fuera feliz, pero con alguien de su edad.
Antonella iba a cumplir 19 años dentro de dos meses y Fernando iba a cumplir 30 años dentro de 6 meses, obviamente Antonio y Amanda su madre, no estarían de acuerdo con la relación.
Fernando se había dado por vencido, empezó a frecuentar Pole Dance, cuando conoció a Luisa le pareció extremadamente hermosa y quiso cumplir su fantasía de estar con una pelirroja, Fuego le recordaba a Antonella y si no se daban las cosas con ella pues pensó que con Luisa sería distinto.
Fernando insistió por mucho tiempo un privado con la niña, pero las cosas no se le dieron tampoco, terminaba teniendo sexo con cualquiera y para ese entonces no solo pensaba en Antonella sino también en Luisa.
Cuando vio la mirada encontrada de su amigo con Fuego supo inmediatamente que los sueños perversos con esa candente mujer tampoco se harían realidad y optó por buscar nuevamente a Antonella quien tenía unos años de más y estaba más hermosa que nunca.
"Hola ¿Te llamas así?" Preguntó Antonella.
Luisa se asustó, no sabía como actuar para no causar malentendidos con su tocaya de cabellos rojos, era experta desbaratando amistades con féminas y no era tonta, sabia que esos dos se traían algo.
"Soy Luisa la novia de William" Dijo la pequeña mujer para que quedara claro que Fernando no le importaba.
"Si, Fer me lo había dicho, un gusto conocerte y feliz cumpleaños" Dijo Antonella.
En ese instante se acercó William y Antonella le dio un abrazo "Hola Willy"
"Hola Anto ¿Cómo estás? ¿Estás con tus padres?" Preguntó el empresario, mirando a su amigo.
"Mi padre me dijo que querías llevarle una paciente a Sonia mi..." Antonella fue interrumpida.
"Entiendo ¿Y Asly? Hace mucho no sé dé ella" Cambió de tema el castaño, pero Luisa lo notó, su novio se refería a su próxima psicóloga.
"Fosforito está en Colombia con Sebas y mis sobrinos, tal vez viajen en temporada de navidad con todo el combo de amigos, ya sabes, ellos son inseparables" Dijo Antonella riendo.
"Si claro hace mucho no los veo tampoco, desde el secuestro de Ellena" Reafirmó William.
Antonella era una chica inteligente, desde pequeña había estado en escuelas de gimnasia, era una experta en ese ámbito, había participado en innumerables juegos olímpicos, ese siempre había sido su sueño, inclusive sus padres abandonaron a su hermana en Colombia para hacer realidad el sueño de ser una gimnasta reconocida.
Lo que nunca pensó fue ser famosa, pero por otros aspectos, en el 2018 cuando tan tenía 16 años Antonella reveló a sus padres que había sido víctima de abuso sexual, perpetrado por el médico del equipo estadounidense de gimnastas.
Harry Nacar, fue condenado a décadas de cárcel por abusar de al menos 265 gimnastas durante los años que trabajó en el equipo.
La niña hubiera mantenido todo en secreto si sus compañeras un poco mayores que ella no hubiesen confesado, Antonella estuvo bajo chequeos médicos a cargo de la Dra. Sonia Matt especialista en abuso, quien se encargó de sanar las heridas ocasionadas por el malvado hombre.
En la actualidad la hermosa pelirroja estudia psicología, y notó la incomodidad de Luisa, por un momento se vio reflejada en ella.
Anita había preparado un magnífico almuerzo en honor a la pequeña que había cautivado a su adorable muchacho, aunque el se negaba, ella sabía que lo que sentía iba más allá de un simple gusto.
Todos estaban en la mesa, comían y reían, William notó que su hermosa novia estaba ausente.
"¿Te ocurre algo pequeño demonio?" Preguntó William en su oído.
La pelirroja no pudo evitar sonrojarse y reír, ese hombre la volvía loca y ese apodo le gustaba.
"Si no te vas a hacer cargo de lo que ocasionas hablándome así, no me digas nada" Susurró la pelirroja, haciendo los gestos que tanto le gustaban al empresario.
William rió, ¿De dónde sacaba esa mujer tanta energía? Se preguntó a sí mismo.
"Te conozco, algo te pasa" Dijo el hombre.
El corazón de Luisa entró en calor, su príncipe la conocía.
"Estoy tratando de no molestar a tu invitada, capaz que si hablo me odia inmediatamente" Se sinceró la pequeña mujer.
"Se tú, Antonella ha pasado por muchas cosas y si, antes era insoportable pero cambió, se llevaran bien" Dijo William.
"Will gracias por todo, eres genial, pero en serio, tengo un lío con las mujeres" Dijo Luisa.
"Anita te ama y ella es mujer ¿por qué no creer que Antonella también te querrá? Ella es como mi hermanita menor, es una buena persona" Dijo el castaño.
Luisa se había quedado pensando en lo que había dicho William y recordó a la bruja que le había dicho que ella sería la maldición de todo hombre que no fuera su amor.
"Tal vez Will es mi amor y entonces no soy su maldición y por lo tanto todo lo que un día fue malo ahora es bueno" Pensó la mujer.
De levantaron del comedor, colocaron música suave y trajeron unas botellas de vodka y whisky.
"Anto, ven aquí" Llamó William.
"Dime Willy" Dijo la otra pelirroja llegando a donde estaba la pareja.
Luisa lo tomó por el brazo y lo jaló, ella no quería hablar con la chica.
"Anto, Luisa trabaja en un club como bailarina de pole dance, hace unos movimientos que te vi hacer en tus pruebas hace un tiempo" Dijo el hombre buscando un punto de partida.
"¿Si? ¡Genial! ¿Podrías enseñarme pole dance? Siempre he querido ¿Qué movimientos haces? Preguntó Antonella.
Luisa no lo podía creer hablaba con una mujer de lo más normal y ella se veía sincera.
"Helicóptero, superman, mariposa..." Luisa no terminó de pronunciar palabra cuando fue interrumpida.
"¡Wow! Enséñame por fis" Rogó Antonella a Luisa y esta reía sin parar.
William al ver la escena más relajada se apartó, tomó una copa y fue con Fernando.
"Tú y yo tenemos que hablar, ¡Maldito bandido!" Sentenció el castaño a su amigo Fernando.