Si hubiera sabido el impacto que tendrías en mi vida, hubiera corrido en otra dirección que no fuese la tuya
NovelToon tiene autorización de ferby para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Errores que pesan
La conversación en la sala continuaba en un tono serio y concentrado, pero April apenas podía enfocarse en lo que Jota y Alex decían. Su mente seguía atrapada en los mensajes que había recibido. Las amenazas estaban carcomiéndola por dentro, pero no podía mostrar su miedo. Necesitaba mantener la calma y, sobre todo, no desviar la atención de la búsqueda de su hermano.
Alex se inclinó hacia adelante, revisando las notas que habían estado escribiendo sobre Lucas. Mientras hablaba, lanzó un comentario casual, pero fue suficiente para captar completamente la atención de April.
—Antes de todo esto, tu hermano estuvo en Richmond por un par de días. Parece que fue algo relacionado con el trabajo, pero nadie ha sabido decirnos mucho más.
April sintió un escalofrío al escuchar el nombre de esa ciudad. **Richmond**. No recordaba que su hermano hubiera mencionado un viaje reciente, y ese dato era completamente nuevo para ella. ¿Por qué no se lo había dicho a nadie? ¿Qué había estado haciendo allá?
—¿Richmond? —preguntó, tratando de controlar su voz—. No sabía que había viajado.
Alex asintió, sin darse cuenta del impacto que esas palabras tenían en April.
—Sí, eso nos dijeron hoy. Algo sobre una reunión de último minuto. Pero parece que fue justo antes de que las cosas comenzaran a ponerse extrañas.
April intentó asimilar esa información. Su mente se llenó de preguntas. ¿Qué estaba haciendo su hermano en Richmond? ¿Podría haber estado relacionado con las deudas o con el secuestro? **No podía ser una coincidencia**. Mientras trataba de ordenar sus pensamientos, su teléfono volvió a vibrar, y esta vez, el sonido la sacudió como una descarga eléctrica.
Con las manos temblorosas, lo tomó, temiendo lo que podría encontrar. El mensaje era corto, pero devastador.
**"¿Quieres verlo?"**
Había una foto adjunta, y cuando la abrió, su corazón se detuvo. La imagen era borrosa, pero claramente mostraba a su hermano Lucas. Estaba atado de pies y manos, con una expresión de agotamiento y terror en su rostro. El lugar donde lo tenían era oscuro y sucio, apenas iluminado por una bombilla que colgaba del techo. Lucas no parecía consciente de la cámara, su cabeza inclinada hacia un lado como si estuviera inconsciente o demasiado débil para moverse.
April sintió que el mundo se desmoronaba a su alrededor. Un nudo de pánico se apoderó de su garganta y su visión comenzó a nublarse. Quiso gritar, decir algo, pero su voz estaba atrapada en su pecho.
Alex, quien la observaba desde el otro lado de la mesa, notó de inmediato el cambio en su expresión.
—April, ¿qué pasa? —preguntó, su tono de voz llenándose de preocupación.
April no podía responder. **El terror la tenía paralizada.**
Alex se levantó rápidamente y caminó hacia ella, notando cómo temblaba mientras apretaba su teléfono contra su pecho.
—Déjame ver —dijo, su voz más firme—. ¿Qué te está pasando?
Sin pensarlo, Alex le arrebató el teléfono de las manos antes de que April pudiera reaccionar. Cuando vio la foto de Lucas, su rostro se endureció de inmediato.
—¿Cuánto tiempo llevas recibiendo estos mensajes? —preguntó, su tono severo.
Jota, que estaba revisando unos documentos, alzó la cabeza, alarmado al ver la reacción de Alex.
April apenas podía hablar. El pánico comenzaba a apoderarse de ella, su respiración se volvía errática y sentía que el aire no entraba en sus pulmones. **Todo estaba fuera de control.**
—April, ¿qué es esto? —insistió Alex, mostrando la foto del teléfono frente a su cara—. ¿Por qué no dijiste nada? ¡Esto cambia todo!
—No… no quería distraerlos —murmuró April, casi sin poder hablar—. No sabía qué hacer.
—¡No puedes guardar esto para ti sola! —le recriminó Alex, su voz elevada por la frustración—. ¡Podría haber sido importante desde el principio!
Las palabras de Alex retumbaban en su mente. Sabía que tenía razón, pero el peso de la situación era demasiado para soportarlo. Las imágenes de su hermano, la amenaza constante, el miedo de estar vigilada… todo la había consumido lentamente.
—Yo… lo siento… —dijo April, pero sus palabras se ahogaron en el nudo que sentía en la garganta. **El pánico** que había intentado mantener a raya durante todo ese tiempo finalmente la desbordó.
El teléfono cayó de sus manos al suelo, y antes de que pudiera hacer algo más, April se sintió mareada. Su visión se volvió borrosa, y el sonido de las voces a su alrededor se desvaneció. El terror, la culpa y la desesperación se apoderaron de su mente. Todo se oscureció.
—¡April! —gritó Jota, corriendo hacia ella justo cuando su cuerpo comenzaba a desplomarse en el suelo.
Alex, aún en shock, trató de reaccionar, pero todo sucedió demasiado rápido. April cayó inconsciente en medio de la sala, su respiración rápida y descontrolada, mientras sus dos amigos la rodeaban, tratando de hacerla reaccionar.
—¡April, despierta! —gritó Jota, tomándola por los hombros—. ¡April!
—Está en estado de pánico —dijo Alex, arrodillándose a su lado—. Tenemos que calmarla.
Mientras trataban de revivirla, la gravedad de la situación se hizo evidente para ambos. **April había estado guardando un secreto peligroso**, y ahora las piezas comenzaban a encajar. Lucas no solo estaba en peligro, sino que también lo estaba April.