Dos personas, que por destino se unen, un amor destinado a no ser, traición y venganza, muerte y pasión, desencadenado por El Desencuentro.
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Cap. 8 Bibi, ese hombre de la cabaña
Silvia escuchó todo con la boca abierta y casi en llanto, no podía creer todo lo que había pasado, pues de todas formas su amiga sí estaba en riesgo de muerte, además de la traición de Ariel, en especial con esa aprendiz de bruja.
—Bibi, no lo puedo creer, yo estoy anonadada, Ariel, ese bastardo, siempre creí que era un gran chico, que te amaba de verdad, pero revolcarse con esa zorra, le dijiste mil veces quién era y de lo que era capaz de hacer. Aun así se enredó con ella, mintió por ella y casi te matan, estoy segura de que todos están complotados en eso, lo puedo jurar —vociferaba Silvia mientras caminaba de un lado al otro, no podía más con la situación.
—Sí, lo sé, yo tampoco entiendo mucho, sé que mi vida está en riesgo, pero no puedo creer que todos la apoyan, que todos estén de su lado, es algo tan frustrante —dijo Bianca mientras se despeina el cabello.
—Bueno, ahora hay que ver lo que hacemos, primero hay que monitorear sus pasos, después deberás recuperar lo que es tuyo, pues sí, todo eso es tuyo BIBI, no te atrevas a dejarlos que se salgan con la suya —dijo su amiga mientras que Bianca asiente un poco más tranquila. Pero, en realidad, su inquietud no está en esa parte de la historia.
Silvia puedo ver esa mirada triste, una mirada que su amiga no tenía casi nunca, siempre era de carácter fuerte, animosa y divertida, muy soberbia en ocasiones, pero ahora parecía un gatito mojado bajo la lluvia.
—Bibi, ese hombre de la cabaña, ¿te gustó estar con él? —dijo Silvia, mientras que Bianca se sobresaltó ante la pregunta.
—Bu…, bueno, era algo diferente, es muy varonil, además que, no sé cómo explicarte, era como un imán, eso que te incita a querer tocarlo todo el tiempo, ni siquiera de forma sexual, solo acurrucarte en sus brazos, tomar su mano, que te abrace todo el tiempo… —Bianca vio a su amiga que tenía una cara de burla total, parecía que Silvia la conocía más que a nadie.
—Oh, ya entiendo, pues, me imagino que su matrimonio debe ser tan desagradable, que se esconde en una cabaña durante cinco años para no ver a su familia, y que le vaya mal por hacerte sufrir — dijo Silvia, mientras que Bianca negaba con la cabeza. Sin embargo, su corazón no podía dejar de extrañarlo, aunque era un hombre hosco, las muestras de amor eran claras y sinceras.
*_*
Mientras tanto, en la ciudad, hay una conferencia de prensa de parte de la familia Job y la familia Lizorty.
—La pérdida de mi amada hija es realmente una tragedia para la familia, ser secuestrada una semana antes de su boda ha dejado un gran dolor en la familia, así como en la familia de su prometido, Ariel Job, realmente agradezco todo su apoyo, y es por esto, que creo que es hora de que rehaga su vida y avance. En estos meses vamos a anunciar una gran noticia que es una feliz consecuencia de este terrible suceso, pero quiero decirle a mi Yerno que espero que sea feliz y que su vida sea colmada de bendiciones —decía Víctor Ardut mientras que los reporteros filmaban y tomaban nota de lo más importante. Pero ahí entre medio había una joven que no estaba conforme con la respuesta y lo que más le disgustaba era la cara de Fátima.
—Disculpe, Señor Ardut, su hija ha fallecido hace poco más de un año, su gran noticia podría ser ¿una fusión dé? la empresa Lizorty de la cual su hija mayor era su única heredera?, o podría ser un nuevo compromiso matrimonial entre su ex yerno y su segunda hija? — dijo la joven mientras mira a Fátima con burla.
Obviamente, todos se miraron conmocionados y más aún los reporteros, eso jamás se les había pasado por la cabeza, Fátima siempre se hizo pasar por una jovencita prudente y madura, con valores morales altísimos.
Víctor carraspeó y vio a la joven quedándose un poco pasmado y molesto, esa mocosa era una de esas amigas pobretonas que Víctor odiaba que su hija tenga, y es por eso que no las aceptaba, era porque le recordaban su humilde procedencia.
—Señorita, no debería arruinar la sorpresa, pero sé que esperará hasta este fin de semana donde daremos la noticia —dijo el hombre dando por terminada la conferencia de prensa.
Fátima pasó cerca de la joven y con una cara burlona se dirigió a ella.
—Escucha bien Sarita gordita, espero que estés bien preparada para lo que verás el fin de semana, porque te aseguro de que no solo será tu primer gran evento como reportera, sino que será el último día de tu carrera como comunicadora social — dijo Fátima para después alejarse dejando a Sara con muchos insultos en su boca, pero no podía decirlo.
Ariel también se acercó a Sara con un semblante cenizo, parecía que al hombre no le había hecho gracia su comentario.
—Sara, deja de perseguirme, todo de lo que me acusan es mentira, basta, nunca le fui infiel a Bianca, su hermana y yo solo somos amigos, solo amigos, una vez, solo una vez pasó algo que ni siquiera recuerdo, pero no fue premeditado — dijo Ariel tratando de salvar la cara pero Sara no se tragaba esa píldora.
—Oh, entonces, cuando te vi salir del hotelucho de mala muerte ese, junto a tu futura cuñada mientras mi amiga estaba desaparecida, recién bañaditos y oliendo a jabón barato, ¿también estabas aturdido y no sabías lo que pasaba? — dijo Sara con una sonrisa socarrona mientras que el joven apretaba los puños y quería golpearla por estar tan molesta.
Ariel se marchó mientras que Fátima se fue detrás de él, las cosas por fin serían como debían ser, así que debía controlar a ese tipo que era cada vez más difícil de manejar, habían cometido un error, al deshacerse de Bianca, ellos perdieron la única forma de controlar a Ariel Job. Él se mantenía callado y obediente solo para no ser descubierto en esa situación con Fátima, pero ahora, apenas y logra que acepte reuniones entre las familias, Fátima había perdido por completo el control sobre él, ya no pudo acostarse con él nunca más y menos embarazarse.