Diana es una chica de solo 20 años que, se ve comprometida con el que tiempo atrás fuera su novio, sin embargo ella se niega a casarse por que el es un mujeriego qué siempre le fue infiel durante su relación y es por eso que ella decidió terminar la relación. Sin embargo su padre debe una cuantiosa suma de dinero a causa de un negocio que salió mal y el se ve en la necesidad de comprometer a su hija con Roberto su ex novio a cambio de él pagar la deuda. Diana esta tan decepcionada y molesta que se va a un bar a beber y allí se encuentra con Mateo quien cambiara su vida por completo.
NovelToon tiene autorización de Sofía Montes para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 12
Diana llegó a la finca y con los papeles en la mano subió a su recámara, al entrar estaba Rosario terminando de acomodar todas las cosa de ella.
Rosario le informo que Mateo había salido y que no llegaría hasta tarde, Rosario le pregunto qué quería comer, Diana le dijo que preparará algo sencillo.
Después que Rosario salió, Diana se sentía abrumada y sentía que se asfixiaba al estar allí encerrada sin hacer nada.
Así, que cambio sus zapatos por unos más cómodos y salió, al bajar Diana se encontró con Rosario quien le pregunto si se le ofrecía algo, Diana negó y le dijo que solo estaba enfadada sin hacer nada.
Normalmente, Diana era muy activa, trabajaba en el bufete y cuando ella no tenía qué hacer corría con alguna compañera que necesitara ayuda. Le decían que ella era como el polvo que siempre estaba en todos lados, aunque no era una comparación muy agradable a Diana no le molestaba, por lo contrario, les sonrías y les decía que sin ella no podrían vivir. Y tenía razón, ya que siempre recurrian a ella ya fuera para charlar o para qué las ayudara en alguna cosa.
Cuando Diana renunció todos se pusieron muy tristes, pues Diana era como la pimienta de ese lugar y sin ella nada sería igual.
Diana le dijo que Daría una buelta por la finca, Rosario le indico más o menos como era el lugar le dijo que en la parte de atrás había cuatrimotos, por si quería explorar sus alrededores.
Diana le dijo que no pensaba salir qué solo recorrería la casa y tal vez los jardines.
Mientras Diana se alejaba Rosario sonrió alegre, le gustaba que Diana se interesara por la finca sabía que si le gustaba y estaba cómoda sería más fácil que quisiera quedarse más tiempo con Mateo ella esperaba que se enamorara perdidamente de él y se quedara para siempre, así Mateo ya no estaría tan solo.
Diana recorrió cada pasillo y corredor de la casa, entre más recorría más maravillada estaba la casa era muy grande y hermosa, ella entró a la cocina y hasta el cuarto de lavandería, poco a poco fue saliendo hasta encontrarse en los jardines.
Diana caminó los jardines buscando flores, sin embargo, no había muchas, solo había algunas aves de paraíso. Diana imaginaba que había lugares muy buenos para plantar rosales, ya que daba mucho sol, sonreía al imaginar los bellos qué serian.
Diana observaba y poco a poco se alejó llegó hasta una pequeña barda de piedra de más o menos un metro de altura la barda rodeaba todos los jardines y los grandes patio incluyendo la casa.
Después de la barda solo había árboles, él aroma a pino era agradable, Diana vio que algo corría y le llamo la atención se acercó más para verlo y descubrió qué era un conejito, Diana sintió curiosidad y se brincó la barda para seguirlo después de caminar un poco se le perdió.
Ya era tarde así que algo decepcionada Diana volvió a la casa.
Al volver Rosario sirvió la comida, Diana se sintió triste al verse ante aquel grande comedor ella sola.
Diana siempre había imaginado qué cuando ella se casará sería con un hombre guapo al que ella amaría con toda su vida, y con el cual compartiría todo incluyendo la comida que ella preparará para él y después de servirla ambos comerían mientras charlaban de su día, y al terminar él le ayudaría a lavar los trastes, mientras el de vez en cuando le robaba besos.
Pero la realidad era diferente aunque ante todos serian una pareja, nada se sentía como lo había imaginado cuando niña, ya que estaba en una grande casa llena de lujos y comodidades, pero estaba sola y eso la entristeció.
Al día siguiente, Diana bajo animada aún era temprano, pero era el tiempo justo para preparar un buen desayuno para compartirlo con Mateo. Diana preparó café jugo tocino y huevos con pan tostado.
Diana subió a hablarle a Mateo para que bajara a desayunar al no obtener respuesta, giró la manija de la puerta, pero está estaba con llave así que no pudo entrar.
En ese momento escuchó la voz de Rosario qué le dijo que Mateo no había llegado a dormir.
Diana sonrió con un sabor agridulce, se sentía tan tonta, ella se quería sentir útil así que se esforzaría por hacer bien su trabajo como pareja de Mateo y trataría de ser como una buena esposa, pero se dio cuenta de que a Mateo no le interesaba en absoluto, ya que él simplemente se había ido y ni siquiera se tomó la delicadeza de decirle que no volvería.
No entendía, el por qué se había empeñado en tenerla allí y hacerla pasar por su pareja.
Diana bajo a desayunar, total ya estaba todo listo, al entrar al comedor se encontró con un hombre de unos 25 a 28 años de edad de estatura regular delgado lucia bien cuidado usaba lentes qué le hacían verse más atractivo.
El de inmediato se acercó a saludarla y le dijo - Hola, tú debes de ser Diana, yo soy Fernando Rico amigo de Mateo bueno casi es como mi hermano.
Diana le dio la mano y le dijo sonriendo dulcemente - Soy Diana Hernández, la novia de Mateo.
- Es un gusto chica, me dijo que eras guapa, pero no imagine que tanto ahora veo porque lo traes vuelto loco. Y señalando la mesa dijo esperas visitas.
Diana negó con la cabeza, en ese momento se escuchó la voz de Rosario qué dijo la señorita Diana lo preparo para Mateo, pero él no llego anoche.
-Bueno en vista de que ya está todo listo, creo que debemos aprovechar me encantaría si me invitas a desayunar.
- ¡Claro siéntate!.
Fernando se acomodó y mientras desayunaba le dijo a Diana.
- Cocinas muy rico tienes un buen sazón. De lo que se perdió Mateo.
- No es la gran cosa supongo que estará acostumbrado a mejores platillos.
- Conozco bien a Mateo y sé que estaría encantado de compartir este desayuno contigo y precisamente por eso estoy aquí este desconsiderado me hizo madrugar para que viniera personalmente a decirte que no volvería en unos quince Días, Me dijo que te dijera, que si querías podías salir para que no te aburrieras mientras él no estaba.
Si necesitas alguna cosa, puedes pedírsela a Rosario o a mi este es mi número, cualquier cosa no dudes en hablarme.
- Está bien gracias.
- No te pongas triste, sabes Mateo realmente quería estar aquí contigo solo que tiene muchos negocios aquí y en otros estados y le gusta que todo salga bien, por eso es que tuvo que salir, no sé si te cometo, pero él normalmente no pasa mucho tiempo en la finca lo más viene uno a dos días y se va por semanas o por meses así que es mejor que te acostumbres.
- Diana suspiró, mientras pensaba será mejor así creo que para mí será más fácil si no tengo qué verlo con mucha frecuencia.
Manuel García.