El Diario De Supervivencia

Soy Adrienne y vine a este hotel acompañada por mi hermana Roxana. Él dijo que debía de contar todo desde cero y no tantos detalles de quien soy ahora. Por favor, lee tan solo el final quien sea que tome este diario. No quiero que leas todas las cosas por las que pase y las que seguramente me pasaran sí sigo aquí.

Vinimos aquí luego de un viaje normal por carretera. Estábamos por ir a mudarnos en un lugar alejado, tuvimos problemas con nuestros padres y eso fue lo que nos llevó a irnos. Bueno, más bien fui yo quien los tuve. Roxana no quería dejarme sola en esto. Roxana y yo fuimos muy unidas, éramos las típicas hermanas inseparables que hacíamos todo juntas y no nos quedábamos ni un solo segundo calladas, hablábamos de cualquier cosa que se nos venía a la cabeza. Justamente, en ese día, era la excepción. En el auto estuvimos calladas, ella estaba enojada conmigo por la pelea de mis padres, yo únicamente la ignoraba en todo el camino. La noche nos atrapó, nos topamos con este maldito hotel que ahora odio con todo mi ser. Él decía llamarse Kefor. Nos miraba con una sonrisa al apenas llegar y me parecía una sonrisa muy simpática, no me fue muy complicado pedirle una habitación. Nuestras habitaciones estaban en el piso dos, nos dio nuestras llaves que eran de la habitación diez y once. Roxana me tomo del brazo antes de que nos vallamos y me mostró una expresión que daba a entender que no le gustaba estar allí. Yo no le hice caso al aun estar molesta, además de que no quería pasar la noche en el auto, creí que sería más peligroso eso. Que estúpida fui.

En las escaleras discutí con Roxana. Ella decía sentir cosas extrañas en ese lugar y que le daba muy malas vibras aquel hombre. Roxana era así, siempre tenía una percepción de las personas bastante acertada, desde que fuimos pequeña ella tenía eso. Pero en ese momento no escuche lo que me decía y la mande a la mierda. Seguí subiendo las escaleras para ir a mi habitación. Me acomodé para relajarme y por más que Roxana tocara mi puerta, no le abrí, estaba muy molesta y sacada de quicio. Cuando sentí los pasos de mi hermana alejarse para ir a su habitación, decidí tomar un baño refrescante así me calmaba. El agua estaba perfecta. El hotel parecía abandonado cuando llegamos aquí. Pero por dentro había muchas palabras para definirlo, y la palabra "abandonado" no incluían en esas definiciones.

El baño sí que me tranquilizo mucho, o bueno, el principio de el me tranquilizo. Tenía mí mirada en la pared que estaba a mi derecha. Justamente la pared que divide mi habitación con la de Roxana. Escuchaba claramente los gritos de mi hermana, que desaparecieron en ese mismo instante, como si solo fue una simple ilusión auditiva. No iba a arriesgarme a que algo malo le pase a mi hermana igualmente. Aun si pensaba que podría ser simple imaginación mía, salí del baño con una toalla envolviéndome el cuerpo. Ni siquiera me preocupe en ponerme ropa o buscar un gran objeto de defensa personal. Solamente tomé la lámpara de porcelana de la habitación y salí enseguida para buscar a Roxana en su dormitorio.

Había un charco de sangre esparcido en todo el suelo al apenas entrar. Estuve de pie en el marco de la puerta, recuerdo el sentir mi mundo caer al ver a mi hermana sobre aquel charco. Su mirada asustada, que estaba dirigida a mí, la acompañaban unas lágrimas que se deslizaban por sus mejillas. Su boca se movía para intentar hablar, sin tener éxito. Se estaba sosteniendo el estómago y no paraba de respirar de forma agitada, mientras soltaba quejidos acompañados con gimoteos constantes. Ella me apunto, y creí que era para ayudarla, lo cual iba a hacer. Sin embargo, no fue así, ella me estaba advirtiendo que él estaba detrás de mí. Fue muy tarde para reaccionar. Al apenas dar un paso para acercarme a Roxana, un pedazo de tela cubrió mi nariz y boca, y alguien me tomaba con fuerza por el abdomen. Intente forcejear. No sirvió de nada como bien saben.

Desperté en una habitación con un aroma horrible y nauseabundo. Había muchas moscas, escuchaba el zumbido de sus alas volando a mi alrededor. Me senté en el suelo y las alejaba con mi mano. Intente levantarme para salir de ese lugar. Pero no lograba hacerlo, si movía mis piernas, sentía un terrible dolor que se me era imposible de soportar, mire mis piernas para saber a qué se debía, y me encontré con que mis piernas tenían puntadas notorias, que al parecer, eran recientes. Note eso por el pequeño hilo de sangre que se deslizaba por una de esas cicatrices. Mis manos temblaron mucho cuando vi esas coceduras. Estaba totalmente asustada, y en ese momento olvidé todo lo que sucedió antes en la habitación de Roxana. Me arrastré por el suelo con desesperación, mientras gritaba sin parar por ayuda. Intente abrir la puerta que parecía ser mi única salida. Claro que no logre abrirla. Estaba cerrada con llave. Luego pasaron lo que creí que fueron horas, llego él, ese hijo de puta que detesto y que tenía una sonrisa de mierda en su rostro. Me explico que iba a ser solo un juguete para él, no podía huir tampoco porque me había echo fisuras graves en las piernas desde adentro, lo últimos qué dijo, fue que tenía que hacer todo lo que él quería si no quería que Roxana muera. Estuve algo dudosa, ¿Por que confiaría en él?, ¿Cómo sé si mi propia hermana está viva luego de verla sobre un charco producido por su propia sangre?. El noto mis dudas. Se había ido de nuevo, cerrando la puerta con llave, por supuesto. Me volvió a dejar sola y de nuevo intenté escapar de aquí. Aun si no serviría de nada intentarlo, morir aquí no es una opción para mi en estos momentos y aun si escribo esto.

Escuche pasos acercándose de nuevo después de unos minutos. Era él de nuevo, parecía tener grabado en la cabeza el sonido que provocaban sus zapatos al pisar el suelo. Pero en ese momento no me importaba ese sonido, más bien, me importaba los gritos que reconocí enseguida. Roxana, esos gritos eran de Roxana, está con vida aun y eso es lo único que me tiene con vida ahora. Él me demostró que mi hermana estaba viva con sus gritos y su presencia. Ella tenía su herida vendada y seguía llorando con la misma desesperación que la mía. Nos abrazamos.

Eso fue todo lo que paso. Hasta que llegue a esta situación. Me mantuve sin Roxana en todos años y no supe más nada de ella. Pero sigo aquí, viviendo solo por ella, cojiendo con él y.

Faltaron detalles dijo él. No leas esto por favor. Las cosas que me obliga a hacer no me gustan. Me toca todo el cuerpo sin mi consentimiento. Las tetas, el trasero, los muslos, la cintura. Todo, él me mete sus dedos o pene donde quiere, sin importarle como me siento, se excita al verme llorar. Ahora lo está haciendo, me está haciendo llorar mientras escribo esto. Lo siento dentro de mí y se siente asqueroso, me está tocando todo el cuerpo y apretando todo lo que quiere. Por eso es que mi letra está de esté modo.

No sé cuantos años soporte esto. Sé que no pasaron tan solo días, ni semanas, sé que pasaron muchos meses desde que estoy aquí. Alimentándome de albóndigas que tienen un sabor asqueroso y agua en un vaso que no sé si, aunque sea, ese hijo de puta lavo ese vaso. Como podrás ver, la paso fatal, y me siento peor al no saber nada de Roxana. Después de aquel día en que él me encerró aquí, no volví a verla, él nunca la volvió a traer. Únicamente espero que esté bien y no sufra la misma suerte que yo. También, espero que quien lea esto pueda salvarse.

Escribí eso hace unos días, en esos días, creí que estaba viviendo un infierno. No, no lo estaba lastimosamente, no estaba viviendo mi mayor infierno aun. Solo dormí un poco, o más bien, sentí que dormí un poco. Estaba muy cansada, luego de intentar escapar cientos de veces. Desperté, y estaba en una camilla, recuerdo que él estaba ahí, mirándome atentamente, su sonrisa era muy destacable. Estaba confundida en ese momento, algo me había hecho, de eso estaba segura, él era un ser despreciable y ya espero cualquier cosa asquerosa por su parte. No, no me lo esperaba, eso lo había pensado antes de ver a mi lado derecho por aquel dolor. Estaban su boca y ojos cocidos con hilo torzal, su rostro tenía un color tan pálido que era irreconocible. Pero sabía quien era, quiero creer que es irreconocible y eso no se me es posible. Era Roxana. La cabeza de mi propia hermana está pegada a mi hombro con coceduras. Ya no quería seguir viviendo, no tenía razón de hacerlo ahora que sé que mi hermana está muerta. Él, de un momento a otro, empezó a abalanzar cosas de nuestro alrededor, que eran mayormente instrumentos de cirugías. Yo solamente lloraba, mientras él estaba furioso por una razón que no entendía. Kefor sé nombraba a sí mismo, decía lo mierda que era como sí hablara en segunda persona. Luego nombro el nombre de una chica, "Windi". A esas alturas, no entendía un carajo lo que sucedía, fue muy confuso. Solo escribo esto para ser de utilidad. También, porque el dijo que me mataría, solamente si escribía nuevamente cosas explícitas, si no, me dejaría viva torturándome hasta el final. Así que no leas lo que sigue, porque es mucho peor que antes. Adiós y buena suerte.