Jonathan Wind ha vivido toda su vida con los humanos sin siquiera imaginarse de su verdadero origen, todo cambiará cuando una loba de cabellos rojos violáceos, aparezca frente a él, ocasionando el despertar de un poder oculto en su interior, de su lobo quien reclamará a esa linda loba como La Luna de Ares.
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El despertar
Pasados los días de aquella reunión en la que su padre fue rechazado por primera vez, Hazel rara vez lo veía en casa, mejor dicho, en el clan pues salía muy seguido de viaje, no sabían a donde iba, pues no tenían derecho a preguntar, para ella era un alivio no verlo, pues incluso su madre se veía mejor al ya no ser sometida por él.
- Hazel ¿Qué haces aquí? – Preguntó Marcos uno de los guerreros de confianza de su padre.
- Trabajando- Dijo cargaba heno para alimentar a las vacas.
- Hace unos días cumpliste la mayoría de edad ¿Alguno resulto ser tu destinado? – Preguntó caminando al lado de ella sin siquiera ayudarla a cargar ese fardo de heno.
- No – Respondió, no había tenido esa bendición, aunque ahora que lo pensaba incluso estuvo bien, pues la mayoría de los hombres del Clan Windsor eran tan déspotas como su padre.
- Interesante, sabes, eres hermosa y creo que me darás cachorros varones- Comentó, Hazel dejó caer el fardo de heno y lo miró con sorpresa- Le diré a tu padre que te entregue a mí como pareja elegida- Comentó mirándola de pies a cabeza, esa mirada le dio nauseas a Hazel, Marcos era joven, sí, pero por algo se había vuelto uno de los Alfas de mayor confianza de su padre, si eran tal para cual y era un hecho que solo quería emparejarse con ella por qué quería el título de Alfa de Alfas.
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Hazel llegó corriendo a casa y se encerró en su recamará, no quería ser entregada a Marcos, ese hombre haría de su vida peor de lo que ya era, incluso temía de ser golpeada como era su madre, caminaba de un lado a otro, hasta que su madre entró, ella no pudo más y se lanzó a sus brazos, no dudo en contarle lo que Marcos tenía en mente, Hilda suspiró pesadamente, ella no quería que su hija tuviera el mismo destino que ella, pero ni siquiera podía hacer algo para defenderla.
- Tienes que irte de aquí- Comentó, era lo único que se lo ocurría si quería salvar a su hija, Hazel suspiró y negó, si escapaba entonces su madre sería castigada.
- No quiero que te lastimen – Dijo mientras sus lágrimas recorrían sus mejillas.
- No mereces este infierno de vida Hazel – Acarició sus mejillas. Escucharon los gritos de Caspian, parecía más furioso que nunca- No salgas- Beso su frente y salió de la recamará.
Hazel obedeció a su madre, escuchó los gritos de su padre, él culpaba a su madre de todo, por el hecho de que jamás le dio un cachorro varón, ahora no podía mantener el poder del Clan Windsor, escuchó los gritos de su madre, mientras ese hombre comenzaba a golpearla, le pedía que parara, que ya no la lastimara, Hazel camino de un lado a otro, se cubría con sus manos sus orejas para ya no escuchar, pero todo era en vano, hasta que ya no pudo soportarlo más, sentía su sangre hervir, su loba estaba tan furiosa como ella, salió de la recamará y bajo las escaleras, para encontrarse con algo horrible, su padre sentado en el sofá individual, mientras sus hombres abusaban de su querida madre, ella tenía su rostro todo golpeado.
- ¡Aléjense de ellas, perros bastardos! – se lanzó contra ellos, Caspian solo observó a su hija ser detenida por dos de sus hombres.
- ¿Seguro que la quieres Marcos? – Preguntó, Hazel no se había dado cuenta, pero Marcos estaba al lado de su padre.
- Si, Alfa – Comentó con una sonrisa, Caspian asintió.
- Bien, entonces tómala ahora, después compártela con los demás – Ordeno, Marcos frunció el ceño ante esa orden- Serás el primero, pero no el único, necesitamos un heredero varón, da igual quien sea el padre mientras ella sea la madre – Agregó, Marcos asintió no tenía otra opción que obedecer.
- No, no, es tu hija, Caspian- Dijo apenas Hilda, Caspian solo rio con fuerza.
Hazel observo a Marcos acercarse a ella mientras se desabotonaba los pantalones, su cuerpo comenzó a temblar, tenía ganas de vomitar, no quería que ese hombre la tomará, miró con odio a Caspian ese hombre no podía ni siquiera ser su padre, sentía tanta rabia, asco hacía a él, quería que pagara por todo el daño que les ha causado.
Hilda apenas lograba mantenerse consciente, no dejaría que su hija viviera el mismo destino que ella, no, ella merecía algo mejor, ella merecía ser feliz, sabía que la Diosa Luna tenía preparado algo especial para ella, por algo le dio a esa loba con ese hermoso nombre, sin pensarlo le quito una navaja a uno de los hombres que estaba cerca.
- Yo Hilda Windsor, reniego del pacto de sangre que hice contigo, Caspian Windsor- Dijo para sorpresa de todos, Caspian abrió sus ojos de sorpresa, se levantó de su asiento, pero fue demasiado tarde, Hilda atravesó esa navaja en su pecho, haciendo que Caspian cayera de rodillas y colocara una mano en su pecho.
- Perra- Gruño Caspian al sentir el dolor, la única manera de romper el pacto de sangre era con la muerte de uno de los dos, pero renegar y quitarse la vida en presencia de la pareja elegida era un dolor agonizante para ambos, aunque solo uno moriría.
- ¡Huye, Hazel! – Grito Hilda, Hazel obedeció se deshizo del agarre de esos hombres, empujo a Marcos quien estaba sorprendido como todos por el sacrificio de su madre.
Hazel saltó por la ventana, no quería irse, pero tampoco quería que el sacrificio de su madre fuera en vano, su corazón dolía, sus lágrimas caían sin parar, podía sentirlo, podía sentir como la vida de su madre se estaba extinguiendo.
- Huye mi niña, no mires atrás, no te detengas, tu mereces una vida diferente, mereces la bendición de una pareja destinada que te amé- Hablo Hilda mediante el enlace.
- Mamá, perdón – Dijo con su voz cortada.
- Mi niña, no pidas perdón, tú tienes un destino diferente, tienes que ser feliz Hazel, olvídate de que eres una Windsor, encuentra a tu pareja destinada y vive tu vida lejos de este horrible clan, promételo- Continuo agonizante.
- Lo prometo, mamá, lo prometo- Dijo sin pensarlo, sabía que la vida de su madre llegaba a su fin.
* -Te amo con todo mi corazón-*
- Yo te amo más mamá, gracias…- Dijo mientras se adentraba al bosque - ¿Mamá? – La llamó, pero solo escuchó su último suspiró y el enlace se cortó.
Hazel corría hecha un mar de lágrimas, el dolor de su corazón era demasiado, ya no podía hacer un enlace con su mamá, eso significaba que ella estaba muerta, escuchó ruidos, los lobos comenzaban a seguirla, si la atrapaban entonces el sacrificio de su madre sería en vano.
- Deja que tome el control- Dijo su loba- Hazel, tenemos que huir, no podemos morir aquí – Volvió a decir.
Hazel accedió a las palabras de su loba, sintió sus huesos quebrarse mientras se transformaba sin dejar de correr, era la primera vez que lo hacía, el dolor fue insoportable, cerró sus ojos con fuerza y después de unos segundos, el dolor se desvaneció, al volver abrir sus ojos veía a través de su loba, ella corría a gran velocidad, sin tener un rumbo fijo, lo único que querían era escapar del clan Windsor, de ese infierno, corrió toda la noche, siendo guiada por la luz de la luna sin saber a dónde iba, no le importaba, sin darse cuenta a travesó esa línea invisible que la llevaba a la vida de los humanos.
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Jonathan estaba cerrando la cafetería después de un normal y largo día, se sentía algo extraño, últimamente había sido así no entendía por qué, pero escuchaba una voz en su interior, aunque no lograba entender lo que decía, además que había cambios en su cuerpo y su fuerza incrementaba, también seguía teniendo esos sueños extraños con la chica de cabellos rojos violáceos, sin logra ver su rostro, pero cada que soñaba con ella, tenía la necesidad de conocerla, su cuerpo reaccionaba solo con pensarla, a veces pensaba que era debido al estrés.
Entró a su casa y Max saltó a él, se preparó una cena sencilla unos sándwiches y una malteada de chocolate y sirvió a Max sus croquetas favoritas, cuando estaba por sentarse a comer y ver una película como acostumbraba todas las noches, escuchó un ruido extraño provenir de afuera, Max empezó a ladrar desesperado.
- Tranquilo, amigo- Acarició la cabeza al husky, tomó una lámpara y salió al patio trasero a investigar, dudaba que fuera un ladrón, pues el pueblo era demasiado pequeño y muy tranquilo, si llegara a ser uno, entonces no sería de ahí, todo estaba oscuro y muy silencioso eso comenzó a inquietarlo.
Jonathan alumbro hacía unos arbustos, algo se movía ahí, se acercó con cautela, esperando que no fuera un ladrón y mucho menos un animal peligroso, cuando estuvo a solo unos pasos de los arbustos, un lobo de cabellos rojizos violáceos saltó frente a él, de la impresión cayó al suelo y miraba a ese enorme lobo no parecía normal y más que asustarle le causo un extraño sentimiento, sus bellos ojos marrones lo miraban con intensidad y entonces fue ahí cuando sintió algo despertar en su interior, su cuerpo ardía, un extraño poder recorría su cuerpo, las imágenes borrosas se mostraban en su mente, el día del accidente donde perdió a sus padres, unos lobos enormes y feroces los atacaron, su cabeza comenzó a doler, todo era confuso, tallo sus ojos pues ardían, su respiración estaba agitada y entonces levantó una vez más su mirada al escuchar un tierno susurro que hizo que todo su cuerpo se tensara.
- Pareja- Escuchó una suave voz femenina, que hizo que todo su cuerpo se helera.
- Pareja –
Escuchó una voz en su interior, pero era una voz ronca, varonil, imponente, sus ojos pasaron a ser azules y brillaban en la oscura noche, aquella hermosa loba con su embriagante aroma lo despertó de lo que fue un largo sueño, su destino se había puesto en marcha pues su amada mate ya estaba a su lado, la Diosa Luna se la envió y ahora que estaba ahí no la dejaría ir, la protegería y la amaría como se lo merecía.
La loba se tambaleo a los lados, estaba débil había perdido la noción del tiempo, no sabía cuánto había corrido, pero sentía que ahora estaba a salvo, pues estaba en frente de su pareja destinada, se sentía tan feliz de que la Diosa de la Luna se haya apiadado de ella, camino hacía a él que parecía estar perdido, ya no pudo mantenerse más en pie, cayó al suelo inconsciente.
Jonathan abrió los ojos de sorpresa al ver como esa loba tomaba forma humana, se talló sus ojos sin poder creer lo que veía, se levantó y se acercó con mucho cuidado a ella, su hermoso cabello le hacía recordar a la chica de sus sueños, los apartó de su rostro y suspiró, era bonita, no pudo evitarlo y su mirada recorrió su cuerpo, sacudió la cabeza de inmediato alejando todo pensamiento lujurioso que estaba teniendo en esos momentos, se rasco la cabeza pensando en qué hacer con ella, no podía dejarla simplemente ahí, la noche era fría, tal vez debía llamar a la policía, suspiró.
- No se te ocurra alejarla de nuestro lado- Escuchó una voz, volteó a los lados buscando al dueño de esa ronca voz.
- Me estoy volviendo loco – Soltó con pesadez, cargo a la chica en sus brazos al tocar su piel su cuerpo reaccionó, además que desprendía un delicioso aroma que podía volverlo loco de deseo.
Jonathan llevó a la chica a su recamará, la acostó en la cama y se dirigió a su armario, saco una de sus playeras y se la puso tratando de no tocar más de lo debido, después la arropo con las sabanas de la cama, no podía dejar de mirar su bello rostro, tenía algunas pecas que formaban un camino horizontal en el dorso nasal.
- Que bonita- Acarició su mejilla con ternura, no podía dejar de mirarla, despertaba una extraña sensación en él.
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Directo, fuerte y claro jaja 😂
¡Respete a su Tío! jajaja 😂😂😂
Ya está preocupada por esa última noche en el bosque con los hombres de Marcos acechando 😓😞
Hubiera sido mejor padre y pareja..mel.clan no estaría en dónde está ahora 😔
¡Qué gran revelación! 😳
Pero sí o sí debe decírselo a Hazel antes de que se entere por otro lado, ahí si será peor 🤦🏻♀️
Ay pobre Dani, ya con su especie me da pesar 😢😢