Arianna, una niña que perdió a su madre a la edad de cuatro años, vive con su padre, quien ha formado una nueva familia y tiene dos hijos más. La esposa actual de su padre la maltrata y fomenta la discordia entre ella y sus hermanos. Además, su padre ha cambiado notablemente desde que está con su nueva pareja y se deja influenciar por ella. Sin embargo, el hermano Ángel es el único que la trata con amabilidad y cariño. Ante esta situación insostenible, Arianna decide enfrentarse a su padre y expresarle su intención de abandonar el hogar.
Su padre se ríe en su rostro y le pregunta qué planeaba hacer, adónde iría si no tiene a nadie más en esta vida. Por su parte, su madrastra se aleja y le comenta a su esposo que tiene una idea, y ambos se dirigen al despacho, dejando a Arianna sola en la sala.
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capítulo 5: Discusión
Silvia: Tengo una propuesta para abordar esta situación, ya que Arianna está afirmando cosas inadecuadas. Propongo que la ayudemos a liberarse de lo que ella considera un maltrato ficticio.
Ángel, el padre, la observa y pregunta: ¿Qué tienes en mente?
Silvia: Si ella desea dejar esta casa, está en su derecho de hacerlo, pero lo haremos bajo una condición.
Ángel, el padre, mira a Arianna y le dice: Hija, ¿qué piensas hacer? No tienes a nadie más en este mundo, solo a mí. Soy tu padre y te he cuidado hasta este momento.
Arianna: Me has estado cuidando.
Silvia: Bien, ahora los dos se quedan en silencio y me escuchan. Esta niña desea irse, y lo hará, pero solo si se casa con César; de lo contrario, permanecerá en esta casa sin salir a ninguna parte.
Ángel, papá: ¿Qué dices, amor? ¿Casarse con César? Apenas tiene 19 años.
Silvia: Tranquilo, amor. Ella quiere marcharse y deberías permitírselo. No terminará en la calle; se casará con César y tendrá un hogar. Vicente, el padre de César, le está buscando una esposa y pagará por ello; será como una esposa por contrato.
Arianna: No tengo intención de casarme, soy lo suficientemente adulta como para cuidar de mí misma.
Silvia la observa y, tras darle un beso a su esposo, comenta: Amor, es una buena propuesta. Observa que ella se casará, estará bajo un techo, generará ingresos y podrá mantenerse de manera independiente, sin necesidad de incomodarte más.
Ángel, que había estado escuchando desde la parte superior de las escaleras, interviene: Mamá, por favor, basta. No permitiré que cases a mi hermana, y tampoco estoy de acuerdo con que se vaya de casa. Sin embargo, entiendo que lo haces por su bienestar.
Silvia: Hijo, no te involucres en esta situación.
Ángela: Hermano, permite que mamá se encargue de esto. Está bien que se vaya; aquí no la extrañará nadie.
Ángel estaba a punto de intervenir, pero Arianna le interrumpió: Ángel, hermano, ya no digas más. Entiendo que deseas ayudarme, pero te he manifestado que no quiero que enfrentes problemas por mi causa. Te agradezco sinceramente; eres el único que me trata bien en esta casa. Dejemos que papá hable y diga qué opina al respecto.
Ángel (padre): ¿Realmente deseas irte?
Silvia: Por supuesto, déjalo así, amor. Casémosla mañana mismo con César.
Arianna: ¿Tienes tantas ganas de que me case con ese chico? ¿Acaso obtendrás algún beneficio de esto?
Silvia: Sí, obtendré mucho.
Ángel (hijo): Papá, por favor.
Ángel (padre): Amor, acompáñame a mi despacho. Quiero que me expliques detalladamente este asunto.
Arianna: Papá, entonces iré a buscar mis cosas y me iré.
Ángel (padre): Espera un momento. También necesitamos hablar tú y yo a solas.
Arianna se sentó en la escalera con expresión de tristeza, había pensado que podría irse. Ángela se acercó y le dijo: Lo único que sabes hacer es causar problemas en casa, eres una inútil.
Ángel, molesto, le respondió: Cállate, Ángela, debes respetarla; es tu hermana mayor.
Ángela replicó: ¿Mi hermana? Jajaja, ella no es nada para mí; solo es un estorbo en esta familia.
Ángel insistió: Basta, hermana.
Con lágrimas en los ojos, Arianna dijo: Hermano, ya, déjala que hable lo que quiera; ya no me importa.
Ángela: Hermano, es evidente que ella ya no tiene cabida aquí. Papá dejará de proporcionarle apoyo económico y ese dinero será destinado a nosotros. Sin ella, seremos más felices.
Ángel: No comprendo por qué actúas de esa manera con nuestra hermana. ¿Acaso te ha hecho algo malo? Ella siempre se ha preocupado por nosotros, nos cuidó y nos alimentó cuando mamá no estaba. ¿No recuerdas aquellos momentos en los que jugábamos los tres juntos y éramos tan felices? ¿Por qué has cambiado de actitud de forma tan repentina?