Sueños De Amor

Estando en la playa se encontraron con Lucia e Irene. Al verse corrieron a abrazarse, parecían tres niñas que apenas se juntaron para jugar. Eran tan auténticas, les importaba un comino las etiquetas logrando robarle una sonrisa a Sergio.

"Veo que al fin lograste que la castaña te prestará atención", comento Luciano burlándose.

"Se llama Alexa y no es lo que estás pensando", respondió Sergio con frialdad.

"Yo no pienso nada, solo observó cómo te pones cuando la ves, y no es para menos, la castaña es hermosa", dijo Luciano observando a las jóvenes.

Sergio ignoró las palabras de Luciano y fue al encuentro de las chicas. Empezaron a hablar entre ellos llamando la atención de Luciano quien también se unió a la conversación. Era un ambiente cargado de risas y juegos.

"No me pareces tan patán como decías Alexa", comento Irene viendo muy interesada a Sergio.

"Si lo soy, no te confíes", contesto Sergio con una mirada tenebrosa.

"Irene no me parece adecuado tu comentario", regaño Lucia molesta.

"No discutan, Sergio está claro lo que pienso de él, así que no hay nada nuevo", intervino Alexa calmando a sus amigas.

El ambiente que hace un momento era agradable se había convertido en un ambiente tenso. La actividad de Irene le había extrañado a Lucia, ella nunca la había visto así. Algo no andaba bien, y al parecer a Sergio tampoco le había gustado esa amiga de Alexa.

"¿Me acompañas?", pregunto Sergio a Alexa relajando un poco la mirada.

"Si, claro", respondió Alexa apenada.

Se alejaron del grupo sin decir nada más, Irene vio como se alejaban y ese sentimiento de envidia que siempre había tenido por Alexa empezó a asomarse sin que ella lo pudiera controlar, pero nadie se dio cuenta, ya que Lucia estaba muy entretenida hablando con Luciano. Rodando los ojos Irene se apartó de ellos y fue a buscar algo de beber, dejando a la pareja sola.

Mientras tanto Sergio llevo a Alexa a un lugar apartado, quería hablar con ella sobre lo ocurrido. Una vez estuvieron solos aprovecho para preguntarle su opinión.

"Así que soy un patán", comento Sergio sentándose en una piedra que estaba en la orilla de la playa.

"Tampoco es un secreto lo que siempre pensé de ti, es decir, por lo general me tratabas muy mal y no solo a mí sino a todo aquel que considerabas inferior", explico Alexa mirando el ancho azul que tenía frente a ella.

"Si lo reconozco, y de hecho sigo siendo el mismo, pero no sé por qué ya no puedo seguir portándome así contigo", confesó Sergio viendo lo hermosa que era Alexa.

"Señor Méndez ¿No me diga que se ha enamorado de mí?", respondió Alexa en broma.

El silencio fue la respuesta que obtuvo de Sergio quien no podía quitarle la vista de encima a su acompañante, ni él sabía que le estaba pasando, lo único que si sabía eran las ganas que tenía de besarla y de olvidarse de las estúpidas clases sociales.

"No digas tonterías, tú no eres mi tipo", respondió Sergio después de un largo silencio.

"Tú tampoco eres el mío, así que estamos mano", contesto Alexa.

"Entonces¿amigos?", pregunto Sergio con un nudo en el pecho.

"Ok, amigos", respondió Alexa sintiendo algo romperse en ella.

"Amiga vayamos al agua, a divertirnos un rato", propuso Sergio tendiendole la mano.

"Me parece bien, pero antes debo ponerme mi traje de baño", respondió Alexa.

"Ok, vamos a cambiarnos."

Fueron a la cabaña y cambiaron sus atuendos por trajes de baño. Alexa salió de la habitación y se encontró a Sergio sin camisa mostrando todos sus músculos, trago grueso, respiro profundo y se repetía mentalmente que él solo es su amigo.

Por su lado, cuando Sergio vio a Alexa en ese diminuto bikini sintió una gran atracción por ella, quería besarla y hacerla suya en ese mismo momento. Pero ella solo era su amiga y no podía traspasar esa línea.

"¿Estás lista?", pregunto Sergio apartando su mirada de Alexa.

"Sí, vamos hay que aprovechar los rayos del sol", indico Alexa.

Cuando salieron a la playa sus amigos estaban divirtiéndose en el agua así que ellos se unieron al grupo pasando un día diferente. Irene era la única que no se veía feliz, pero no Lucia ni Alexa le prestaron atención, ya que Irene no les demostraba su verdadera forma de ser.

"Muchachos es hora de cenar, vayamos al restaurante", propuso Sergio.

"Yo te apoyo", agrego Luciano.

"Muy bien, pero tenemos que cambiarnos", dijo Lucia riendo. Los cinco fueron a vestirse para estar presentables, ya que el restaurante al que irían era de caché. Alexa no estaba muy cómoda ante la idea, pero que más podía hacer, no tenía otro lugar a donde ir.

"¿Estás bien?", le pregunto Lucia a su amiga al verla pensativa.

"No es nada, mejor salgamos que nos están esperando", respondió Alexa algo apagada.

"Cariño si es por la cuenta, no te preocupes, Lucia y yo te cubrimos", intervino Irene con ironía.

"¿Qué pasa contigo hoy?, nosotras nunca hablamos de ese tema", regaño Lucia molesta.

"No es eso Irene y no he preocupes por pagar mi cuenta, lo puedo hacer yo sola, gracias", dijo Alexa saliendo de la cabaña.

"¿Qué te pasa?, Alexa es nuestra amiga no tienes que decir esas cosas", dijo Lucia saliendo detrás de Alexa.

"No dije nada malo, solo la verdad", susurro Irene para sí misma.

Alexa salió rápido de la cabaña tropezando por accidente con Sergio quien por instinto la abrazo a él.

"Siempre tan despistada", bromeó Sergio naturalmente.

"Lo siento, venía distraída", respondió Alexa alejándose de Sergio.

"Vamos al restaurante", comento Sergio tomando de la mano a Alexa.

"Ya no tengo hambre, vayan ustedes, yo te espero en el auto", dijo Alexa deprimida.

"¿Qué pasó?, hace un momento estabas muy entusiasmada por ir al restaurante", pregunto Sergio preocupado.

"No es nada, mejor te espero en el auto", volvió a decir Alexa alejándose de Sergio.

Poco tiempo después Lucia llegó hasta donde estaba Sergio, se veía algo preocupada y estaba como buscando a alguien.

"Hola Sergio, ¿de casualidad has visto a Alexa?", pregunto Lucia.

"Sí, dijo que no quería cenar y se fue al auto a esperarnos", contesto Sergio confundido.

Lucia le explicó lo sucedido hace unos minutos con Irene, haciendo que Sergio se molestara.