Una serie de desafortunados acontecimientos llevan a Marla a volverse más fuerte, luchando entre el amor , amistad y la supervivencia dando como resultado a una implacable guerrera lista para liderar el mundo oscuro del ampa..
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El regreso...
Al siguiente día después de un buen almuerzo se dirigieron al aeropuerto era hora de regresar a casa.
Estando en el aeropuerto Marla se tomó el tiempo a comprar unos pequeños obsequios para su nueva familia, emocionada veía entre los diferentes vitrinas donde se encontraban los souvenirs en cualquier forma, diseño o tamaño, le costó trabajo, pero, analizando la personalidad de cada uno, eligió un regalo.
Sin más subieron al Jet privado de julio, el regreso a casa fue rápido, todo un lujo, en los asientos de piel los hermanos dormitaban tranquilos.
Mientras ella hacía su trabajo en su portátil.
Revisaba sus correos, enviaba información, lo que más la mantenía ocupada era la conformación de su empresa.
Se había asociado con sus compañeros de universidad: Se dedicarían a comerciar una página web que diseñó Alfredo en el cual los clientes ofrecían sus productos, es decir, a través de su portal sus clientes buscarian a sus popios clientes, por este contacto, cobrarían una comisión.
La empresa certificará la información de las empresas y sus productos, dando la certeza de negociación entre ellos.
Verificaban las empresas, calidad de servicio y las calificaban según estándares de exportación para mayor confianza.
Contaban con un listado de 50 empresas que ya habían aceptado, incluyendo de todo: Comercializadoras, constructoras, transportes, productoras, hoteles, servicios de restaurante, embutidos cárnicos, abogados, ingenieros, doctores, spa. Había en el extenso listado diversas ramas.
Tenían planeada su apertura con una enorme reunión donde cada uno expondría directamente sus servicios.
Les estaba llevando algo de tiempo, los padres de Marla le habían regalado un edificio destinado a la nueva empresa.
Los detalles del diseño habían estado encargando sus amigos y socios.
En este mes todo cambiaría, dejaría su empleo y la casa de Justin.
* * *
Pasadas las diez de la noche un taxi la dejaba a una cuadra de el que ahora era su hogar, los tacones de sus zapatillas hacían eco por toda la calle desierta junto con el ruido de llantitas de sus maletas, acomodando de vez en vez sus lentes con el nudillo de su dedo índice.
Al girar la esquina ve el viejo edificio en ruinas pensando.
-- Lo compraré, remodelaré, ahí será mi centro de negocios, papá me sugirió invertir en bienes raíces, por ese empezaré, le daré un piso a Justin.
Se decía a sí misma en voz baja sonreía mientras se acercaba al lugar, cada vez más oscuro, a ella no le causaba ningún temor.
Apresuraba más sus pasos había extrañado demasiado a Perla Aurelio pero sobre todo a Justin.
Un sonido llamos su atención voces se escuchaban detrás de un despostillado muro, atrás del terreno baldío.
Camino con precaución, trató de no hacer ruido, levantó su maleta en brazos, conforme avanzaba eran más claros, más precisos, hasta que los distinguió perfectamente eran gemidos.
Siguió sus pasos expectante, sus ojos se abrieron más grandes al descubrir detrás de ese despostillado muro a Justin y a Tatiana acariciándose con euforia.
Él mordía, besaba la clavícula de su pareja que gemía al ser embestida con rudeza por Justin, rodeado por las piernas desnudas de la chica.
Marla sintió un dolor punsante en su pecho, por un momento corto su respiración se detuvo, las lágrimas intentaban escapar, el sentimiento le impedía moverse y
dejar de mirar.
Su maleta cayó al piso provocando un ruido estruendoso por el eco del edificio en ruinas, sacando de la emoción a los amantes que la voltearon a ver dándose cuenta que Marla los había descubierto.
Ella rápidamente tomó su maleta del piso y caminó hacia la puerta del escondido sótano.
Ingresó sin mirar atrás, directamente a su habitación, se dejó caer en su cama y con su almohada ahogó el grito que había retenido y lloró en silencio.
Iker la observaba desde el marco de la puerta en silencio.
Pero aún así se atrevió a preguntar.
-- ¿Los viste?
-- ¡Lárgate! Contestó con un susurro se sento al borde de la cama.
Él no se fue, se sentó a un lado y la abrazó con mucha fuerza mientras acariciaba su pelo, daba pequeños golpesitos en la espalda.
Con un insoportable silencio se quedaron así por largos minutos.
-- ¡Vete por favor!
Su voz apenas audible, se le escapaba un hipo entre llanto y suspiros.
-- No, déjame acompañarte.
La abrazo con más fuerza.
El sonido de la puerta los inquieto, ella se pegó más a él.
No le demuestres que sufres, no vale tus lágrimas.
-- Hija te vimos llegar. ¿Dónde estás?
La voz de Perla se escucho.
-- Límpiate la cara, yo los entretengo sí.
Limpió sus lágrimas con sus pulgares.
Salió a recibirlos y les pidió que le ayudaran a preparar la cena.
-- Ella vendrá pronto.
Los empujó hacia la cocina. Sirvieron pizza y unos refrescos de lata.
Poco tiempo después salió Marla con el pelo aún mojado y en pijama corrió a su maleta, sacando las bolsas de regalos. Los entregó a los dueños con un abrazo.
colocaron los obsequios sobrela maleta se dispusieron a cenar.
-- ¡Los extrañé mucho!
Con esa frase, cubrió su tristeza.
Al degustar sus alimentos, les fue contando los días de trabajo fuera, con detalles.
No puedo ocultar su tristeza, sus amigos sabían el porqué y no preguntaron nada simplemente la llenaron de abrazos y compartieron anécdotas.
Ansiosa la enfermera señalo su bolsa de regalo.
-- ¿Puedo ver?
Con un brillo en sus ojos sonrió.
-- ¡Por supuesto! Es para ti.
coloco sus manos sus respectivos regalos.
El primero en abrirlo fue Iker un suéter de color gris oxford en cuanto abrió la caja se lo midió.
-- ¡Qué buen gusto! Gracias.
Le sonrió sinceramente.
El segundo en abrir el obsequio fue Aurelio, sacando una hermosa chamarra azul marino, termica.
-- Sí que me hace falta._ Se levantó, le dio un abrazo, beso su frente._ Abre el tuyo perla. Sugirió
Así lo hizo al soltar el listón de un enorme moño rojo, la caja se abrió en cuatro partes, dejándo a la vista un precioso vestido sin mangas color hueso, con un blazer en el mismo color pero este tenía un decorado floral en tonos pastel.
--Nena no devistes molestarte. Comenta a la enfermera.
--¿Por qué no? Son mi familia. _ Unas lágrimas rodaron de sus hermosos ojos_. No se como agradecerles. Gracias por todo.
Los presentes sonrieron, se giraron al escuchar cuando se abría la puerta del sótano.
Bajando los escalones, Tatiana sonriendo, Justin apenado.
Sin esperar nada Marla les dio sus regalos.
Tatiana descubre un hermoso vestido lila de encaje. La falda esponjosa hasta la rodilla.
-- Muy femenina.
Tatiana contestó y abrazó la castaña, ella solo sonrió.
-- ¿ Y qué es lo tuyo?
Iker pregunta señalando la caja en sus manos.
-- Ábrelo.
Tatiana puso sobre la mesa su vestido intentó abrir el obsequio pero Justin se lo impidió.
-- Gracias.
Lo puso en sus piernas, con manos temblorosas lo destapó dejando ver un hermoso casco su decoración eran alusivas a la medicina, esa cruz de picos azules una serpiente enrollada en el báculo de la vida.
Los ojos de Justin no se podían apartar del casco con los dedos delineaban la imagen.
-- Gracias es muy hermoso.
Alcanzó a decir.
-- No es nada. Solo detalles.
Siguió hasta el refrigerador y sacó otras latas de refresco.
Al despedirse los mayores salieron y cada uno se retiró a sus dormitorios.
Justin y Marla evitaban mirarse directamente.
Tatiana por su parte tomó su almohada y se fue a la habitación de Justin.
La noche fue muy larga para Marla por mucho tiempo había olvidado lo que era no dormir.
Muy temprano salió para ejercitarse como siempre lo hacía, regresó se duchó y se preparó para salir a trabajar.
Al cruzar por el baldío, unos pasos adelante fue alcanzada por Iker.
-- ¿Te acompaño?
-- No, te reconocerán.
-- Así no,
Se cubrió con la capucha de su sudadera la acompañó hasta la calle principal y la vio alejarse más apagada que nunca.
Así fue toda la semana se dedicó al trabajo ejercicio y a dormir .