Debido a un trauma del pasado, Chaby creció siendo una chica muy mimada. Vive dependiendo de su hermano, el único familiar que realmente se preocupa por ella.
En su primer día de clases, conoce a Pika, una chica marimacho que la invita a saltar la reja. La mala suerte cae sobre ella: no sabe cómo bajar. Con los ojos llenos de lágrimas, intenta contener el llanto. Justo en ese momento, aparece un joven apuesto llamado Decklan y la ayuda a bajar.
Decklan es el hermano de Pika. Pero es un hombre muy frío y con mal carácter. Su mirada intimidante siempre hace que Chaby baje la cabeza, asustada.
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Capítulo 12
Al salir del campo, Decklan decidió comer en la cantina del décimo grado porque era el lugar más cercano al campo. No quiso quedarse mucho tiempo y se puso directamente en la fila porque ya tenía hambre. De vez en cuando, miraba hacia atrás, viendo la fila bastante larga. Su mirada se posó en la figura de una chica que conocía, que estaba de pie no muy lejos detrás de él, a solo dos alumnas de distancia en la fila.
Miró a derecha e izquierda. ¿Dónde estaba Pika? Normalmente siempre estaban juntos. Decklan pensó para sí mismo porque no veía a su hermana por ningún lado. No era porque le importara si la chica estaba allí o no, solo pensaba que una chica débil, mimada y descuidada como Chaby no podía quedarse sola.
"No puedo creer que Decklan esté delante de mí", le susurró una de las alumnas detrás de Deklan a su amiga.
Al escuchar eso, Decklan volvió a mirar al frente con su habitual expresión fría e intocable.
El chico salió lentamente de la fila después de conseguir su comida. Decidió ignorar a Chaby, que ahora estaba esperando su comida.
Pero...
Se detuvo un momento cuando escuchó la palabra pollo frito salir de la boca de la chica. Él chasqueó la lengua suavemente. Es una locura, la chica acababa de tener una reacción alérgica a esa comida anoche, y ahora quería volver a comer pollo. Maldijo en su interior. Sin pensarlo dos veces, se giró y caminó hacia Chaby, arrebatándole el plato de comida de las manos. Chaby y los demás alumnos de la fila miraron al chico confundidos y asombrados. Otros incluso sintieron envidia. En su opinión, Chaby era muy afortunada.
"H...h...hermano Decklan", murmuró Chaby en voz baja. Su expresión era de asombro al ver a Decklan mirándola fijamente.
"Ven conmigo", dijo con firmeza, sin posibilidad de negarse.
Chaby no tuvo más remedio que obedecer. Caminó detrás del chico. Algunas de las alumnas que los vieron no pudieron evitar sentir envidia y otras se sintieron molestas. Era la primera vez que veían al intocable Decklan hablar primero con una chica de ese instituto. Y encima llevándole la comida.
Decklan eligió sentarse en la mesa más alejada de la cantina porque no estaba muy concurrida. Aunque en realidad era lo mismo.
"Siéntate", ordenó, mirando a Chaby con expresión inexpresiva.
La chica obedeció. Miró a Decklan con curiosidad al ver que el chico le tendía un plato que no contenía su comida. Sus ojos se movieron entre el plato que tenía delante y el plato que tenía delante Decklan, que ahora estaba a punto de devorar.
"E...e...esa es mi comida... la has cambiado".
Consiguió decir finalmente, armándose de valor. Decklan respondió mirando a la chica con su mirada penetrante, haciendo que la chica a la que miraba se encogiera por sentirse intimidada.
"S...sí, está bien, me comeré esto", dijo Chaby de nuevo, bajando la mirada hacia la comida que tenía delante con el ceño fruncido.
Decklan soltó una risita mientras observaba a la chica empezar a comer la comida que tenía delante con el ceño fruncido.
Graciosa.
Esta chica es graciosa, pensó. Aunque se había convencido a sí mismo una y otra vez de que no estaba interesado en ella, su corazón no podía mentir. Admitía que estaba empezando a sentirse interesado en conocer mejor a esta dulce chica.
"Hermano, ¿por qué comes en la cantina del décimo grado? Y encima con Chaby".
La voz de Pika sacó a Decklan de sus pensamientos. Tanto él como Chaby se volvieron hacia el origen de la voz. Sus miradas hacia la chica eran muy diferentes. Mientras que Decklan miraba a su hermana con expresión inexpresiva y aburrida, Chaby la miraba con el rostro radiante de felicidad, sintiéndose aliviada porque sentía que su salvador había llegado.
Pika seguía mirando a las dos personas que tenía delante con el rostro confundido hasta que Decklan se levantó de su asiento.
"Vigila a tu amiga, no dejes que pida comida que claramente no puede comer".
Dijo el chico con voz inexpresiva, y luego salió de la cantina. Pika seguía sin entender y vio a su hermano marcharse con expresión perpleja. Era muy raro que ese chico hablara tanto.
Una vez que su hermano desapareció detrás de la puerta, Pika se sentó en el lugar que había ocupado Decklan. Miró la comida que tenía delante, que aún quedaba mucha, casi intacta. La chica miró la comida con extrañeza.
¿El hermano Decklan pidió pollo frito? ¿Cómo es posible? Si es la comida que menos le gusta. Pensó Pika, extrañada. De repente, las palabras del chico volvieron a su mente y miró a Chaby con recelo.
"¿Tú pediste este pollo frito, verdad?", preguntó, entrecerrando los ojos con recelo. Chaby se limitó a reírse suavemente como respuesta. Pika habría querido golpear en la cabeza a la chica en ese mismo instante.
"Chaby, en serio. Ayer tuviste una reacción alérgica y ahora quieres volver a comer pollo. En serio. Menos mal que mi hermano te vio", dijo, exasperada.
"Solo me picaba un poco".
Respondió Chaby, sin querer ser menos.
"¿Solo te picaba? Ayer, si mi hermano no hubiera estado allí, estarías muerta, ¿sabes?".
La expresión de Chaby cambió a una de disgusto.
"Es que Pika siempre habla de forma tan dramática", respondió molesta.
"Es culpa tuya". Respondió Pika con indiferencia.
"Por cierto, ¿por qué mi hermano estaba comiendo en esta cantina? Esta es la cantina del décimo grado", preguntó, cambiando de tema.
"No lo sé", respondió Chaby, encogiéndose de hombros con indiferencia. ¿Cómo iba a saberlo?
"¿De dónde vienes?", preguntó Andra cuando vio a Decklan aparecer en una de las aulas vacías del instituto que habían convertido en su base.
"De la cantina", respondió Decklan brevemente. Se tumbó en el sofá con las dos manos detrás de la cabeza como apoyo y la vista fija en el techo de la habitación.
Bara y Andra se miraron.
"¿Qué cantina? No te vimos en la cantina antes".
Preguntó Andra de nuevo.
"La del décimo grado", respondió el chico brevemente, y luego cerró los ojos para no ser molestado de nuevo con más preguntas sin importancia.
