Después de perderlo todo Isabela decide reconstruir su vida.
Entre lágrimas y aprendizajes, descubre que el destino puede sorprender con un nuevo amor y una nueva vida…
Uno capaz de sanar su corazón y enseñarle que siempre es posible volver a soñar y a vivir.
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Capitulo:14
ISABELA:
—Cariño, no hables así de tu hermano delante de tu cuñada... Querida, perdona a Sergio, a veces habla de más.
Mis ojos miran a una hermosa castaña de ojos azules que toma la mano de mi supuesto “Cuñado” y las entrelaza sin dejar de sonreír, con una sonrisa más falsa que los dientes de mi bisabuela.
—Bueno ya basta de charla, todos estamos aquí, así que ya es hora de cenar.
Habla el patriarca de la familia y todos hacen silencio.
A los pocos segundos un grupo de sirvientes se acercan con varios platillos y los organizan de una manera perfecta y en orden que me deja con la boca abierta.
—Disfruten la comida, señorita Torres espero que sea de su agrado.
El patriarca de la familia me mira con amabilidad y yo asiento.
—Muchas gracias señor Petrov.
La cena da inicio y me sirvo un poco de puré de papas con carne de res en tiras y salsa de champiñones, la verdad se ve muy rico y el olor me agrada mucho.
A mi madre le agradezco que me haya enseñado las etiquetas básicas de una mesa y la verdad me sirve bien justo a ahora.
Degusto la cena delicadamente y en casa ocasión escucho uno que otros comentarios, pero no les presto ni la más mínima atención hasta acabar.
—¿Puedes servirte más si quieres?
Me susurra Vladimir y niego.
—Así estoy bien ¿Me podrías servir un poco de jugo por favor?
Le susurro de vuelta y este asiente sirviéndome un delicioso jugo de frutas.
—El vino también está delicioso cuñada, se lo recomiendo un cien por ciento.
Dice Sergio levantando su copa con una sonrisa.
—No tomo alcohol.
Respondo y él vuelve a sonreír.
—Le prometo que no se arrepentirá, solo un poco.
Vuelve a insistir.
—No seas necio, ella dijo que no toma alcohol, ten un poco de respeto por los demás.
Dice Vladimir dejando su plato a un lado y se sirve del jugo de frutas.
—Jajaja, no seas exagerado hermano, pero si insistes.
Él se encoge de hombros mientras sus ojos no dejan de mirarme fijamente como un lunático.
Luego de terminar mi jugo me acerco al oído de mi jefe y le susurro.
—Quiero ir al baño.
—Te acompaño.
—No es necesario, solo dime dónde está.
—¿Segura?
—Sí.
Él me da la dirección y con elegancia me levanto de mi asiento y salgo de la sala de comedor para caminar hacia ese dichoso baño.
Al llegar entro y cierro con seguro para luego respirar profundo varias veces.
—Mierda, pero ¿En qué rayos me metí? Esto no es nada comparado con mi familia.
Me recargo en la fría pared y el silencio del lugar me hace respirar con calma por unos segundos hasta que recuerdo que tenía ganas de orinar y con un suspiro hago mi necesidad.
Al terminar salgo del baño y me llevo un gran susto al ver a Sergio recargado en la pared mirándome con una sonrisa que supongo para él, es su manera de conquistar.
—Debo admitir que mi hermano tiene un excelente gusto... Eres toda una belleza.
—Gracias por el halago.
Respondo sería sin forzarme a sonreír y continúo con mi camino, pero el muy idiota sostiene mi brazo deteniéndome.
Miro sus grandes manos sosteniendo mi brazo y arrugo el ceño con disgusto.
—Señor Petrov, nunca le di el permiso de tocarme, así que la exijo soltarme.
Él me suelta inmediatamente y se ríe.
—Lamento haber sido tan descortés, no era mi intención señorita Torres.
—Espero no vuelva a ocurrir.
Menciono alejándome de su lado, la verdad es que su perfume me dan ganas de vomitar, al igual que su persona.
Al llegar a la mesa todos mantienen una conversación pasivo agresivo, aunque Vladimir se mira muy tranquilo como si nada le perturbara.
—Tengo curiosidad de saber cómo se conocieron.
Pregunta la señora cara amargada cuando tomo asiento.
—Yo también, he escuchado que mi cuñado es algo esquivo con las mujeres... ¿Cómo lograste engatusarlo?
Pregunta la novia de ese Sergio y alzo las cajas a punto de responder, pero Vladimir me quita la palabra.
—¿Engatusar? Qué palabra más fuera de lugar, pero si tienes curiosidad, tengo para decirte que desde la primera vez que ví a esta señorita quedé cautivado completamente, y no fue nada fácil acercarme a esta belleza, fue muy esquiva en todos mis ataques.
Él toma mi mano y la besa de manera delicada haciendo que mis mejillas se vuelvan rojas.
—Es que eres insistente.
—Si quería conquistarte debía hacerlo, rara vez me doy por vencido cuando algo me gusta.
Su voz baja a un tono más grave y debo pestañear varias veces para convencerme de que estamos fingiendo.
La novia de Sergio se ríe a carcajadas y su vista pasa de mi a Vladimir.
—Así que la señorita es la presa difícil
Dice ella en un tono algo bulón y poco creíble.
Mientras ella habla siento el calor de la mano de Vladimir todavía envolviendo la mía, él no me suelta y sus ojos me miran con un brillo que parece demasiado genuino, hace que mi pulso se acelere un poco y eso para nada me gusta, no debería de sentirme así.
La línea entre la actuación y la realidad se difumina peligrosamente y con una sonrisa y voz baja, pero clara le respondo a esa víbora.
—Bueno, yo no diría que soy una "presa" Intervengo retirando mi mano con calma, pero sin brusquedad, para romper la conexión que me está poniendo nerviosa.
—Simplemente, sé lo que valgo, no voy a ceder a la primera invitación.
Vladimir sonríe, una sonrisa lenta y sensual que me desarma por un momento. Observo como él está disfrutando esto este momento, llevando su papel al límite.
—Ella lo dice muy bien.
Expresa él, pasando un brazo protector y posesivo alrededor de mis hombros, acercándome a su lado
—Y por eso me tienes tan loco y sus pies.
Su intensa mirada me hace sonreír sonrojada y la verdad no sé cómo actuar o que decir en un momento como este.
—Debo admitir que estoy emocionado, nunca esperé ver a mi nieto de esa manera.
Dice el patriarca de la familia comenzando a reir fuertemente.