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Hilos Del Destino

Hilos Del Destino

Status: En proceso
Genre:Magia / Superpoder
Popularitas:510
Nilai: 5
nombre de autor: Víctor Solórzano

Siempre nos hablan del tiempo como algo lineal, primero el pasado, luego el presente y por último el futuro y también nos hablan de que el único tiempo real es el presente, porque el pasado ya pasó y el futuro no está hasta que llega, pero ¿Qué tal si no fuera así? ¿Qué pensarías si te digo que el tiempo, paradójicamente, es y no es línea a la vez? ¿Y que vivimos varios momentos al mismo tiempo y esto no se limita para nada al presente?

Te invito a descubrir poco a poco la complejidad de esta historia y a sumergirte en un océano de emoción a medida que leas su trama.

NovelToon tiene autorización de Víctor Solórzano para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo III, Andrew

     Habían pasado cinco días desde

el incidente de la viga del techo. El señor Héctor —el albañil— había reparado

todos los daños y luego había reforzado toda la estructura de la casa. Ese

trabajo le había salido algo costoso a mi madre.

     En cuanto al hecho de que Andrea

y yo descubrimos que algunos de nuestros sueños son premonitorios. Es algo que

aún estamos asimilando. Eso nos preocupa, en especial a mí, con lo reales, lo

vividos que son mis sueños y pesadillas, lo realmente emocionantes y

aterradores que pueden ser, la idea de que algo de eso se vuelva real o que así

sea de forma metafórica anticipe algo real, resulta simplemente abrumadora.

     Eran las cinco de la madrugada,

el alba había iniciado y el viento entraba por la ventaba de mi cuarto, dándome

heladas caricias. Hace cinco minutos que me había despertado.

    —En estos últimos cinco días no

he tenido sueños o al menos no recuerdo haberlos tenido. —Suspiré y me

concentré en escuchar el absoluto silencio que reinaba en cada rincón de la

casa—. Bueno, quizá sea lo mejor.

     Me levanté para bañarme. Era día

miércoles, así que debía llegar más temprano al liceo para las prácticas del

equipo de basquetbol. Me relajé mientras el agua caliente de la ducha recorría

mi cuerpo.

     «Algunas de las cosas que he

soñado que bien podrían hacerse realidad a futuro son agradables, unas más

importantes que otras, pero hay otras que son todo lo contrario. Además, lo

mejor del futuro es que es incierto… a menos que tenga una premonición sobre

los números para ganarme el premio gordo de la lotería.»

     Salí de la ducha, me sequé, me

vestí con el uniforme del liceo y coloqué mis zapatos. Luego agarré mi bolso,

donde además de mis cuadernos, libros y demás útiles escolares también cargaba el

uniforme del equipo de basquetbol para cambiarme antes de la práctica. Bajé las

escaleras del primer piso, mi desayuno estaba servido, al igual que el de mi

hermana, mi madre había preparado más temprano el desayuno de los tres y, luego

de comer el suyo, se había vuelto a acostar, como acostumbraba los días que me

tocaba practica de basquetbol, que eran los miércoles y los jueves, mientras

que los partidos eran siempre en día viernes.

     Las prácticas de esta y la

próxima semana eran especialmente importantes, debido a que la otra semana más

arriba tendríamos el primer partido del torneo estatal estudiantil. Y si

ganábamos el torneo, iríamos al torneo nacional. El objetivo que nos teníamos

planteado para este año era ganar el torneo nacional, algo que casi logramos el

año pasado, cuando quedamos como subcampeones.

     Comí rápidamente el arroz, los

huevos y el tocino. Luego me bebí el vaso de chicha. Me fui a cepillar y luego

me marché al liceo.

    Llegué sin ninguna irregularidad

de por medio, aunque, tal como me había pasado cada vez que salía a la calle

desde ese día, seguía pensando en el accidente automovilístico que presencié.

     «Con algo como eso fácilmente se

puede morir alguien y ese alguien fácilmente puedo ser yo.»

     Una vez entré al liceo me dirigí

directamente a la cancha de basquetbol, saludé a Armando, el único miembro del

equipo que llegó antes de mí, y me marché a los vestidores de chicos para

colocarme el uniforme del equipo. Una vez me vestí, fui directo a la cancha.

     —¿El entrenador ya llegó? —pregunté

a Armando.

     —No, son apenas las seis, él

suele llegar a las seis y quince —respondió mientras miraba su reloj —¿Qué te

hizo llegar más temprano de lo habitual? Normalmente estoy solo a esta hora.

     —En los últimos cinco días no he

tenido las típicas ganas de volver a dormirme y durar quince o treinta minutos

extra en la cama. —Alcé levemente los hombros y los bajé.

     Luego de eso se hizo un silencio

prolongado entre los dos, el cual me resultó incómodo, por lo que decidí hablar

de otra cosa.

     —¿Cómo te va con tu novia? Me

comentaste que se llama Jessica ¿No?

     —Me va bien, Andrew, de hecho,

quizá parezca apresurado porque sólo llevamos un mes y apenas hemos tenido tres

citas, pero quiero presentarle a mis padres este sábado.

     —¡Muy bien, eso quiere decir que

debes estar full enamorado! —Sonreí ampliamente     —¿Físicamente hasta donde han llegado?

     —¡Sabes bien que no le voy a dar

respuesta a esa pregunta!

     —Bueno, te entiendo, es como

dicen, los caballeros no tenemos memoria.

     —En la tercera cita me regaló

una carta que escribió a mano expresando sus sentimientos por mí y me llamó «el

caballero de su corazón.»

     Los minutos pasaron rápidamente

a medida que la conversación se extendía y entonces llegó el entrenador, que

llevaba consigo la bolsa con los balones. Sonó su silbato para que nos

formáramos frente a él.

     —¡Es decepcionante que sólo dos

de los cinco miembros titulares del equipo estén aquí a esta hora! —Frunció el

ceño—. Bueno, ¿qué más podemos hacer?, quiero verlos jugar a ustedes dos uno

contra el otro, gana el primero en anotar diez puntos o más, si el resto de los

titulares llega antes de que terminen, declararé al ganador según como hayan

quedado los puntos para ese momento.

     El entrenador me dejó el balón a

mí para que iniciara el partido conmigo a la ofensiva, Armando comenzó a

marcarme, lo eludí con una finta e hice mi lanzamiento, era un tiro de tres

puntos, pero rebotó del aro y Armando logró agarrarlo. Él corrió muy rápido

hacia el lado opuesto de la cancha mientras driblaba a un ritmo increíble, así

que logró evadirme y hacer una clavada.

     Tomé el balón mientras él seguía

guindado del aro y pronto un montón de imágenes recorrieron mi mente a toda

velocidad, todas trataban de Armando y yo jugando, pero eran jugadas que aún no

realizábamos.

     A partir de ese punto jugué

anticipándome a los movimientos de Armando, no sólo por esa primera secuencia

de imágenes premonitorias, sino porque hubo otras premoniciones que al final me

permitieron leer la forma de jugar de Armando como si fuera un libro abierto.

El pequeño partido entre él y yo terminó diez puntos a cuatro a mi favor.

     «Así que no sólo puede ocurrir

mientras sueño.»

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EIOC 23
Venezolanos, desde el primer capítulo lo supe... /Smile/
bombastickbook
buena historia bro
Anthea
Tu historia parece ser emocionante. ¡Por favor, un nuevo capítulo! 🙏
Victor Solorzano: Subí el nuevo capítulo hace unas horas.
total 1 replies
Vòng một lép nhưng tôm tép có đầy
Me interesó la trama, no puedo esperar a ver qué pasa después.
Victor Solorzano: Hasta ahora he publicado cuatro capítulos.
total 1 replies
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