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En Manos Del Mafioso

En Manos Del Mafioso

Status: En proceso
Genre:Mafia / Amor-odio / Romance de oficina / La mimada del jefe
Popularitas:1.1k
Nilai: 5
nombre de autor: magály Fernández

en manos del mafioso , Emily escapó de una relación mala, cerro su corazón del amor, ahora estaba preparandose para su nuevo trabajo, sin saber lo que el destino le preparó

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Capitulo 14

El coche negro avanzó por una larga avenida flanqueada de árboles, iluminada por faroles antiguos. Emily observaba en silencio, con el ceño fruncido, mientras los nervios se enredaban en su estómago. El trayecto se hacía interminable, y cada metro recorrido aumentaba la presión en su pecho.

Cuando las enormes puertas de hierro forjado se abrieron, lo primero que vio fue la extensión del terreno: jardines perfectamente cuidados, fuentes iluminadas y un camino de piedra que conducía a una mansión imponente, de arquitectura clásica y majestuosa.

—Dios… —susurró, sin poder evitarlo.

Luca sonrió al verla impactada.

—Bienvenida a tu nuevo hogar, pequeña.

Emily lo fulminó con la mirada.

—No es mi hogar. Solo estaré aquí hasta que esto termine.

Él arqueó una ceja, divertido por su resistencia, y la condujo hacia la entrada. Dos guardias abrieron las puertas principales, revelando un interior que parecía sacado de una película: techos altos con lámparas de cristal, escaleras de mármol, cuadros antiguos, alfombras gruesas. Todo irradiaba riqueza… y poder.

Emily se sintió fuera de lugar, como si hubiera cruzado a otro mundo.

—Esto no es una casa, Luca. Es un castillo.

Él se inclinó apenas hacia ella, con esa sonrisa peligrosa.

—¿Y qué mejor lugar para proteger a una princesa?

—No me llames así —espetó Emily, avanzando sin mirarlo.

Luca rió suavemente, siguiendo sus pasos.

Al día siguiente, Emily pidió hablar con Sophia en privado antes de ir a la oficina. Se encontraron en la cafetería de siempre, pero la expresión de Emily era distinta: cansada, tensa, como si cargara un secreto demasiado grande.

—¿Qué pasa? —preguntó Sophia en cuanto la vio—. Tienes esa cara de “mi vida se volvió un caos otra vez”.

Emily respiró hondo, dudando un segundo antes de soltarlo.

—Me voy a quedar unos días en la mansión de Luca.

Sophia abrió los ojos como platos, casi atragantándose con el café.

—¡¿Qué?! ¿Estás loca? ¿Vas a vivir con ese mafioso arrogante?

—Es… complicado —respondió Emily, bajando la voz—. Recibió amenazas. Yo recibí amenazas. Me están vigilando, Soph. Y si me quedo en mi departamento, soy un blanco fácil.

Sophia se quedó en silencio unos segundos, procesando la información. Finalmente dejó la taza sobre la mesa y la miró fijamente.

—Emily… ¿estás segura de que no es él mismo quien organiza esas amenazas para tenerte cerca?

Las palabras golpearon fuerte. Emily no supo qué responder- --no lose, pero no creo, se arrodillo frente a mi soph- dijo finalmente.

Sophia casi deja caer la taza de café.

—¿¡Qué!? —exclamó, inclinándose sobre la mesa—. ¿El mafioso arrogante, el mismo que te mira como si fueras un trofeo… se arrodilló frente a ti?

Emily bajó la mirada, jugueteando con la servilleta entre sus dedos.

—Sí… —murmuró, todavía incrédula al recordarlo—. Me pidió que fuera con él a la mansión, que lo dejara protegerme. Me prometió cuidar de ti también. Y lo dijo… como si realmente lo sintiera, Soph.

Su amiga la observó con seriedad, cruzando los brazos.

—Emily, no sé qué me asusta más: que un hombre como él se arrodille por ti… o lo que eso significa.

—¿Qué quieres decir? —preguntó Emily, alzando la vista.

—Que los hombres como Luca no se doblan por nadie —explicó Sophia, con voz grave—. Si lo hizo contigo, es porque eres su debilidad. Y en ese mundo, tener una debilidad es mortal.

Emily tragó saliva, sintiendo un nudo en el estómago.

—No sé qué pensar, Soph. Quiero creerle, pero… tengo miedo de que todo esto termine mal.

Sophia extendió su mano sobre la mesa y apretó la de su amiga con fuerza.

—Entonces prométeme algo: no importa lo que sientas por él, no bajes la guardia. Porque si lo haces… puede costarte caro.

Emily asintió despacio, con los ojos brillantes.

—Lo prometo.

En ese momento, su celular vibró en el bolso. Emily lo sacó con el corazón acelerado: era otro mensaje desconocido. La sangre se le heló al ver la pantalla.

“Bonita foto en la cafetería. Qué gusto saber dónde encontrarte tan fácil.”

Emily levantó la mirada hacia Sophia, pálida.

—Soph… nos están mirando.

El corazón de Emily latía desbocado mientras mostraba el mensaje a Sophia. Su amiga abrió la boca para decir algo, pero en ese mismo instante la puerta de la cafetería se abrió con fuerza.

Luca entró, acompañado de dos de sus hombres. Su sola presencia bastó para que varias personas dejaran de hablar y giraran la cabeza. Con pasos firmes, se dirigió directo a la mesa donde estaban Emily y Sophia.

—Vámonos —ordenó con voz grave, sin perder un segundo.

Emily lo miró, confundida y furiosa al mismo tiempo.

—¿Qué demonios haces aquí?

Luca lanzó una mirada rápida al teléfono en su mano, y sus ojos se oscurecieron aún más.

—Ya lo sé. Recibí el mismo mensaje —respondió, tomando el bolso de Emily y entregándoselo a uno de sus hombres—. No pienso dejarte expuesta ni un minuto más.

Sophia se levantó de golpe, enfrentándolo con una mezcla de miedo y valentía.

—¡Oye! No puedes llegar así y arrastrarla como si fuera tuya.

Luca la miró fijamente, con una seriedad cortante, pero su voz bajó de tono cuando habló:

—No estoy aquí para discutir, señorita Sophia. Usted también está en peligro ahora.

Emily dio un paso al frente, interponiéndose entre ellos.

—¡Basta! —exclamó—. No me trates como si no tuviera voz en esto, Luca.

Él sostuvo su mirada un instante, y aunque la ira hervía bajo su piel, bajó el tono.

—No te estoy quitando la voz, pequeña. Te estoy quitando la amenaza.

Emily tragó saliva. Sabía que estaba furiosa, que odiaba la forma en que él imponía su voluntad, pero al mismo tiempo… algo en sus palabras la hizo temblar.

Sophia, sin embargo, no se dejó convencer tan fácilmente.

—Si vamos contigo, más vale que cumplas tu maldita promesa de protegernos a las dos.

Luca asintió con firmeza.

—Lo haré. Aunque tenga que arrasar la ciudad entera.

Los hombres de Luca las escoltaron rápidamente hacia el coche estacionado en la puerta. Afuera, Emily sintió un escalofrío recorrerle la espalda: en una esquina, un hombre con capucha levantaba disimuladamente un teléfono, como si les estuviera tomando fotos.

Luca lo notó de inmediato.

—¡Atrápenlo! —rugió a sus hombres.

Mientras los guardias corrían tras el desconocido, Luca abrió la puerta del coche y miró a Emily con intensidad.

—Adentro. Ahora.

1
mar
me gusta mucho, la trama
Cuquy De Cristofano
termina acá???
M: holaa, no aun falta 🥰
total 1 replies
Cuquy De Cristofano
interesante trama.
mar
Luca debe vengarse por Emily
mar
hay mucha tensión aquí... quiero que se besen
braian
se lo tiene merecido ese bastardo
braian
me gusta hasta ahora
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