Prometida Ao Don Salvatore

En el día siguiente ellos se despiertan, Marco baja primero y Sofia baja luego, arreglada. Ella llevaba un vestido, decidió acostumbrarse a la ropa que había allí y decidió que se vestiría de forma más femenina y demostraría ser una mujer y no una niña. Así que iba a empezar por la ropa.

Ella baja y Marco ya está en la mesa, la mira de manera diferente, pero ella no puede identificar qué tipo de mirada es.

— Sofia: Sofia- ¡Buenos días!

— Marco: Marco- ¡Buenos días! ¿Vas a salir?

— Sofia: Sofia- ¡Sí!

— Marco: Marco- ¿Puedo saber a dónde?

Sofia abre la boca lista para decir algo pero Marco habla antes que ella.

— Marco: Marco- No importa si respondes o no, no me importa, todavía soy tu esposo, aunque sea solamente en papel como dices, pero no dejo de serlo y tengo que saber por dónde andas.

Sofia lo mira queriendo responderle, pero cambia de opinión.

— Sofia: Sofia- Voy a casa de mi padre.

— Marco: Marco- Vale, ve con los guardaespaldas, voy a pedirle a Elisa que te entregue una tarjeta de crédito por si acaso necesitas algo.

— Sofia: Sofia- No necesitas tratarme como si fuera tu esposa de verdad.

— Marco: Marco- Me estoy yendo.

Marco se va con su expresión seria de siempre, Sofia termina su desayuno y sale a buscar al conductor.

— Sofia: Sofia- ¡Buenos días, lléveme a la casa del señor Elizeu, por favor!

— Motorista: Conductor- ¡Sí, señora!

El conductor la lleva, el coche va con dos guardaespaldas, ella no sabía dónde era, después de todo nunca había ido.

El conductor la deja en la puerta y ella entra, los guardaespaldas se identifican y los guardias de la casa avisan a Elizeu quién permite la entrada y Sofia entra.

— Elizeu: Elizeu- Qué sorpresa recibirte aquí, hija mía. Por favor, siéntate.

Sofia se sienta.

— Sofia: Sofia- Gracias.

— Elizeu: Elizeu- ¿Qué te trae aquí?

— Sofia: Sofia- Quiero que encuentres una manera de deshacer este acuerdo.

— Elizeu: Elizeu- Hija, perdóname otra vez, pero no puedo. Una vez casada, no puedes divorciarte. En la mafia, no traicionamos ni nos divorciamos. Una mujer traicionada o divorciada puede representar un riesgo para la mafia, buscando venganza o algo parecido. Por eso es nuestra ley más estricta.

Sofia suspira profundamente frustrada.

— Sofia: Sofia- ¿Por qué hiciste esto? Ya no es suficiente con no haberme criado, ahora quisiste acabar de una vez con mi vida.

— Elizeu: Elizeu- Hija, puedes no creerlo, pero todo lo que yo quería era haberte criado, estar cerca de ti y ver cómo crecías. Pero hice una promesa y nunca incumplo una promesa.

— Sofia: Sofia- Y seré la única perjudicada en todo esto, no pareces importarte por mí como dices.

— Elizeu: Elizeu- Cuando hice ese acuerdo, solo fue para sellar la paz. Acordamos que si ustedes no aceptaban cuando crecieran, el acuerdo podría deshacerse. Por confiar en mi amigo, lo firmé, pero él había puesto una cláusula que no había visto. Si se cancelaba, él tomaría mi mafia y nos mataría a mí y a ti. No presté atención a esa cláusula, confié en él. Aunque fuera mi amigo, el padre de Marco era un hombre despiadado, no pensaba en nadie más que en sí mismo.