Rebecca Holter es una mujer cuarentona que tuvo que terminar de criar sola a sus hermanos.
Antoine Dumont es un hombre lobo sexy y vanidoso que tendrá que aprender a amar, más allá de las apariencias.
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Tu verdad, mi verdad... nuestra verdad
La sinceridad y la confianza, son pilares importantes dentro de una relación, el amor se construye a partir de esos dos grandes principios. Ambos saben que deben desnudar sus almas antes de desnudar sus cuerpos. El ser destinados, no garantiza que la relación sea la mejor, pues ambos tienen un carácter fuerte. A él le gusta ser dominante y ella es suficientemente autónoma como para ser sumisa.
- Empieza tú por favor - pide él - lo mío es más delicado, te lo puedo asegurar.
Sus nervios estaban a flor de piel, del Antoine seguro que ella conoce, no se aprecia nada. Sin embargo, este hombre se podría decir que teme.
- ¿Eres acaso un mafioso? ¿O un asesino? - trata de sonar relajada.
- Te puedo matar de pasión, si lo deseas - vuelve a sonar sensual, sacando un rubor de las mejillas de la rubia.
- Bien! - es lo único que puede decir. Toma una bocanada de aire y arroja un suspiro, no le resulta fácil hablar de la muerte de sus padres y de todo lo que tuvo que hacer para educar a sus hermanos - hace 26 años perdimos a nuestros padres por la imprudencia de un conductor ebrio, nuestro mundo se desmoronó de la noche a la mañana - hombre y lobo sienten ese dolor que ella guarda muy bien - era una adolescente con dos pequeños hermanos y sin ningún otro familiar. Por suerte mis padres nos dejaron esta casa, así que a la semana decidí ponerme a trabajar, pues trabajo social amenazó con separarme de mis hermanos si no lograba sustentarlos, ya casi cumplía 18, un mes y podría obtener su custodia - hace una pausa para recomponerse - cuando fui a donde tenían a mis hermanos, conocí a la abuela de Fanny, quien también había perdido a su madre aquella noche, yo me encariñé con ambas y decidí ayudarlas también. Poco después dejé la escuela para trabajar en dos jornadas, a veces en tres - el lobo maldice no haberla conocido antes - mis hermanos podían ir a la escuela, eso era suficiente pago para mí. Trabajé en varios lugares, por fortuna mis jefes siempre fueron buenos conmigo, así que podía pasar tiempo con Phill y Lucile - fueron tiempos duros - tuve varios enamorados, unos solo querían pasar el rato, y los que supuestamente querían algo serio, pretendían que abandonara a mis hermanos, por eso preferí cerrar esa puerta, ellos eran mi prioridad ante todo. Estuve siendo empleada hasta hace poco más de unos 8 meses en Royal Lune Inn - los ojos de Antoine se abren, ella siempre estuvo cerca de él - allí decidí que quería tener mi propio negocio y qué mejor que una librería, en honor a mi padre y a mi madre - concluye.
El Lobo trataba de procesar todo aquello que su luna le reveló, ella no había tenido una vida sencilla, sacrificó mucho para poder formar dos personas que bien.
- ¡Wow Rebecca! - exclama - ahora te admiro mucho más.
La rubia le dio una bonita sonrisa que hizo suspirar a Eon.
- Es tu turno - lo insta a hablar.
- No sé cómo decirte lo que debo ni cómo vas a reaccionar, solo te prometo que jamás te haré daño, porque me lo haría a mí mismo - ella solo asiente, mirando un poco extrañada - soy Antoine Henri Dumont Lacroi Hijo, mi edad real no es 40 años, tengo 2.300 años - ella trata de no verse incrédula ¿será que es un loco?, pero mejor sigue escuchando - puede parecer una locura, pero es verdad y eso es por mi naturaleza - ella asiente lentamente - soy un hombre lobo de sangre pura... ¡Ya está! ¡Ya lo dije!
- Antoine ¿consumes drogas? - es la única explicación lógica que encuentra.
- ¿Qué? ¡No! Por supuesto que no soy un drogadicto, te puedo mostrar que digo la verdad, solo prométeme que no me tendrás miedo, te juro que no te dañaré - ella asiente - Rebecca, debes prometerlo.
Con un poco de dudas lo promete, ella le da la espalda pues él se lo pidió, la transformación suele ser impactante. Ella empieza a escuchar el crujir de huesos y siente como su corazón quiere salírsele por la boca.
''Puedes darte vuelta, no temas mi preciosa luna'' - escucha una voz en su mente que no es la de Antoine, aunque se siente familiar como él.
Poco a poco se da vuelta, para encontrarse con un gran lobo negro, demasiado grande. Lo mira fijamente sintiendo su ritmo cardíaco errático por la gran bestia que se encuentra en su sala.
- Maldita sea, esto es escalofriante, estoy que me cago del susto - dice poniéndose una mano en el pecho.
''Tienes una boquita sucia mon cheri'' - regaña sensual aquella voz ronca en su cabeza - ''azotaré ese culito redondo''.
- Lobo y hombre, eres un pervertido - lo reprende - vuelve a tu forma, no es algo personal, pero por ahora me abrumas lobo feroz.
''Soy Eon y créeme, soy mejor que este humano, más sensual'' - se hace el indignado, pero feliz de no ser rechazado.
- No lo dudo, pero hay miles de preguntas que necesito que me aclaren.
Antoine toma el control y vuelve a su forma humana, mostrando su excelente físico de 198 cms de altura y su gran mazo que hace que los ojos de Rebecca se abran de par en par, dándole la espalda nuevamente. Segundos después, siente a su espalda la presencia de Antoine que emana un calor sobrenatural.
- Todo lo que viste es solo tuyo petit - le susurra, causando que su piel se ponga de gallina.