Bruna, una joven de 18 años, vive con sus padres en la ciudad de Río de Janeiro. Son una familia humilde y sencilla, pero de corazón generoso. Bruna y sus padres deciden mudarse a Betim, en Minas Gerais, en busca de mejores condiciones de vida. Con lo poco que lograron ahorrar de sus trabajos, alquilan una casa y se preparan para esta nueva etapa.
Víctor, un viudo de 32 años y empresario exitoso, pierde a su esposa en un trágico accidente automovilístico. Se siente culpable por lo ocurrido, sin darse cuenta de que su esposa nunca fue la persona virtuosa que él imaginaba. Es dueño de la mayor productora de aviones del país, Embraer, empresa en la que también ejerce como CEO.
Víctor busca una asistente personal. Bruna, por su parte, busca un trabajo en una gran ciudad, mientras él necesita una empleada. Bruna es muy inteligente, dulce, tierna y pura, mientras que Víctor, viudo despiadado, no muestra una sonrisa a nadie.
¿Pero será que seguirá siendo así?
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Capítulo 14
Victor, cuando llega a casa, sus padres están en la sala conversando.
Victor: Hola, mamá y papá, ¿qué milagro que la abuela no está aquí?
Luzilene: está en el jardín tomando un poco de sol del final de la tarde.
Victor: ¡ah, sí!
Matteo: ¿llegaste temprano hoy?
Victor: finalicé todo lo que tenía que finalizar y me vine a casa.
Luzilene: hay algo que percibo que nunca más quisiste hacer: salir por la noche los fines de semana. Solías salir con tus amigos.
Victor: sí, mamá, pero ya no tengo ganas de hacer eso. Isaac y Noah me invitaron a ver el show de Amado Batista hoy, pero no estoy de humor.
Matteo: deberías salir, relajarte un poco, olvidar el trabajo; la vida no es solo trabajo, hijo.
—Victor recuerda lo que Carol, considerada loca, comentó sobre pedirle a Bruna que encontrara un gatito para aprovechar la noche. Esto lo deja totalmente desorientado y, en el impulso de ese instante, en la rapidez de su pensamiento, en relación con su adorable Bruna, él responde.
Victor: pensándolo bien, creo que iré. De hecho, hace bastante tiempo que no salgo de casa. Bien, voy a mi habitación. Tomaré la decisión final antes de la hora del show.
Luzilene: ¿y la nueva secretaria lo está haciendo bien? — pregunta a propósito para ver la reacción del hijo.
Victor: ella es extremadamente competente, inteligente y organizada, y está desempeñando muy bien la función que le fue asignada.
Matteo: ¿y cómo está tu corazón? Hijo, me di cuenta de cómo miras a esa muchacha. La forma en que te refieres a ella va más allá de una relación profesional. Victor, ¿aún vas a insistir en que no hay sentimiento? Hijo mío, te estás sentenciando a ti mismo, estás firmando tu propio sufrimiento. Ya no eres un niño. La decepción que enfrentaste no significa que tu vida se detuvo, ni que todas las mujeres del mundo son iguales a Alane. Hijo, por miedo a equivocarnos y herirnos, terminamos dejando pasar la gran oportunidad de ser felices. Por lo tanto, deja ese miedo bobo de lado, abandona la postura de viudo implacable, ama y busca la felicidad de una forma que nunca lo hiciste, porque, en esta vida, hijo, nunca amaste a una mujer y, al mismo tiempo, nunca fuiste amado por una.
— Victor cierra los ojos, respira hondo y suspira, recordando a Bruna con esa mirada dulce, tan linda y delicada. Todos los días, al llegar, ella entra en su sala, cumple todas las tareas acordadas: cierra las cortinas, abre las ventanas y ajusta la climatización del ambiente. Sin embargo, el verdadero aroma que permanece allí es el de ella. Y, conforme la canción de Amado Batista, él está corriendo un serio riesgo de enloquecer, y no solo de acabar en los tribunales.
— Mientras tanto, en la casa de Bruna, ella les dice a sus padres que va a salir con sus amigas por la noche.
Bruna: "Iré con mis amigas a un bar para un show de Amado Batista. Mamá, no llegaré muy tarde, no."
Sílvia: claro, hija, tienes que divertirte.
Gael: cuidado, muchacha, esos lugares, ¡rum!
Bruna: "Te amo, papá jajaja. Bien, iré a tomar un baño y veré qué ropa usar por la noche." Jajaja, una no tan llamativa.
Silvia: eres linda de todas formas, mi ángel.
Bruna: ¡te amo, mamita!
—Ella va a su habitación a tomar un baño y descansar un poco hasta la noche, cuando se prepara para encontrarse con sus amigas. Carol le pasa la dirección, y ella va en Uber. Pero ¿será que a la vuelta también va en Uber o será que tiene un coche lujoso de su lindo jefe?
— Por la noche, alrededor de las 19 horas, Bruna solicita un Uber y se dirige al lugar indicado por Carol. Al llegar, el lugar ya está lleno, pero sus amigas la esperan en la entrada.
Bruna: ¡llegué, chicas! ¡Buenas noches!
Claudiane: Jesucristo de Nazaret, qué chica linda. El gato León tiene razón para estar todo encantado; pronto su nombre cambia de gato León a gato mañoso. Jajaja.
Bruna: ¿eh? —¡sin entender!
Carol: jajaja te dije, mi linda, que mis amigas eran más locas que yo. Nosotras tres juntas es hospicio completo. Jajaja, pero olvida lo que dijo Clau y vamos a disfrutar de la noche. Dentro de poco llega mi gatito. Vine con las chicas, que incluso trabajan en la casa de nuestro jefe, y el gato león es un nombre específico que Clau le dio a él. Jajajaja.
Bruna: jajaja Ustedes son muy graciosas.
Marli: placer en conocerte, Bruna, eres muy linda, yo soy Marli.
Bruna: El placer es mío, chicas, conocerlas.
Carol: vamos a entrar y elegir un lugar que quepamos todas, incluso los chicos que pronto llegan. Vinimos nosotras tres en mi coche y ellos vendrán después, pues tienen una misión antes de llegar aquí.
Bruna: ¿misión?
Carol: "Sí, después te cuento, vamos a entrar."
— Ellas entran en el bar, que ya está lleno. Los chicos quedaron encargados de persuadir a Victor para que fuera al bar, pero él ya había decidido que iría, pues no quería dejar a Bruna sola. Mientras Carol toma una cerveza Heineken, Marli y Claudiane beben tragos y Bruna se conforma con agua, las chicas están sentadas. Ella se levanta para ir a la barra a pedir un agua con gas y, en ese instante, ve al hombre más lindo del mundo llegando al mismo lugar. Su mirada profunda, intensa y brillante penetra su alma, como si dijera: "Llegué, tú eres mía". Bruna llega a suspirar hondo, y las chicas concuerdan plenamente con Carol en que el vínculo entre los dos es más profundo de lo que se puede pensar.
