Más Que Mí Sexy Alumna

Cuando ambos hombres terminaron, Henry se acercó a Rouse, plantandole un beso tierno en los labios, fue al baño y trajo una toalla pequeña y una jarra con agua, le echó el líquido en su zona íntima y con la toalla la secó, haciendo que Rouse soltará suspiros de placer.

-Muchas gracias mi amor - le agradeció ella acariciando su mejilla, para luego besarle los labios

-Bueno mi vida, espero que estés preparada porque ahora me toca a mí- sonrió pícaro Henry

Y una nueva ola de gemidos y placer comenzó a escucharse en ese cuarto. Ambos hombres se turnaron un rato más a sus mujeres, a veces cada uno con la suya, pero luego de un rato Sara se giró hacía Rouse como quién acecha a su presa, ella lo notó pero estaba insegura al respecto.

-Mi amor, ¿no te gustaría complacernos a Nicolás y a mí, mostrándonos como te coges a su mujer y luego ella a ti? - preguntó a modo de susurro Henry en la oreja de Rouse, provocando que todo su cuerpo se erizara, la prendía tanta cuando decía esas cosas.

-Si que quiero complacerlos, pero nunca he estado con una mujer, no sabría que hacer... - compartió sus pensamientos Rouse, cuando sintió se pronto una mano en su cintura desnuda, no era la de Henry ni la de Nicolás, era más pequeña, fina y suave.

-Tranquila hermosa, yo te enseñaré todo lo que hay que hacer. Te haré gritar mi nombre entre tus jadeos, deseo probarte y exprimir tu jugo para saciarme en él, del mismo modo que quiero que luego vos me lo hagas a mí - Coqueteaba Sara deslizando sus manos por sus senos y todo su cuerpo, provocando chispas en ella, quién tenía los ojos fuertemente cerrados y la boca entreabierta, le había gustado todo lo que había oído de Sara.

Lentamente Sara la fue guiando a la cama, donde recostó a Rouse en el centro.

Nicolás y Henry se sentaron a cada lado de la cama, pero sólo como observadores, querían ver a sus mujeres hacerlo.

Sara pasó su lengua por la mandíbula de Rouse, langueteo su oreja y suavemente y sin prisa fue bajando por su cuello, luego con sus manos comenzó a masajear sus senos.

-Me encanta el color rosadito que tienen - comentó Sara antes de devorar un seno, era abradadora y exigente, deseaba robar tanto gemidos de Rouse como le fuera posible, pasaba de uno al otro y así estuvo unos minutos, sin prisa.

Luego de unos minutos bajo un poco más hasta su estómago, jugueteo con su lengua al rededor de su pupo, haciéndola estremecer a Rouse, de pronto miro a Rouse con una sonrisa traviesa

-Cariño, quiero que te abras de piernas lo más que puedas para mí, que ahora voy a devorarte, ¿sí? - pidió Sara mientras recorría con la mirada su cuerpo desnudo. Rouse estaba sonrojada pero muy excitada por que lo asintió y se abrió de piernas ante Sara.

Ella le besó los muslos y entre besos fue llegando a su pubis. Paso la lengua por encima, provocando una sacudida de Rouse. Luego con los dedos índice y anular le abrió los labios, y comenzó a devorarla, Sara era tremenda, chupaba, succionaba, mordisqueaba, volviendo loca a Rouse. Y cuando comenzó a utilizar los dedos dentro de ella Rouse gritaba su nombre entre gemidos.

En un momento, Rouse vió de reojo como ambos hombres se tocaban, cada uno con su miembro en la mano, las observaban atentos, ella sonrió, eso la prendió más.

Luego de hacerla estallar, Sara se levantó.

-Muy bien cariño, ahora tu me harás lo mismo a mí - dijo de pronto, y sin mediación se puso en sesenta y nueve quedando expuesta a Rouse y viceversa - Harás lo mismo que yo, ¿si?

-Si - dijo tan sólo Rouse, viendo que nunca antes había tenido una mujer desnuda tan cerca de ella en si vida, pero estaba dispuesta a probar.

Sara volvió a lamer a Rouse, y está la imitó haciendo lo mismo, al principio se sorprendió ella misma, pero pronto se fue acostumbrando a su sabor y recordando lo que Henry hacía con ella, comenzó a implementar sus toques propios. Lo que claramente sorprendió con mucho gusto a Sara, que ahora no podía parar de gemir y de un momento a otro, explotó.

Luego de unos momentos más, Henry tomó a Rouse entre sus brazos, y con mucho amor la llevó hasta la ducha, la lavó con mucho cuidado y devoción. Ella lo apreció muchísimo, ya que no podía ni moverse de lo cansada que estaba.

Después Henry la vistió, y la volvió a cargar como a un bebé, intercambio números con Nicolás, prometiendo juntarse de nuevo en otro momento, lo que claramente alegró a la pareja.

En todo el viaje de regreso, Rouse durmió como una bebé y Henry le fue acariciando el cabello con ternura, la llevó a su casa y juntos se acostaron a dormir.

Al otro día, cuando Rouse despertó, recordó todo lo que había hecho y se sonrojo, pero no se arrepentía en absoluto, al contrario estaba feliz de poder haber cumplido una fantasía, y más aún si era junto a Henry.

Ella se preparó, y bajo las escaleras hacia la cocina, donde escuchaba algo de ruido. Allí se encontró a Henry con el mandil puesto cocinando el desayuno, o al menos eso intentaba él.

Los huevos se le habían salado de más, las tostadas se le habían quemado, la manteca se le derritió por dejarla junto al fuego, el jugo quedó muy ácido, lo único rescatable era la mermelada de frutilla, que no la había ni tocado. Al ver todo ese espectáculo, a Rouse le entró la risa y Henry se volvió sorprendido al verla.

-Planeaba sorprenderte con un desayuno, pero la verdad es que soy pésimo con la cocina - río él admitiendo lo obvio

-No te preocupes amor, ya me había preocupado si fueras perfecto en todo, algún defecto debías tener para ser real - sonrió ella, acercándose a él y abrazando lo con mucho amor - de todos modos te lo agradezco, por el gesto

El sonrió como el bobo enamorado que era, y la apretó aún más entre sus brazos.

Al final, ella preparó el desayuno, y a medio comer, terminaron desayunandose entre ellos, huntandose la mermelada. Y más tarde Rouse volvió a su casa, debía estudiar para unos exámenes.

Henry pensó que podría aprovechar para preparar algunos temas para sus clases, cuando sintió que tocaban el timbre, entusiasmado pensando que era Rouse que volvía, salió disparando hacia la puerta, pero al abrirla se quedó helado de sorpresa e irritación.

-¿Qué haces aquí?, no recuerdo haberte invitado - preguntó Henry cruzado de brazos, furioso.

-¿Pero que modales son esos?, no recuerdo haberte criado así, hijo - replicó irónico su padre, Charles Thorne.

-Es obvio que no lo vas a recordar, si tu no nos criaste, las nanas lo hicieron, así que no me vengas con esas mierdas que ya me las sé. Ahora, dime ¿que rayos haces en mi casa? - preguntó levantando la voz cada vez más colérico

Charles suspiró, se esperaba algo así, por lo que respondió rápido, para irse rápido.

-En la empresa habrá un evento familiar, y he venido para invitarte, ya que eres mi hijo primogénito después de todo - comentó Charles suavemente

-Ni lo loco, ahora vete - dijo más irritado aún, como siempre, todo era por la empresa.

-Hijo, se razonable, Natasha también estará ahí, y estaría bueno que le hagas compañía - lo quiso manipular Charles con su hermana

-Lo hablaré con ella, y ahora que me has dado tu mensaje, adiós- y sin poder darle una oportunidad más de abrir su codiciosa boca, le estampó la puerta de bruces en la nariz.

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Hola, cómo están?, primero que nada quiero pedirles disculpas por el tiempo tardado en subir capítulos, al principio fue un problema con la App, no me dejaban subir el capítulo anterior por exceso de descripción gráficas, estuve un montón renegando con eso. Luego me puse mal de salud, fui al médico y al final me diagnosticaron que tengo Artritis y Fiebre Reumática, tengo 22 años por lo que les pareció un poco raro y ahora ando con los estudios, mediaciones, el trabajo, reposo y todo lo demás. Pero prometo intentar ponerme más firme en esto, y les pido por favor me tengan paciencia, si no subo nada, es que me atacan los dolores de pronto. De igual manera, muchas gracias por seguirme hasta acá, se los agradezco de todo corazón, de verdad, me ayudan a querer seguir🎀 sin más, besos.

Charles Thorne (Papá de Henry y Nat)