Una dama multimillonaria odiada por muchos y amada por pocos, envidiada por su poder y dinero así como su belleza, debería vivir muy feliz en la vida ¿No?
Al contrario de lo esperado, Shue Leilei es perseguida por muchos enemigos, con tantos accidentes que solo la apuntaban, tuvo que considerar la orden de su padre.
-¡No quiero un guardaespaldas! o mejor lo pensaré ¡Quiero al más feo, sí ese!
Resulta que el guardaespaldas más feo, tenía los ojos más hermosos que jamás haya visto.
Con una maestra loca y algo psicópata, el pobre guardaespaldas se vio obligado a cumplir todos sus caprichos, pero él, un hombre de corazón oscuro y sentimientos muertos ¿Cómo logró conquistar a la loca Presiente?
¿Qué tiene de especial?
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Fanática de la adrenalina 2.
¿Quién diría que los gustos de su hija serian tan extraños? Ese hombre tenía un rostro normal y un aura aterradora lejos de ser agradable, aun así ¿Talvez ahora sí pueda tener nietos?
Las esperanzas se elevaron en el corazón de Wen Tao al pensar en eso y rápidamente le ordeno a los sirvientes enviar comida a Feng Lanxi, cuánto más fuerte estuviese hombre, más pronto tendría nietos gordos y sonrosados.
Luego de varios minutos, los sirvientes bajaron, indicando que el hombre estaba durmiendo, al escuchar eso, Wen Tao miró a su hija con orgullo.
Shue Leilei miró a su madre hacer todas estas cosas en silencio, aunque no sabía que pensaba su madre, se sintió tranquila al pensar que tal vez solo quería agradecer a Feng Lanxi por cuidarla.
O eso pensó hasta luego del almuerzo.
Cuando terminaron de comer, Wen Tao llevo a Shue Leilei a un lado y sacó un par de bolsas, poniendo estas en los brazos de su hija le dijo -Recuerda que tienes que cuidarte muy bien si no vas a casarte, no me opongo a que te diviertas, pero al menos utiliza estos, su calidad es mejor y no lastimaran al muchacho ¡Tendrás protección al 100 por ciento!
Shue Leilei frunció el ceño y miró a su madre con sorpresa, sus ojos parecían preguntar ¿Cómo lo sabes?
Wen Tao le dio un golpecito en la frente y le dijo en voz baja -Es bueno que te diviertas, ya estás vieja ¡Casi pensé que eras lesbiana! Pero asegúrate de usar la protección.
Shue Leilei suspiro con tristeza, oh, su madre la descubrió con tanta facilidad ¿Tal vez fue por su forma ridícula de caminar? Se esforzó mucho mientras cabalgaba y sus piernas le dolían, aun así, sintió que valió la pena cada vez que veía el rostro sonrojado y los ojos excitados de su guardaespaldas.
Shue Leilei se avergonzó un poco al ver la gran sonrisa en el rostro de su madre y acepto con pena las cajas de condones para Feng Lanxi.
Al ver que su hija acepto las cajas, la sonrisa en el rostro de Wen Tao se ensanchó y la astucia brillo en sus ojos ¡Hay pequeña Leilei, aún no sabes que tanto desea tu madre nietos!
Wen Tao miró la espalda en retirada de su hija y se abrazó a sí misma, sintiendo que ya tenía a su lindo y gordito nieto en brazos. Alegre, fue a buscar a su esposo.
Shue Leilei entró en la habitación con las cajas, al ver a Feng Lanxi aun dormido boca abajo en la cama, guardo las bolsas en su mochila. Cuánto más protección mejor, estaba en un punto en su vida donde no deseaba cuidar niños y mucho menos limpiar traseros sucios.
A penas había encontrado a un hombre que la hiciera despertar su deseo y amor, quería disfrutarlo unos años más antes de pensar si tener hijos o no.
La chica miró al dormido Feng Lanxi y no pudo evitar pensar seriamente ¿Debería atar a este hombre a ella mediante el matrimonio?
Después de todo, incluso para un guardaespaldas es inapropiado estar en la misma habitación que su Maestra, pero si él fuese su esposo cuando no estaba en el trabajo, no habría nada extraño.
Además, Shue Leilei podía sentir que Feng Lanxi solo estaba buscando un motivo por el cual seguir viviendo. La psicosis de perder a sus compañeros y amigos debió ser algo doloroso para él.
Según los informes que le mostró su padre hace un tiempo, cuando estos hombres ya no se sienten necesarios, se suicidan. Es como si ellos solo existieran para seguir órdenes y nada más.
Si ella pudiese ganarse el corazón de piedra de este hombre ¡Sería increíble! Así no solo ella se sentiría enamorada ¿No?
Pero ya lo vería luego.
Ese día, Feng Lanxi durmió como nunca antes, las sábanas e incluso las almohadas estaban llenas del olor de Shue Leilei, que por alguna razón, lo tranquilizaba y ayudó a dormir profundamente. Era un olor fresco y mentoso, suave y delicado como ella, sin embargo, también daba una sensación de dominio y sumisión combinadas.
Al verlo despertar, Shue Leilei bajo a la cocina y le ordeno a los sirvientes preparar comida para el hombre, la cual, estuvo lista en 15 minutos y llevada directamente a la habitación.
Ella se sentó en el sofá con un libro en la mano, a pesar de que sus ojos estaban pegados al hombre en la cama, los ojos de Feng Lanxi estaban desenfocados y su expresión era somnolienta mientras los frotaba para tratar de despertar.
El corazón de Shue Leilei se llenó de ternura al verlo así ¡Era tan adorable! Sobre todo por esos hermosos ojos llenos de confusión. Su corazón solo golpeo con más fuerza.
-Ven aquí, Lanxi, come.- Shue Leilei lo llamó con una dulce sonrisa, señalando la comida humeante sobre la mesa delante del sofá en el que estaba sentada.
Los ojos de la chica cayeron sobre ese dorso tonificado de su guardaespaldas, los músculos tallados y formados con algo de brillo sudoroso. Con un glug, Shue Leilei trago gordo mientras lo miraba con descaro.
Su expresión se llenó de orgullo cuando vio las marcas rojas y apasionadas en la piel del joven, tomándolos como trofeos y su propia marca personal de pertenencia.
Feng Lanxi se puso la camisa y luego el chaleco, caminó hasta el baño y se lavó antes de acercarse a Shue Leilei y comer en silencio. Cuando la chica le habló, se sintió como si llamarán a un perro, lo que llenó su corazón de ironía.
Una mujer mimada y arrogante como ella, con una personalidad horrible y un temperamento aun peor ¿Qué podía esperar de ella como subordinado? Como un simple juguete, no pudo evitar sentirse asqueado.
En estas tres semanas, se había acostumbrado a la mirada pícara y descarada de su Maestra, también a sus extraños arranques de locura momentáneos y a su rarifica personalidad.
Simplemente, a esta jefa fanática de la adrenalina no podía describirsele como normal.