Matrimonio asegurado. COM es una aplicación para todas esas personas que necesitan un matrimonió bajo contrato.
Anelis es una chica humilde que trabaja en una cafetería y se encuentra en una encrucijada cuando su madre sufre un accidente y debe depender de cuidados intensivos, quedando postrada prácticamente en una cama. Anelis recurre a esta aplicación como última medida para poder ayudar a su madre.
Adonis es un empresario muy conocido por su comunidad, pero su amigo y socio le juega una broma casándolo con una desconocida por medio de una app.
La escusa era el donativo mensual que realizaba para caridad que termino ayudando a una chica con sus problemas económicos.
el trato es simple, matrimonio por dinero, pero será capaz Adonis de fingir un matrimonio feliz cuando descubra que su esposa no es un espantapájaros, como el la llama en la intimidad de su mente o querrá que sea un matrimonio verdadero comenzando con un beso casto.
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capitulo 6.1
—Bien ya escucho, a la clínica que está a unas cuadras de aquí —le indico al chofer y la chica no quita sus ojos de mi—. Disculpa al maleducado de mi socio, soy Adonis Peterson —estiro mi mano para saludarla como si se tratara de un cliente.
—Anelis... Adams... —dice ella en un tono tan bajo que casi me cuesta escucharla. Creo que ya descubrió quien soy en realidad— Usted seria... ¿Mi hijastro? —o no.
—¿Porque sería tu hijastro? —pregunto divertido, no puedo evitar darle un recorrido con los ojos. Está bien, muy bien. Mira a mi socio confundida.
—Cuando usted me hablo del señor Peterson, yo deduje que se trataba de alguien mayor —soltó un escalofrió al decir las últimas palabras, luego fijo la mirada en mí y me señala en señal de reconocimiento. Asiento—. Mierda, no me esperaba que sea más de mi edad —ahora me mira con un brillo extraño en los ojos—. ¿Tan aburrida es su vida como para casarse con una desconocida? —la pregunta me dejo con la boca abierta. Al parecer su tartamudeo paso a la historia.
Para suerte de los presentes, y sobre todo para mi socio, el coche se detuvo y la chica se bajó como alma que lleva al diablo. Esta señorita desde ya sabrá que su lugar es el de una esposa y donde yo pise ella pisará... después. Me bajo inmediatamente del vehículo.
Mi amigo y socio se ríe ampliamente de la situación, cosa que a mí no me hace ninguna gracia. Después de todo estoy en esta situación gracias a él.
—¡Anelis! —grito para detener su avance hacia el interior de la clínica. Mientras me acerco a ella, abotono mi saco desprendido. Llego donde esta y tomo su mano.
—¿Qué haces? —pregunta tratando de soltarse de mi agarre.
—Por si no te has enterado eres mi esposa y por lo tanto pisaras donde yo —aclaro mientras la acerco a mi cuerpo—. Por cierto, me debes el beso del sí acepto.
Antes de que se me escape de las manos y me deje con las ganas que tengo de probar sus labios, la acerco más a mí y colocando mi mano libre en su nuca junto mis labios con los suyo. El beso es simple, pero despierta en mi un deseo irreconocible. Ella se separa de mí, levanta su mano como para abofetearme. La detengo.
—Esposita, esposita... —digo tomándola nuevamente por la cintura— Vaya acostumbrándose a sentir mis labios junto a los suyos, y con un poco de suerte... en algunas otras partes más —miro sus labios nuevamente con ansias, recorro su cuello, sus pechos cubiertos y luego vuelvo la mirada a sus ojos.
—Tengo que ir a ver a mi madre —dice algo molesta, ahora entiendo a qué viene.
—¿Trabaja aquí? —pregunto.
—No —responde escuetamente y se separa de mi contacto.
Cediéndole el paso, la sigo y me posiciono al lado suyo. Llega a recepción y luego de hablar con la chica extiende una tarjeta bancaria para hacer una transacción.
Muy divertida tu historia, un amor de dos locos
felicidades
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