NO TODO ES LO QUE PARECE Y HASTA LO MÁS PEQUEÑO ES LO MÁS PELIGROSO, AL MIRAR AL PRESENTE TE DARÁS CUENTA QUE LAS LÁGRIMAS QUE DERRAMASTE EN EL PASADO SON LAS ALEGRÍA MÁS GRANDE QUE PUDISTE EXPERIMENTAR CONPARADO CON EL AHORA.
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ROWAN: Y si después se arrepiente y es sincero contigo...
LEONORA: No lo creería, porque ya lo hizo una vez y es probable que lo haga de nuevo.
ROWAN: ¿Cómo puedes juzgar tan a la ligera?
LEONORA: No es a la ligera, porque si te pones a pensar detenidamente, es a la otra persona a quien realmente hieres.
Señor, llegó el paradero del dragón que se había perdido hace más de diez siglos. Liang, el rey de los inmortales, dice: "Cazadlo y acomodadlo en un lugar para que reciba el castigo que se merece, para que le quede claro que nadie se escapa". Demi lo dice con una sonrisa malévola.
Más tarde, Leonora no podía dormir, pensando en lo que había pasado. "Es muy indeciso", pensaba. "¿Cómo voy a decirle que me gusta si ni siquiera me dice que le gusto? ¿O tal vez no soy su destino?" Mientras lágrimas recorren su rostro.
ROWAN: ¿Por qué lloras?
LEONORA: Vuelves a violar mi privacidad, por nada.
ROWAN: Si no lloras por nada, ¿por qué lloras?
LEONORA: Deja la curiosidad y no preguntes tanto.
ROWAN: Está bien, pero tengo que decirte algo.
LEONORA: ¿Qué es? Te escucho.
ROWAN: Acaso no sabes o te haces la tonta, me gustas desde el día en que te vi, tus ojos, tus labios, tu frialdad... todo me atrajo de ti. Aún pienso en ti y no sé qué me atrajo de ti. Tú, para mí, eres como la melodía que deseo tanto escuchar. Por ti, soy capaz de hundir al mundo con tal de salvarte. Soy capaz de sacrificar todas y cada una de esas vidas solo por tu mirada. No sé si me aceptarás, pero dije lo que sentía.
LEONORA: Tú... tú también me gustas, te deseo desde lo profundo de mi alma, pero no puedo aceptarte porque tengo miedo.
ROWAN: ¿Miedo de qué?
LEONORA: Miedo de verte morir.
ROWAN: Por esto no te preocupes, aún si hubiera cien de ellos, no les permitiría hacerte llorar.
Los dos se besan y juntos admiran la luna.
LEONORA: ¿Cómo te presentaré a mis padres?
ROWAN: ¿Por qué?
LEONORA: Porque tienes muchos años en tu identificación.
ROWAN: Solo tengo 23.
LEONORA: Pero yo tengo 16 años y cuenta.
ROWAN: Pero no noto mucha diferencia entre tus años y los míos, son solo 7 años de diferencia.
LEONORA: No notas la diferencia porque eres inmortal y has vivido más de un siglo, pero para los mortales, esto es importante. (Le roba un beso).
ROWAN: Te sonrojas como un esposo viendo desnuda a su novia por primera vez.
LEONORA: Tú te sonrojas ahora, no soy yo quien se sonroja, dice soltando una carcajada.
Al otro día, la mamá de Leonora le avisa que le toca viajar.
LEONORA: ¡Yakier! ¡Yakier!
YAKIER: ¿Qué pasó?
LEONORA: Mi mamá se va de viaje.
YAKIER: Ya voy, para que me lo cuentes todo.
Después de un tiempo, Yakier llega a casa de Leonora, los dos se miran fijos y solo sonríen y entran. Leonora le cuenta todo a Yakier y se ponen a celebrar cuando suena el timbre de la puerta, era Rowan.
ROWAN: ¿Puedo saber por qué lo llamaste primero a él y no a mí?
