Tres amigos, tres historias diferentes. Un solo destino.
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Confrontación.
Rodrigo.
Mi intención al dar esa fiesta, es que todos me vieran, y así no les quedara ninguna duda de en quien me había convertido. Me gusto que me mirarán así, con envidia y arrepentimiento, porque si, allí habían personas que de verdad habían sido muy crueles en el pasado, que me menospreciaron.
Pero ahora, todos querían quedar bien conmigo, todos querían el favor de Rodrigo Leal, que irónica es la vida a veces, pero yo iba a disfrutar de mi momento.
Puedo decir que fue un éxito la fiesta, pues sucedió todo como lo tenía planeado, excepto un par de cosas. La primera, el Chuli. Esta noche yo esperaba poder presentarlo ante todos como mi capataz y mano derecha, quería que luciera el traje costoso que le compre, y también esperaba que aprendiera a obedecerme, primero cortándose ese cabello y siendo tan humilde y sumiso como antes, pero él no. Resulta que trabaja con un imbecil ingeniero de pacotilla, que al parecer le ha metido muchos cuentos en la cabeza, pero me encargaré de eso tan pronto tenga espacio.
Y lo otro fue Rut, jamás creí que se pudiera ver tan bien en un vestido, yo sé lo mandé a manera de broma, pues siempre dijo que jamás se pondría un estúpido vestido, y de verdad pensé que no se lo pondría, pero me equivoque, ella se lo puso y que hermosa quedó.
La imagen de Rut en ese vestido, se quedó como un retrato en mi mente, jamás pensé que pudiera tener un cuerpo tan hermoso, y que pudiera impactarme tanto. Pero creo que se me fue la mano por la lujuria y ella se dio cuenta, supongo que debió molestarse, pues me ignoró todo el resto del tiempo, hasta que se fueron. A la tarde siguiente del día de la fiesta, fui a su casa, quería hablar con ella y disculparme, de paso saludar a su papá, pero estaba sola y muy a la defensiva, la entendí pero me hice el tonto, me era difícil disculparme por mis acciones, así que decidí ser el amigo de siempre.
Cuando tocamos el tema de Chuli, la vi más dispuesta y por eso tuve que mentirle, hacerle creer que si había mandado un abogado para ayudar a Chuli, pero eso no era así, ni siquiera puedo creer que alguien como ese abogado haya defendido a Chuli, pues según me dijo mi asistente, era un abogado carísimo que ni siquiera yo podría darme el lujo de contratar sus servicios.
Por eso es que supongo que lo hizo por caridad, alguien tuvo que contarle la vida del Chuli para que él llegara a compadecerse así, solo espero que esto nunca se sepa, de lo contrario no sabría que decir. La cosa es que ella accedió a salir conmigo a comer, pero Tiffany apareció de la nada, y nos interrumpió la comida y también la charla, ahora que la observaba con más detenimiento, me daba cuenta que siempre le molestaban mis novias, y más cuando la vi ser tan cortante con Tiffany.
Cuando le dije que se disculpara, no lo hacía realmente por Tiffany, yo en el fondo deseaba que Rut me dijera que es lo que le molestaba, hace nada estaba tan normal conmigo y ahora parecía odiarme, eso era algo que no podía entender y mucho menos soportar.
Pero Sandra apareció, y eso para mí fue demasiado, pues volver a verla hizo que se removieran cosas en mi, a pesar de estar con alguien como Tiffany, me di cuenta que seguía teniendo debilidad por Sandra. Fue ella que me hizo la revelación que me llevo a la confusión, Rut había estado enamorada de mi desde pequeños, y digo que había, porque la misma Rut aseguró que ya no era así, que ahora estaba enamorada de alguien más. Me pregunto ¿Quién será esa persona?.
Rut se fue casi corriendo y ya no hice nada mas por detenerla, pensé que ya era suficiente para ella todo esto, y aparte, quería hablar con Sandra, ella no estaba en el pueblo cuando hice la fiesta, así que me interesaba mucho saber que opinaba ahora que ya no era un don nadie.
— Déjala que se vaya, después de todo, tú y yo tenemos mucho de que hablar, a solas.
— ¿Y de qué tenemos que hablar tú y yo? Recuerdo que la última vez que hablamos, fuiste muy clara con lo que me dijiste, así que no veo la necesidad de tener una charla ahora, todo se dijo ese día.
— ¿Sigues resentido por eso? Entiéndeme, mi papá jamás hubiese aceptado nuestra relación en ese entonces, siempre ha dicho que debo casarme con un hombre de mi mismo estatus, y pues en ese momento tu no eras quien eres ahora, así que te aclaro que no es porque no me gustaras, porque que siempre me has atraido, y precisamente por eso es que te di la oportunidad de que tuviéramos algo sin compromisos, quería de alguna manera... Ya sabes.
La escuchaba y no lo podía creer, ella estaba diciendo que me quería, y si lo pensaba bien, tenía razón, estuvimos juntos, es más, ella fue mi primera mujer, todo lo que sé, lo aprendí con ella, y eso la hace inolvidable para mi.
— Disculpa, estas hablando con mi novio, por si no lo sabías, él y yo estamos comprometidos, así que respeta un poco.
Tiffany no pudo soportarlo e intervino en la conversación, ella tenía razón, ambos teníamos una relación y hablamos de matrimonio, pero es que lo que estaba sucediendo era algo que...
— Así que tú eres el intento de Rodrigo para olvidarse de mí, debo reconocer que no estás mal, pero querida, lo primero, es lo primero. De hecho, las cosas que él hace contigo, las aprendió conmigo, yo le enseñé lo que sabe, lo hice hombre, y eso es algo que no puedes cambiar, como el hecho de que él todavía me ama, pregúntale si no me crees.
Tiffany me miró, ella tenía una cara de interrogación y supe que Sandra había logrado su cometido, pero para ese tipo de situaciones, siempre hay una salida y es huir. Tome a Tiffany de la mano y camine para alejarnos de Sandra, pues la conocía, si ella se había empeñado en esto, no iba a descansar hasta lograrlo.
— ¿Porque nos estamos yendo? Ella tiene razón ¿Verdad? Tú la sigues queriendo, no te has olvidado de esa mujer, soy para ti un consuelo, un intento de olvidarla.
— Tiffany, cálmate por favor, tu no conoces a Sandra, ella es manipuladora, siempre le gusta jugar con la mente y los sentimientos de los demás, no te dejes enredar por ella, estoy contigo, eres mi novia y nos casaremos, así que no te preocupes.
— Quiero que nos vayamos a Estados Unidos mañana mismo, no quiero estar un día más aquí, si seguimos aquí presiento que te voy a perder.
— ¿De qué hablas? Estas hablando como una mujer insegura, y esa no eres tú.
Efectivamente, si algo me gustaba de Tiffany era su seguridad, ella siempre estaba calmada y era muy buena resolviendo conflictos, pero justo ahora, estaba dándome cuenta de que no era del todo así, estaba actuando justamente como yo detestaba.
— Vamos a la casa, allí hablaremos tranquilamente.
Así maneje hasta la casa, fue difícil calmar a Tiffany, pero al final creo que lo logré, eso sí, me tocó prometer que no iba a prestarle atención a Sandra. Para calmarla, tuvimos una noche de pasión intensa, y creo que sirvió de algo, ah menos de momento.
Llegado el medio día, me avisaron que el Chuli estaba de regreso, pues cuando fui a buscarlo, alguien me dijo que se había ido con su jefe a alguna parte.
Maneje hasta donde estaban trabajando y trate de convencerlo de venir y ser mi capataz, pero él se negó, Chuli ya no era ese mismo de antes, había cambiado muchísimo conmigo, y yo intuí que era por lo de la cárcel. Me sentí ofendido, ¿Quién se creía para rechazar mi oferta? Debería agradecerme que lo tuviera en cuenta, pero se creía no se que, todo porque estaba al lado de ese ingeniero de medio pelo.
— Ya veremos cuánto te dura la valentía.
Dije entre dientes, mientras manejaba rumbo a la gobernación, alguien tenía que decirme algo sobre ese ingeniero que pretendía robarme la atención de mi amigo.