*Han pasado exactamente dos años desde que me dejaron prácticamente en el altar.
Me llamo Montserrat Diaz, CEO de MONSE COMPANY.
Sentada en mi sillón de color rojo, con una copa en mi mano, mirando el vacío que ofrecía mi ventana, me puse a llorar.
"Maldita seas Enrique, maldita seas Victoria" maldecía a las personas que más odiaba en el mundo, mientras leía en una página de chisme, que ellos dos se habían casado en Hawaii.
Mi vida da un giro al conocer a Aaron Palacios, un joven que al igual que yo, lo han traicionado, mientras yo lo quiero cerca como un juguete, él solo quiere estar lejos de mi.
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12.
MONTSERRAT DÍAZ
Cuando abrí los ojos mis padres me acompañaban en el cuarto de hospital. Mis padres estaban enfurecidos.
—¿Quién es él padre del bebé? ¿Es hijo del ministro?
— ¿Cómo sabes de Edgar?
— Tanto escándalo que haces, que crees que no nos daríamos cuenta. Hasta hoy, te he dejado hacer lo que has querido porque pensé que eras inteligente. ¿Quién es el padre? Debes casarte con él.
— Edgar no es el padre. No lo involucres en esto.
— Sí no es Edgar, ¿Quién es?
— No te lo diré. Además, tengo 25 años, soy una adulta y hago lo que yo quiero.
Solo sentí la mano de mi padre en mi mejilla.
— Eres una estúpida. Vas a abortar y no le dirás a nadie de ese bastardo.
— Pero no quiero abortar. Además, este bastardo es tu nieto.
— Amor, ya Cálmate. Déjame hablar con Montse— mi madre le tomó el hombro a mi padre.
— Váyanse de aquí los dos. No quiero escuchar nada. Voy a tener este bebé y punto. Es mi cuerpo, es mi bebe y yo decido que hacer.
— Es que te veo y no puedo creer que actúes con tanta estupidez. Piensa en tu futuro. Aún eres joven y podrás tener más hijos, junto a un hombre que forme una familia contigo.
— ¿En que siglo vives, padre? Ya no estamos en la edad de piedra. La verdad, no entiendo porque se comportan así. Salí embarazada, deberías estar alegre que tendré un nieto tuyo.
— Te dejaré en paz, y que tengas al bebé si me dices quien es el padre. ¿Qué apellido es el chico?
— ¿Qué pasará si te digo quien es el padre?
— Sé casará contigo antes de que nazca el bebe.
— ¿Y si es un hombre pobre?
— ¿Qué estás diciendo? Qué el padre de ese bebé es alguien que no tiene un buen apellido. Eres una tonta. No ves que solo quieren tu dinero y tu caíste.
— Bueno, yo me haré cargo de mi hijo. Pueden irse.
— Lamentablemente, como ya decidiste. Ya no regreses a la compañía. No tienes derecho de nada e igual sal del departamento.
— No pueden hacerme esto, tú me diste la empresa. No me la puedes quitar así.
— Ya lo hice. Ya tomaste una decisión. Es que no entiendes que estás arruinando tu vida.
No podía ponerme a llorar. No era el momento. Tenía que ponerme fuerte.
— Amor, tengo una idea. Voy a viajar con Montse a Suecia, ella llevará su embarazo ahí, Tendrá al bebé ahí y nosotros lo registraremos con nuestros apellidos, como nuestro hijo. Él crecerá como tu hermano, tú te casaras con Edgar y seguirás siendo la CEO de esa empresa y de todas las demás. Eres nuestra única hija.
— Me niego.
— No puedes negarte, porque si lo haces, tu vida y la de tu bebé será muy miserable. No tendrás ninguna oportunidad de trabajo en ningún lado. Ya que no piensas en tu bienestar, piensa en la de tu bebé. ¿O quieres que tu hijo tenga una vida miserable?
—¿Desde cuándo ustedes han sido así? Pensé que ustedes me amaban. Sin importar mis errores, ustedes deberían apoyarme, como mis padres. No niego que estoy asustada, porque hasta hoy supe que estaba embarazada. Y saben que, yo amo al padre de este niño o niña, es pobre, sí. Pero sé, que él no jugó conmigo. Lamento que la decisión que tome, no es la que ustedes quieren, pero es la que yo quiero tomar. No voy a aceptar ni tu propuesta, padre, de abortar, ni tampoco la propuesta de mamá, yo quiero ser la madre, no la hermana. Si quieren arruinar mi vida, cerrándose todas las puertas, háganlo. Yo voy a luchar—Me puse a llorar.
— Te vas a arrepentir de esta decisión. El mundo es cruel con las madres solteras. Desde hoy, haré de cuenta que no eres mi hija.
— Está bien, padre.
Mi madre estaba seria. Mi padre salió del cuarto.
— Montse piénsalo.
– Mamá.
— Tú sabes que no puedo llevarle la contraria a tu padre. Traté de ayudarte, pero no quisiste.
Mi mamá salió de la habitación. Me puse en pie y salí de la clínica. Conduje hasta mi departamento. Estaban dos guardaespaldas de mi padre. Quise entrar pero ellos no me dejaron. Así que regresé al auto.
le dice a la dra q construirá el hospita para la dra administrarl