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La Agente Doble es Convertida en una Niña

La Agente Doble es Convertida en una Niña

Status: Terminada
Genre:Timetravel / Mafia / Reencarnación / Contraataque del inútil / Completas
Popularitas:676
Nilai: 5
nombre de autor: Yulianti Azis

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Una chica hermosa, genial y talentosa llamada Kara Danvers trabajaba como agente doble, hasta que fue traicionada por su compañero… y murió.
Sin embargo, en lugar de ir al más allá, Kara transmigra al cuerpo de una niña adorable de 3 años, justo cuando la familia de la pequeña se encuentra al borde del colapso por culpa de una amante que llegó con su hija.
—¿Transmigré al cuerpo de una mocosa? —Kara Danvers no lo podía creer.
—¡Vaya, una rompehogares! Creo que merece una lección… —dijo Kara con una sonrisa maliciosa, desde el cuerpo de la niña.
¿Qué hará la agente doble dentro del cuerpo de esta pequeña tan tierna? ¡Vamos a descubrirlo!

NovelToon tiene autorización de Yulianti Azis para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 15

La luz se colaba por las rendijas de la ventana de la habitación, haciendo que Arvin, que estaba desmayado y dormido al mismo tiempo, se despertara con una mueca de dolor.

—¡Ugh! ¿Qué pasó? —dijo Arvin con voz ronca, agarrándose la cabeza y su hombría que aún palpitaba.

De repente, los recuerdos de la noche anterior giraron en su cabeza, donde casi había violado a su propia esposa.

—¡Maldición! —Arvin golpeó la almohada.

Al instante, el hombre se sintió arrepentido por sus propias acciones. Ayer había bebido alcohol, lo que lo dejó medio borracho e inconsciente de que había lastimado a su primera esposa.

Arvin se levantó de la cama, mientras salía de la habitación de invitados. De vez en cuando, hacía una mueca de dolor agarrándose su hombría palpitante.

El hombre caminó hacia la habitación de su primera esposa, pero de repente Amara lo interceptó.

—¡Mas! ¿Qué te pasa? —preguntó Amara, preocupada, o más bien, tratando de congraciarse.

—¡Aparta! ¡Quiero ir a la habitación de Selvira! —dijo Arvin con voz plana.

El rostro de Amara se agrió. —¡Selvira no está! ¡Salió con Vara muy temprano! —dijo la mujer.

—¿A dónde salió? —preguntó Arvin frunciendo el ceño, extrañado.

Amara se encogió de hombros con indiferencia. —¡No lo sé! Pero Mas...

Arvin pasó de largo junto a Amara y entró en su habitación. Quería asearse y buscar a su primera esposa para disculparse.

—¡Mas! ¿Es que no me oyes?

Amara, con el rostro agrio, siguió los pasos de su esposo hacia la habitación de Selvira, su otra esposa.

—¡Sal! ¡No tengo ganas de discutir contigo, Amara! —la echó Arvin, haciendo que el rostro de Amara enrojeciera.

Amara salió pisando fuerte, sus manos apretadas en puños. Arvin se aseó rápidamente y, no mucho después, salió con el rostro fresco.

Pero su hombría todavía le dolía mucho; parecía que también tendría que ir al médico. Recordando la noche anterior, no recordaba quién lo había golpeado.

Sintiéndose ya arreglado, Arvin salió apresuradamente de la habitación. Sin embargo, su móvil sonó, haciendo que el hombre, padre de un hijo, chasqueara la lengua con fastidio.

—¿Qué pasa? —preguntó Arvin con voz plana cuando contestó la llamada.

—¡De acuerdo! ¡Voy para allá de inmediato! —dijo Arvin con voz plana.

¡Tut!

—¡Maldición! —siseó Arvin.

Se había olvidado; resultaba que hoy tenía una reunión con un cliente importante. Se vio obligado a posponer la búsqueda de Selvira por ahora. Rápidamente, el hombre tomó su saco y se fue de la mansión.

Después de que Arvin se fuera, adolorido, Amara también salió conduciendo su propio coche. Había quedado con alguien.

En un jardín de infancia, se veía a Vara y su madre que acababan de llegar del supermercado.

Selvira pasó deliberadamente por el jardín de infancia porque quería encontrarse con su amiga. La mujer estaba evitando deliberadamente a Arvin.

—¡Vira! —llamó una mujer sonriendo, mientras saludaba con la mano.

—¡Vamos cariño, vayamos allí! —Selvira tomó de la mano a su hija.

Vara caminaba con desgana. Sus pequeños pies solo seguían los pasos de su madre para encontrarse con la amiga de la universidad de esta.

—¡Hola! ¡Cuánto tiempo sin vernos! —dijo Maya mientras se daba dos besos con Selvira.

—¡Sí! ¡Es que tú siempre estás ocupada! ¡Ah, sí, esta es mi hija Vara! —dijo Selvira.

Maya se agachó para estar a la altura de Vara. —¡Hola, Vara, cariño! Resulta que ya has crecido mucho, ¡eres tan bonita y adorable! —Maya pellizcó la mejilla regordeta de Vara, haciendo que Vara frunciera el ceño.

«¡Ay! ¡Esta persona, pellizcándome así!», pensó Vara, refunfuñando.

—¡Soy glande polque como aloz! —dijo Vara molesta.

Maya se rio divertida. —¡Pero qué lista eres! —la elogió.

Maya se levantó de nuevo y miró a su amiga. —¡Entremos primero! Charlaremos dentro. Lleva a Vara a la clase, los niños también están aprendiendo. Sí, aunque sean mayores que Vara, ¡pero no pasa nada!

—¡Oh, qué bien! Vara también podrá aprender y hacer muchos amigos. ¡Vamos, cariño!

Vara miró con horror a las dos mujeres frente a ella. «¿Cómo iba a mezclarse con esos mocosos?», pensó Vara.

«¡Preferiría elegir una misión difícil antes que jugar con mocosos!», gritó Vara en su interior.

Aunque reacia, Vara movió sus pequeños pies siguiendo a su madre y a su amiga. En su interior, Vara se preparó para mantenerse cuerda.

Maya llevó a la adorable niñita a la clase, donde niños de jardín de infancia de 5-6 años aprendían. Se oían sus voces cantando, riendo y también corriendo.

Al entrar en la clase, una niña de pelo corto se acercó a Vara.

—¡Hola, eles nueva, ¿vedad?! Me llamo Lania, ¿cómo te llamas tú? —preguntó la niña.

—¡Soy Vala! ¡Encantada de conocelte, Lania! —dijo Vara con cara inocente.

—¡No me llamo Lania, sino Lania! —dijo la niña.

Vara frunció el ceño, extrañada. —¡Pero si ya lo dije bien, te llamas Lania! —replicó.

—¡Ay! No... me llamo Lania. ¡Con L! —dijo la niña de nuevo.

«¡Qué quiele esta mocosa! ¡Si ya dije Lania bien, calajo!», gritó Vara en su interior.

La señorita Maya se rio entre dientes al ver la interacción de ambas y rápidamente intervino. —Vara, el nombre de tu nueva amiga es Rania —dijo, explicando.

—¡Eso! ¡La señolita Maya tiene lazón! ¡Me llamo Lania! —dijo Rania, sonriendo ampliamente y mostrando sus dientes.

«¡Pero bueno! ¡Si eles tú la que no puede decil la R, ¿pol qué me culpas a mí?», gritó Vara, exasperada, en su interior.

—¡Bueno, ya! ¡Vamos Vara, únete a los demás! —dijo la señorita Maya.

—¡Vamos, Vala! ¡Juguemos a apilal bloques! —dijo Rania mientras tiraba de la mano de Vara.

Vara se resignó cuando la niña de pelo corto tiró de su mano. Apenas se había unido a los demás, cuando de repente un niño corpulento llamado Bimo llegó con un libro de cuentos.

—¡Rania, también íbamos a aprender las letras! Eh, ¿quién es ella? ¿Es la niña nueva? —preguntó Bimo.

—Sí, es nuestla nueva amiga, se llama Vala —respondió Rania.

—¡Soy Bimo, Vala! ¡Vamos a aprender las letras! ¡Yo ya sé leer, eh! —dijo Bimo con arrogancia.

Vara solo asintió inocentemente, sin prestar atención al niño frente a ella.

Bimo, que todavía quería presumir, dijo: —¡Escúchame bien! —El niño abrió su libro de lectura.

—Esto es... 'babu', ¡significa papá! —dijo Bimo sonriendo, sintiéndose genial.

—¡Guau! ¡Qué genio, Bimo! —elogió Sani, aplaudiendo.

Vara de repente se rio al escuchar la pronunciación incorrecta del niño, lo que hizo que los otros niños se extrañaran.

—¡Te equivocas! —dijo Vara—. ¡Ecucha! El celdo vive en el coleal. Le gusta jugal en el lodo. Come salvado y vedulas.

La habitación de repente quedó en silencio; miraban a Vara con asombro y la boca abierta.

«¿Qué hice mal? Si es vedad, ¿no?», pensó Vara, frunciendo el ceño extrañada.

—¡Guau, qué genio! ¡Vala ya sabe leel! ¡Y eso que todavía es pequeña! —exclamó Rania emocionada.

—¡Sí! ¡Vala es más lista que yo! —dijo Bimo.

«¡Ya sé que soy genial!», pensó Vara.

—Si Vala sabe leel, ¡entonces Vala también sabe esclibil! ¡Vamos, intenta esclibil tu nomble, Vala! —dijo Rania con entusiasmo.

Los otros niños rápidamente le dieron papel y lápiz. Vara escribió su nombre con calma, con una caligrafía muy buena y ordenada.

—¡Guau! ¡La letla de Vala es como la de la señolita Maya! —exclamó Rania, aún más emocionada.

Los otros niños se emocionaron aún más. Desde la distancia, Selvira y Maya oyeron aquello e inmediatamente se dirigieron hacia los niños.

—¿Por qué tanto alboroto? —preguntó Maya.

—¡Señolita Maya! ¡Vala ya sabe leel y esclibil, su letla es muy bonita, señolita, ¡esta es su letla! —Rania le dio el papel a Maya.

Maya y Selvira se sorprendieron, mientras Vara los miraba a todos con inocencia.

Selvira se acercó a su hija. —¡Vara, cariño! ¿Cómo es que sabes leer y escribir? ¡Si mamá aún no te ha enseñado! —dijo.

Vara se puso nerviosa al instante, pero intentó mantener la calma. —¡Vala aplendió sola, Ma! Vala lo ve mucho en la tele —respondió Vara.

—¡Tu hija es realmente un genio, Vira! ¡Pudo aprender de forma autodidacta! —dijo Maya con admiración.

Selvira miró a su hija con orgullo. —¿Qué tal si matriculamos a Vara en la escuela?

—¡Buena idea!

Los ojos de Vara se llenaron de aún más horror al mirarlas a las dos. Se sintió arrepentida por habérselo contado a los niños.

«¡No! ¡No quielo il a la escuela otla vez!», gritó Vara, frustrada, en su interior.

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Sel Alarcon
jajajaja Vara es genial!!!! que crezca rápido y vaya tras Dennis..... 💪💪💪💪, paliza épica
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