La Omega De Armand

El rubio condujo la motocicleta cerca de tres horas hacia donde le indicó la rubia semidesnuda que traía abrazada a su espalda. El saberla en esa condición, lo dejaba un poco en jaque, pero debía controlarse todo lo posible, pues iban a alta velocidad y cualquier mínima acción, podría causar un accidente. Al llegar a la entrada de la manada, varios vigías salieron a su paso.

- ¿Qué haces aquí? Has sido expulsada y te atreves a traer a un humano. - rugió el jefe de los guardias.

- He venido porque necesito hablar con la alfa Antonietta, necesito advertirle de los planes que tiene Lineth Monett, ella está preparando un ataque a la manada. - habló firme y sin rastros de dudas en su mirada.

El rubio no entendía para nada los términos usados, pero podía comprender que su chica no era bienvenida en ese lugar, algo que por alguna razón, le causó tristeza.

El jefe de guardias habló por el enlace a la alfa, media hora después, apareció un inmenso lobo, negro, acompañado por otro un poco, no mucho, más pequeño, que al llegar al lugar se transformó, dejando ver a una hermosa mujer de cabellos negros largos y ojos verdes aceitunas.

''¿Qué, no hay nadie feo aquí?'' - pensó el humano.

Luego de colocarse ropa, la alfa se acercó bastante seria a la chica. Su mirada era intimidante, sin embargo, Marion necesitaba mostrarse firme si quería ser escuchada.

- ¿A qué has regresado? - preguntó Antonietta.

- He regresado a prevenir sobre las intenciones de Lineth Monett, si bien cometí errores, jamás traicionaría la manada, pues aquí crecí y aquí están mis padres.

- Habla sobre lo que planea Lineth.

Estaba por explicar cuando el vigía de la parte superior del extenso muro, gritó que a lo lejos se divisaban lobos pícaros. Entonces llegó a sus fosas el olor de los renegados.

- ¡Maldita sea! Deben tener brujos a su favor. - expresó Marion. - Ocúltate, y no salgas por nada del mundo, allí hay un agujero donde puedes estar sin que te hallen. - rápidamente se acercó a él y se refregó en su cuerpo, para que oliera a ella y no lo detectaran. Lo había traído hacia el peligro.

Se transformó, dejando salir a su loba Yira, quien se puso en guardia. Antonietta habló por el enlace a su padre y hermanos, quienes aparecieron acompañados por Loana y 5 brujos más que vivían en la manada. Instantes después, aparecieron alrededor de 50 pícaros, liderados por Lineth. Si bien, eran muchos lobos renegados, los soldados de Lune de Sang, eran conocidos por ser los más sanguinarios aunque sus enemigos los superaran en número, ellos nunca mostraban miedo y mucho menos piedad.

La loba pintada se convirtió, dejando ver la silueta de Lineth, quien se mantenía altiva y segura de ganar la batalla por el gran número de lobos que comandaba.

- MIRA NADA MÁS, ES LA TRAIDORA, CUANDO MATE A ESTA ALFA DE PACOTILLA, TE DESTROZARÉ EL CUELLO A TI, ESTÚPIDA.

- DUDO MUCHO QUE SIQUIERA PASES DE MÍ, VOY A DISFRUTAR MUCHO ENTERRANDO MIS COLMILLOS EN TU CUELLO. - amenazó Antonietta.

Desde el interior del agujero, el pobre humano presenciaba la escena, le parecía algo irreal lo que observaba, lobos contra lobos, aunque los lobos recién llegados se veían como hienas gigantes. Eran feos, monstruosos y olían horrible. Para nada como su hermosa rubia, que tenía olor a regaliz.

- ¡ATAQUEN! - gritó la mujer que aún mantenía su forma humana.

- Vaya que por fin me voy a divertir, tenía años que no tenía una batalla. - habló emocionado Antoine, dejando salir a su werewolf Novak.

Algunos renegados sintieron temor al ver a esa bestia, sabían que ese lobo solo significaba una cosa, ¡muerte!

Por otro lado, en la manada, todos habían ido al refugio donde Rebecca, Amelie y Susana se encargaron de acomodar a los más pequeños. En el otro refugio estaban los adultos y adolescentes.

- Los alfas y los guerreros nos van a proteger, no tenga miedo luna Rebecca. - dice calmada Amelie.

- Jamás habíamos tenido problemas, Antoine acabó con los traidores la última vez, antes de que llegara a realizarse la guerra.

Rebecca sabía que su amado no dejaría que entraran a su manada tan fácil, pero temía que le hicieran daño, o a sus hijos.

Mientras tanto, en la frontera de la manada, varios renegados han perdido la vida, por otro lado, algunos guerreros de la manada, habían sido heridos, pero no había pérdidas.

La loba pintada trataba de alcanzar con sus colmillos el cuello de la loba alfa, quien ya aburrida, la tiró al suelo y colocó su pata en el cuello de ésta. Peló los colmillos y atacó directo a la yugular, desprendiendo parte del cuello de la loba, quien pereció de manera instantánea.

El mate de Lineth, que era un lobo renegado, al ver a su amada sin vida en el suelo, corrió hacia donde Antonietta con la intención de cobrar venganza, pero antes de siquiera acercarse, un lobo Blanco, frenó al renegado, luchando contra este, que logró clavar los colmillos en una de sus patas. El lobo blanco como pudo se levantó y volvió a atacar, pronto acabó con la vida del mate de Lineth. Al transformarse mostró a un Beneditte, cubierto de sangre.