Me obligaron a casarme con un hombre que no amaba ni el a mi, habia aprendido a vivir como la esposa del segundo principe de Cassttle, resignada a morir como la princesa despreciada. Hasta que llego el, estaba segura que no volveria a verlo nunca y ahora resulta que esta aqui y que es el hermano mayor de mi esposo. El primer principe de Cassttle!!
Amarlo de la manera en que lo hacía era un pecado, uno dificil de no cometer, controlar el deseo que sentia por el era un desafio en el que irremediablemente habia perdido, fue imposible no caer en su juego... de Seducción!
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15. Yo no te amo.
𝗣𝗼𝘃 𝗔𝗹𝗲𝗷𝗮𝗻𝗱𝗿𝗼 𝗫𝗶𝗼𝗻
Todos volteamos a verla, cada dia me sorprendia mas su valentia.
- Que, no vas a ir a una guerra Alicia, alguna vez a estado en una, hay muertes dolor, estaras en peligro, yo no quiero perderte.
Ella lo miro con burla en sus ojos.- no te preocupes por eso esposo ya he visto morir a personas, acabo de matar a alguien y la verdad no me importa, no merecía vivir, Ademas si muero ya tienes dos señoritas Louis que pueden reemplazarme o quien sabe puedes tomar a alguna de mis otras hermanas como esposa.
- Que dices Alicia, eso no va a pasar yo te quiero a ti, ninguna de ellas es tu no lo entiendes.
- No, no lo entiendo. No entiendo cual es tu problema esposo o el dolor que finges sentir, nunca quisiste que yo fuera tu esposa, me dijiste claramente que no seria tu mujer, entonces no veo ningun problema en que tomes a otra mujer de esposa si llego a morir en batalla.
- Como te atreves a hablarle asi a tu esposo niña insolente.
- Silencio madre.-El camino hacia ella y se arrodillo y tomo su mano.
- Perdóname Alicia, he sido un mal esposo, nunca me puse en tu lugar, no me di cuenta lo maravillosa que eres, pero te prometo que si me das la oportunidad seré un mejor esposo contigo, no vayas a la guerra, yo no quiero perderte, te amo Alicia, te prometo que si me das la oportunidad yo lo haré todo por ti, tomaré mis obligaciones y me divorciaré de tus hermanas, lo daré todo por ti, por nuestro matrimonio.
- Esposo que haces, no puedes dejarnos, quedaremos deshonradas, no podemos volver a casarnos.
- Esposo ella nunca te quiso, nosotras siempre te hemos querido, hemos sido buenas contigo, no puedes dejarnos.
Las concubinas estaban arrodilladas suplicando y el nisiquiera volteaba a verlas
- Silencio, después hablaré con ustedes.
- No puedes hacer eso remus hijo, esa mujer no te merece.
- Silencio madre, ella es la unica que me ha merecido y fui un tonto al dejarme influenciar por ti.
Ella solo lo miraba con indiferencia, despues de haberle arruinado mas de diez años en su vida mi tonto hermano creia que solo pedir perdon lo arreglaría.
- Lo siento Remus es tarde, talvez si me hubieras dicho eso cuando tenía 8 años hubiera intentado quererte y ser tu amiga, pero me has hecho despreciarte por años, si sigo compartiendo un matrimonio contigo es solo por obligación, yo no te amo nunca lo hice
Oh eso no debio complacerme tanto como lo hizo, pero lo hizo, ella nunca lo habia querido, pero en sus ojos lo veia, ella me queria a mi tanto como yo a ella. Remus se levanto molesto y comenzo a gritar.
- No te dejare ir, no tienes mi permiso, eres mi esposa y te quedaras aqui.
- No necesito tu permiso esposo, solo necesito la aprobación del emperador.
Ella me miro y todos voltearon a mirarme, yo solo la miraba a ella, volver a pelear a su lado era un sueño para mi.
- Tiene mi permiso princesa, iremos a la guerra juntos, una maga como usted sera mas que necesario.
Vi a remus venir hacia a mi con intension de golpearme, lo tome del cuello y apreté su mano.
- No eres rival para mi hermano, nisiquiera lo intentes.
- Que haces Alejandro suéltalo
- Tendre que disciplinarlo, al parecer ustedes no lo hicieron como se debe.
El intento lanzar su otra mano hacia mi cara, la esquive y mi pie se impacto en su estómago, el cayo al piso y me miro con odio.
Crees que no lo se, que te gusta mi esposa, eres un envidioso, quieres todo lo que yo tengo, pero nunca la tendrás ella es mia nada mas, es mi esposa, mi mujer, nunca sera tuya.
Todo lo que decía me hacía sentir odio y vergüenza de ser su hermano, hablaba de ella como si fuera un trofeo que había ganado, como un juguete y así decía que la amaba, maldito egoísta.
- Jajajaja no me hagas reir, has querido toda tu vida ocupar mi lugar, creo que la cosa es al revez.
- Ya basta, como van a pelear por esa mujer acaso estan perdiendo la cabeza los dos.
El volvio a levantarse y vino hacia a mi, lo tome del cuello antes de que pudiera golpearme. Y apreté, no podia respirar, intentaba quitarme con sus manos, pero mi fuerza superaba a la suya por mucho, estaba poniéndose rojo del esfuerzo.
- Suéltalo Alejandro es tu hermano
Mis padres intentaban separarnos.
- Alejandro basta.
Voltee a verla, ella me veia con cariño, aun sabiendo que era un mounstro capaz de matar a mi propia familia. Lo solte y el cayo al piso tosiendo.
- Los quiero a todos fuera
- Que dices no te vamos a dejar aqui con esa mujer.
- FUERAA.
Mi padre la agarro del hombro y la saco, las concubinas tomaron a remus de los hombros y lo ayudaron a salir y cerraron la puerta, Al fin solos. Voltee a verla y ella estiró su mano, me acerque y me sente a su lado y tome su mano.
- Lo siento cariño, me molesto mucho que hablara de ti como si fueras un objeto.
- No vale la pena Alejandro. No quiero muertes sin sentido, el imperio te odiaria si saben que mataste a tu hermano.
- Jajaja lo sé y más si después de eso, tomo a su viuda como mi esposa.
Ella abrió los ojos de sorpresa.- Que dices Alejandro.
- Jaja no importa cariño, como estás como te sientes, te duele algo.
- No, estoy bien es más diría que nunca me había sentido con tanta vitalidad como ahora, lo único que me quedo fue la cicatriz en mi pecho.
- Una cicatriz? ¿Me dejas verla? Yo puedo quitarla.
Ella comenzó a desabotonar su vestido por delante y descubrió su pecho. Una cicatriz del tamaño de un plato que cubría casi todo su pecho y senos, no debería estarme sintiendo tan excitado como estaba, pero no podía dejar de mirar sus senos, eran más perfectos de lo que había imaginado.
- Deja de verme así pervertido.- Ella tapó sus senos con sus manos, estaba sonrojada, se veía preciosa, dulce, pura.
- Lo siento, lo siento, déjame arreglarlo.- Tome sus manos y las quite de sus senos y puse las mías, yo tenía magia de curación, aunque nadie lo sabía, yo era un mago universal, podía usar muchos tipos de magia. Pase un rato así y cuando quite mis manos ya no estaba aquella cicatriz, se veía aun más perfecta como si eso pudiera ser posible, me agache y deje un beso en medio de su pecho y la tape de nuevo con el vestido, tenía que ser un caballero.
- Gracias Alejandro.
- Lo que sea por ti preciosa.
/Ok//Good/