La Venganza

El tío de Noah le había entregado un sobre que el señor leo tenía que ver sin importar que.

—Tio entonces según esto..

—Valente Álvaro tuve que ver con la muerte de tu padre y el señor Vincenzo, eso fue hace ocho años hijo y el Álvaro tiene ahora treinta años tenía vestidos años en ese entonces tenía la suficiente edad como para desaparecer de la faz de la tierra

—Puede irse a otro país y borrar rastros de que estuve en ese pais

—Exactamente, Noah tienes que tener cuidado hijo, después de la muerte de tu padre yo no me pude hacer cargo de vos por mis propios problemas, pero ten por seguro que siempre te cuide la espalda

—Ya lo sé tío estoy agradecido contigo por todo

—Te pareces tanto a tu padre, el era un hombre fiel a sus compañeros, inteligente y sobre todo un poco guapo

—Dices que no soy guapo?

—Hijo sacaste la belleza de tu tío hijo por eso eres guapo quien no se enamore de ti es un completo imbécil.

—Creo que ya es un completo imbécil

—Te refieres a Ian?

—Si

—Dale tiempo hijo, recuerda que todo a su tiempo tiene su beneficio

—Tienes razón tío, espero que tengas un buen viaje y deja de meterte en problemas.

—Eso es algo imposible, pero intentaré no hacerlo otra cosa más antes de irme me iré a despedir de tu padre y madre para que no te sorprendas si ves una botella de vino en la tumba.

—Mientras no hagas desastres

—Chau Noah espero que tengas mucha suerte

—Igualmente tío

Noah se quedó viendo como su tío desaparecía, mientras resoplaba y se guardaba el sobre en el pecho para así asegurarlo, al tener una chaqueta de cuero iba a estar apretada y no se le iba a caer, se quedó media hora más ahí pensando en todo lo que su tío le había dicho mientras era observado a lo lejos por un joven, este se había dado cuenta hace un rato sobre eso, pero decidió no darle importancia.

Después de un rato volvío a su moto, mirando a lo lejos el auto del joven Ian.

—Asique que querés jugar? Entonces juguemos

Noah se subió rápidamente a su moto y empezó a conducir a todo lo que daba siendo seguido por Ian que sentía mucha curiosidad al saber a dónde se dirigía ahora, hasta llegar a un edificio Ian vio como Noah se bajaba de su moto y miro para todos lados para asi entrar al edificio.

—Que pretendes?

Ian se había bajado del auto y empezó a seguir a Noah hasta el edificio, hasta aquel departamento que era de el pero nadie sabía de su existencia solamente leo.

Al llegar al piso Noah entra a su departamento y Ian se quedó mirando desde Lejos no sabía si ir y entrar sin avisar o tocar, pero optó por la primera. Al entrar al departamento estaba todo en silencio hasta que escucho la voz de Noah hablando por teléfono.

—Señor leo tengo más información sobre Valente cuando vuelva a la mansión le informaré

—Esta bien Noah, ahora en dónde te encuentras?

—En mi departamento tengo que solucionar un pequeño asunto y cuando termine vuelvo

—Ya veo, no me decepcionas Noah

—Gracias señor, nos vemos después.

Noah colgó la llamada y guardo el sobre en uno de los cajones del escritorio.

—Sabias que escuchar conversaciones privadas merece su castigo.

Ian al escuchar eso se quedó congelado, asique se había dado cuenta que lo había seguido y estuvo jugando con el todo este tiempo.

—Hace cuento te diste cuenta que te seguía?

—Ohh señor Cassano Vincenzo Ian, a qué debo su visita a mi departamento?

—No te hagas y responde a mi pregunta

—Desde que entre al estacionamiento

—Asique me estuviste siguiendo todo este tiempo

—Claro a mi me gusta vigilar lo que es mio

—Como que tuyo?

Noah al decir eso se empezó a acercar a Ian haciéndolo que este empieze a retroceder para atrás haciéndolo chocar con la pared.

—Que haces, no me toques alejate de mi

—Que tendría que hacer? No tocarte o simplemente me alejo..-Le susurro al oido a Ian el cual hizo que este temblará por aquello

—Eres un desgraciado

—Respondeme una pregunta

—No voy a responder ninguna de tus estúpidas preguntas soy tu jefe asique tiene que obedecer y no faltarme al respeto

—Tienes razón pero adivina que no estoy de servicio y solamente sigo las órdenes del señor leo

Ian lo iba a golpear, pero fue interrumpido por un beso de este, un beso tierno que demostraba cuento lo amaba, pero con el paso del tiempo se volvió salvaje la necesidad de sentir más invadiendo su boca con al lengua recorriendo todo a su paso, Noah tocaba el cuerpo de Ian como si fuera suyo y este solamente se dejaba, por la falta de aire se tuvieron que separar.

—Estas loco que te pasa?

—Solo reclamo lo que es mio.