SÓLO ERES MI AMIGA.

...Sonia....

No quise responder enfrente de Linda porque con lo chismosa que es no dejará de molestarme.

— Ya se que eres idiota. Pero deberías analizar las cosas antes de preguntar algo.

— No entiendo.

— Esto me está frustrado. — Me senté. — Haber analiza las cosas. Una mujer o bueno en ese entonces una niña te amaba. Te adoraba cómo los aztecas a sus dioses. Estuvo contigo en los momentos más difíciles, soportó tus aventuras con mujeres, estuvo a tu lado sin pedir nada, absolutamente nada a cambió. ¿Y que consiguió al final.?

— Nada.

— Nada hubiera sido bueno. Esa mujer consiguió que le rompieras el corazón. Consiguió que la humillaras en uno de los días más importantes de su vida. La dejaste plantada en su fiesta y después llegaste de la mano de la mujer que te había abandonado. Y no conformé con eso la llevaste a un rincón para reclamarle cosas que ni siquiera había hecho.

— Sonia... — Lo interrumpí.

— Y no dejaste que explicará. Creíste lo que te convino creer y la hiciste a un lado. — El me miraba con culpa. — Esa mujer regresó y seguiste tratandola cómo una mentirosa. Seguiste defendiendo a la verdadera mala de la historia. Sabiendo todo eso. ¿Piensas que esa mujer todavía te quiere.?

El no dijo nada.

— Exacto. Ahí tiene la respuesta. — Sonreí con hipocresía. El se acercó a mí y me vió a los ojos.

— Yo pienso que a pesar de todo lo que hice mal todavía sientes algo por mi.

— Ja. — Reí irónicamente. — Lamentó desilucionarte pero no. Yo lo único que siento por tí es lastima.

— ¿Lástima.? — Se rió con la misma ironía que yo.

— Si. Lástima. Me da lástima que hayas desperdiciado tantos años al lado de una mujer que no te quiere. Me da lastima que estés aquí pidiendo perdón y pensando que aún te quiero. Eso me da lastima. — Dante estaba tan cerca que sentía su respiración.

— Lo siento. Se que te dolió lo que hice. Se que te dolió irte.

— Duele irse. Pero duele más estar en un lugar donde no nos quieren. Tú nunca me quisiste de la forma que a mí me hubiera gustado.

— En ese momento no pero ahora sí.

— Pero ahora ya no me interesa si me quieres o no. Yo te superé hace mucho tiempo.

— Sonia ... — Cristián entró.

— Está ocupada. — Dante respondió por mi.

— No lo estoy. Cristián pasá.

— Tu y yo no hemos terminado.

— Yo ya dije lo que tenía que decir.

Cristián entró y a Dante no le quedó más opción que irse.

— ¿Estás bien.?

Sonreí con sinceridad. Luego me levanté y abracé a Cristián.

— Es uno de los mejores días de mi vida.

— ¿Porqué estás tan feliz.?

— Dante al fin descubrió a la arpía que tiene por novia.

— ¿Y eso te hace feliz.?

— Me hace feliz que me haya pedido perdón.

— ¿Porqué.? ¿Piensas perdonarlo.?

— Yo lo perdone hace mucho.

— ¿Qué.? Debes estar loca. ¿Cómo vas a perdonar a ese tipo.

— Perdonar es parte de la vida. Hay que cerrar ciclos.

— Estoy muy decepcionado de ti. Pensé que al fin actuarias cómo una persona madura. Qué tendrías dignidad. — Me regañó.

— Oye. Soy una persona madura. Tengo mucha dignidad

— Pues no lo parece. — Salió molestó. Linda se asomó en la puerta.

— ¿Puedo pasar.?

— ¿Estabas escuchando mi conversación verdad.?

Ella hizo la mirada que la delata.

— Sólo un poquito.

— ¿Qué quieres.?

— Debiste aclararle a Cristián que perdonas a Dante pero no es porqué quieras volver con el..

— Es obvio qué no quiero.

— El no lo entendió así.

— No es posible.

— Si no quieres perderlo será mejor que le digas la verdad.

— ¿De qué hablas.? ¿Qué me sabes.?

— Se que estás enamorada de Cristián. Eres demasiado obvia.

Me puse nerviosa.

— ¿El lo sabrá.?

— Los hombres son muy tontos. Ellos nunca notan esas cosas.

— ¿Cómo te diste cuenta tú.?

— Por la forma en que lo miras. Porqué siempre que no estaba con nosotras decías que algo te hacía falta. Porqué...

— Okay. Soy muy obvia. — Me enojé conmigo misma.

— Señorita obvia ve y dile lo que sientes.

— No puedo.

— ¿Cómo que no puedes.?

— Tal vez tengas razón en lo que dices. Pero yo no le diré lo que siento.

— ¿Porqué no.? Eres una chica valiente.

— En estás cosas me acobardo. No quiero cometer con Cristian el error que cometí con Dante.

— Dante y Cristian son dos personas diferentes. Dante es un idiota que no supo valorar tu amor. Cristián es un chico encantador que va cuidar ese amor y hacer que cada día crezca más.

Me sentía insegura al respecto. Cristián es mi mejor amigo, no quiero perder su amistad.

— Vamos Sonia. ¿Qué esperas.? Ve y dile lo que sientes.

— No. No lo haré.

— Pero Sony.

— No Linda. Es mejor que Cristián piense que sigo enamorada de Dante.

— Pero el está enamorado de ti.

— Y por lo mismo. Si piensa que amó a otro no querrá confesarse. ¿Entiendes.?

— No. No lo entiendo. Si amas a alguien debes ser valiente.

— El que ama sufre.

— Es mejor sufrir por amor que no sufrir.

— Ya pasé por eso y creme. No sabes lo que dices.

— Está bien. No tomes mis consejos. Seguro alguien más lo hará. — Salió enojada. Para ella es muy fácil hablar. Ella no sufrió cómo yo cuándo Dante me sacó de su vida.

...Linda....

La actitud de Sonia me hace enojar. Entiendo que haya sufrido con el idiota de Dante pero debe entender que el y Cristian son cómo el agua y el aceite. Además Cristián está súper enamorado de ella.

Hablando del rey de roma.

— Hola Cris.

— Hola. — Dijo sin ánimos.

— No te voy a preguntar lo obvio. Se que estás así por Sonia.

— ¿Cómo puede perdonar a ese idiota.? — Ahora sacó su coraje.

— Ella lo perdona porqué quiere cerrar el ciclo. No porque quiera estar con el.

— ¿Eso te dijo.?

— Si. A Sonia dejó de importarle Dante hace mucho tiempo.

— ¿Lo dices enserio.?

— Si. Sonia ya no lo ama. Te ... — No. No. No. Ésto es algo que el debe averiguar por si mismo.

— ¿De verdad.? — Una sonrisa de oreja a oreja apareció en su rostro. Qué chico tan lindo. Por eso Sonia se enamoró de él..

— Si. De verdad.

— Tengo que irme.

— ¿A dónde.?

— Tengo que organizar una propuesta.

— ¿Propuesta de que.? ¿Le vas a pedir matrimonio.?

— No. Eso será después. Primero debe ser mi novia. — Me dió un beso en la mejilla. — Nos vemos.

No imaginó la propuesta de Cristián. Sonia te envidio. Tendré que hablar con Hugo. Yo también quiero una propuesta digna de presumir.

Sonia.

Primero se enoja conmigo y ahora me invita a cenar.

— ¿Eres bipolar.?

— No. Sólo quiero pasar tiempo de calidad contigo.

— Está bien. Acepto.

— Genial. Ya te mandó la dirección. — Al poco tiempo recibí un mensaje de Cristián con la ubicación.

Le dije a un chófer que me llevará. El dijo que sí. Linda me llamó antes de que me fuera y tuve que subir a la oficina. Al entrar me sentó en una silla y me maquillo.

— Ey. ¿Qué te pasa.?

— Sólo te estoy poniendo bonita.

— ¿Para ésto me hiciste subir.?

— Más tarde me lo vas agradecer.

Terminó de maquillarme y regresé al estacionamiento. En el camino el chófer se desvío.

— Está no es la dirección. — Me asusté y el frenó.— ¿Quién es usted.?

— Tranquila no he voy a comer. — Era la voz de Gorge.

— Idiota. ¿Qué haces aquí.? Me asustaste. — Le dí un golpe en el hombro.

— Sólo quería llevarte a un lugar.

— No puedo. Tengo una cena con Cristian.

— ¿Piensas ir.?

— ¿Porqué no iría.?

— Porqué no quieres herir sus sentimientos.

— ¿De qué hablas.?

— Cristián se te quiere declarar.

— ¿Qué.?

— Así es. El quiere pedirte que seas su novia.

— ¿Cómo sabes eso.?

— Lo escuché.

— Seguro escuchaste mal. Por favor llevame.

— ¿Sientes algo por el.?

— Lo quiero, es mi mejor amigo.

— Habló de otro sentimiento. Uno más fuerte.

— Si te refieres al amor no. Yo no amó a Cristián.

— Okay. — Me llevó al restaurante. Cuándo llegué Cristián estaba sentado un poco cabizbajo. — Hola. ¿Esperaste mucho.?

— No.

— Qué bueno. — Me senté y cenamos con normalidad. No hubo ninguna propuesta. Una parte de mi se alegró, pero otra estaba un poco triste. Igual es mejor así. Si es mi amigo siempre estará a mi lado. Si es mi novio me dejará algún día.

Al terminar de cenar nos fuimos juntos a casa. Me abrió la puerta del auto y cuándo menos lo imaginé me besó.

Estaba perpleja. ¿Qué estaba pasando.? ¿Debería golpearlo por hacer esto.? Yo también le robé un beso hace años y el no me golpeó. Tampoco debo hacerlo yo.

Cristián.

Había organizado una pedida muy romántica. Se que a Sonia le encantan las películas de ese género y me inspiré en una de ellas.

Una llamada cambió mis planes. Escuché claramente la voz de Sonia diciendo que no me ama. Me acobarde y decidí no decirle nada.

Pero después pensé que ser cobarde no sirve de nada. Cómo dice un dicho que escuché aquí "el que no arriesga no gana". Tomando la valentía suficiente la besé.

Y al separar mis labios de los de ella le confesé mis sentimientos.

— Te amo. — Ella se quedó perpleja.

— Pensé que no habría propuesta hoy.

— ¿Sabías.?

— Un pajarito me contó.

— Linda.

— Otro pajarito.

— Se que no me amas. Pero yo si te amo, sentí que si no te decía ésto ahora no te lo podría decir nunca. Por favor acéptame.

Ella me miró fijamente. Estaba cómo una piedra.

— ¿Me das unos días para pensarlo.?

— Claro que sí. — No respondió con un no, así que estaba feliz. Tal vez si me de una oportunidad.