Emily un día se da cuenta que por más que lo intento ella nunca consiguió un lugar en el corazón de su esposo e hijo. Decidida a darle fin a todo un día simplemente presenta los papeles de divorcio intentado recuperar la vida que dejo de lado por cuidar de una familia que jamás la considero parte de ella. Llevándola a descubrir una verdad aterradora que la pondrá a elegir entre su vida o la del niño que crió por años.
NovelToon tiene autorización de yanina para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
La noticia menos esperada.
Llego a casa pasada las 6 de la mañana y veo a Sami intentando despertarse mientras yo corro al baño al oler el intenso aroma a café recién hecho.
- Te sientes mal.
- Es el olor a café mezclado con la horrible sensación que me quedo anoche cuando las enfermeras pidieron curry para la cena.
- Ya veo, odias el olor a curry. Ahora abro una ventana así te sientes mejor.
- Gracias. ¿Cómo pasó la noche Lucky?
- Super tranquilo, durmió toda la noche al igual que yo.
- Envidio como concilias el sueño tan fácil.
- Emily has hablado con alguien sobre lo que pasó, tan vez necesitas un poco de terapia para superar lo ocurrido.
- No tengo tiempo, recién estoy llegando y tengo que mostrar que estoy al nivel de este hospital.
- Pero de que sirve si pones tu salud en juego. Desde que te vi noté lo pálida que estás, de seguro no comes bien y tampoco duermes lo suficiente a este ritmo terminarás agotada muy pronto.
- Necesito un poco más de tiempo solo eso.
- Ve a dormir un poco, yo te despierto.
- Gracias, amiga.
Mi sueño se hizo realidad, tengo algo calentito a mi lado, sus latidos de corazón hacen que me sea más fácil dormir, si esto era todo lo que necesitaba.
Al llegar al hospital nuevamente acompaño a Sami a la oficina del director y él la asigna a mi equipo, la presentó con las demás chicas y otro día inicia de inmediato.
- Oye nena quien es ese bombón que viene caminando hacia nosotras.
- Es el odioso de Milo.
- ¿Es él? Pero si está como para comérselo completo y a manos sucias.
- Te dará indigestión si lo haces Sami.
- ¿Cómo están los niños?
- En excelente estado, doctor.
- Los voy a ir a visitar para checar unas cosas si no te molesta.
- Pasé.
- ¿Usted es?
- Enfermera recién trasladada, mi nombre es Sami y estoy a su servicio cuando me necesite.
- Bienvenida.
- Amiga...
- No digas nada, no es lo que aparenta.
No pasan ni 5 minutos y escucho su llamado con urgencia.
- Que sucede.
- Este niño tiene los glóbulos rojos muy bajos y le cuesta mantener su concentración.
Reviso el archivo rápidamente y veo que tiene demasiada azúcar en su sistema.
- Cariño que has comido ultimamente.
- Mi hermana me dio una paleta.
Me agarró la cabeza frustrada, como fue que nadie reviso quien visitaba al niño o lo que él consumía.
- Ahora le administró..
- Emily.. ¡EMILY!
antes de cerrar los ojos veo los suyos y siento como impide que caiga al piso.
Despierto poco después en una camilla con Sami tomando mi presión y el director al otro costado revisando mi visión.
- Que pasó.
- Te desmayaste, parece que el dulce que se comió ese niño lo necesitabas tú. ¿Hace cuanto no comes Emily?
- Anoche comí una barra de granola.
- Una barra de granola no es comida, te mande a realizar unas pruebas de sangre para saber que todo está en orden aunque a simple vista se nota que es cansancio y mala alimentación.
- ¿Cómo está el niño?
- No te preocupes por eso ahora, Milo ya se está encargando de todo, ahora descansa hasta que salgan los resultados y esto es una orden.
- Te lo dije nena, te lo advertí.
- Un desmayo no es la gran cosa, lo que si me preocupa es que sucediera cuando estaba con un paciente.
- Esa cabeza tuya que no para nunca, toma aquí te traje una leche con chocolate y una dona. Te lo acabas todo.
- Bueno, mamá.
Mientras discutimos todos mis malos hábitos entra la doctora de ginecología lo que me pone algo nerviosa.
- Hola Emily yo soy Rosa es un placer.
- Buenos días, Rosa.
- Muy bien veamos que tenemos aquí, estas anémica, muy mala alimentación para una futura mamá la verdad.
- ¿Disculpa que acabas de decir?
- Que eres muy descuidada para ser doctora y estar embarazada.
- Ja ja No Rosa esos no son mis estudios yo no estoy embarazada, eso es imposible.
- Aquí dice que son tuyos.
- Eso está mal yo no he tenido relaciones en mucho tiempo así que no puedo estar en cinta.
- ¿Cuánto tiempo exactamente? Porque aquí marca que estás de 16 semanas. Ya casi pasas tu primer trimestre.
Con Sami nos quedamos viendo sorprendidas, es verdad que la última vez que tuve intimidad con Ricardo fue como 4 meses atrás antes de que misteriosamente volviera de entre los muertos Sabrina, pero como un embarazo pasar desapercibido tanto tiempo.
- Rosa yo he tenido mi periodo normal todos estos meses solo este último mes se me descontrolo y lo asocié a todo el estrés de ser nueva aquí y otras cosas que han pasado en mi vida. No he tenido ningún síntoma que me indicará que estaba embarazada.
- Bueno eres doctora también y debes de saber que muchas veces el periodo sigue llegando, pero en realidad son pequeñas pérdidas, y sobre los síntomas no todas las mujeres son iguales. Hay algunas que se lo pasan muy bien y otras que llegan a odiar estar en cinta de lo mal que se pone todo.
- ¿Esto no es una broma?
- Ahora lo que me preocupa son esas pequeñas pérdidas, lo mejor es realizar un ultrasonido para saber si todo va bien, te has saltado las vitaminas y los cuidados esenciales en el primer trimestre.
El tiempo se para en seco, la veo mover sus labios, pero no logró entender absolutamente nada de lo que dice. ¿Yo de verdad estoy embaraza? ¿Un bebé mío y de Ricardo está creciendo dentro de mí?
Por tantos años soñé con esto, no quería nada más que darle un hermanito a Saúl y otro hijo a Ricardo, Pero él nunca estuvo de acuerdo, siempre dijo que no era el momento oportuno, que Saúl era pequeño, que el trabajo no daba buenas ganancias, que la casa era pequeña, que el tiempo no alcanzaba.
Tantas escusas que ya no me acuerdo de cuantas eran y ahora que todo acabó por fin sucedió eso que tanto soñaba. Mi bebé.
- ¿Voy a tener un bebé?
- Que bueno que volviste, ya me estabas preocupando, vamos a mi consultorio a ver a ese porotito.
Sami está igual que yo, ninguna de las dos logra caer en cuenta, caminamos lento hasta llegar al consultorio, mis manos tiemblan, mi corazón está desenfrenado, pero siento la mano firme de mi buena amiga y sé que todo estará bien.