Sinopsis: "Mi Maestro No Solo Es Mi Maestro" es una apasionada historia de amor entre Mateo, un joven estudiante de 22 años, y su atractivo y misterioso maestro de naturopatía, el Dr. Sebastián Castillo, de 42 años. Mateo se matricula en el curso de naturopatía del Dr. Castillo, esperando simplemente obtener los créditos necesarios para graduarse. Sin embargo, pronto se encuentra cautivado por la sofisticación y el carisma de su maestro. A medida que pasan más tiempo juntos, una poderosa atracción surge entre ellos, desafiando las normas sociales y profesionales. Mientras luchan por mantener su relación en secreto, Mateo y Sebastián se enfrentan a numerosos obstáculos, desde la desaprobación de familiares y amigos hasta las consecuencias de revelar su romance prohibido. A pesar de ello, su conexión parece más fuerte que cualquier barrera.
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Capitulo 14
Mateo miró a Ander con una sonrisa triste. "La verdad es que no, Ander. Han pasado algunas cosas que me tienen un poco... abrumado".
Ander lo miró con comprensión. "¿Quieres hablar de ello? Sabes que puedes contar conmigo".
Mateo suspiró, sintiéndose agradecido por la preocupación de su amigo. "Es... Es sobre el profesor Castillo. Él ha decidido que sea reasignado a otro profesor para mi clase de Naturopatía".
Ander lo miró con sorpresa. "¿Qué? Pero, ¿por qué haría eso? Creí que tenían una buena relación".
Mateo se mordió el labio inferior, luchando por contener las lágrimas. "Él... Él dice que es lo mejor para que yo pueda centrarme en mi educación sin distracciones".
Ander se acercó a él, colocando una mano en su hombro. "Oh, Mateo. Sé cuánto significa el profesor Castillo para ti. Entiendo que esto debe ser muy duro".
Mateo asintió, sintiendo cómo el peso de la situación lo abrumaba. "Sí, Ander. Él ha sido un mentor tan importante para mí, y ahora... Ahora siento que me han arrancado una parte de mí".
Ander lo miró con empatía. "Entiendo, Mateo. Pero debes saber que no estás solo en esto. Estoy aquí para ti, y sé que Emma también te apoyará".
Mateo le dedicó una pequeña sonrisa. "Gracias, Ander. De verdad aprecio tu apoyo. Simplemente... No sé cómo voy a poder seguir avanzando sin la guía del profesor Castillo".
Ander le apretó suavemente el hombro. "Mateo, sé que es difícil, pero debes confiar en ti mismo. Eres un estudiante excepcional, y estoy seguro de que podrás seguir creciendo y desarrollándote, incluso con este cambio".
Mateo asintió, sintiendo cómo una nueva determinación comenzaba a encenderse en su interior. "Tienes razón, Ander. No puedo dejar que esto me derrote. Debo seguir adelante y demostrar que soy capaz de lograrlo, con o sin el profesor Castillo".
Ander le dedicó una sonrisa alentadora. "Así se habla, Mateo. Estoy seguro de que lo harás increíble. Y recuerda, siempre estaré aquí para apoyarte".
Mateo se sintió agradecido por tener a Ander a su lado. Sabía que, aunque la pérdida del profesor Castillo era un golpe duro, no estaba solo en esto.
En los días siguientes, Mateo se esforzó por enfocarse en sus estudios y en su desarrollo personal. Aunque le costaba no mirar hacia el lugar que solía ocupar Sebastián en clase, se obligaba a mantener la atención en el nuevo profesor y en las lecciones.
Emma, por su parte, se aseguró de estar más presente que nunca en la vida de Mateo. Organizaban tardes de estudio juntos, iban a caminar por el campus y hablaban sobre todo lo que Mateo estaba experimentando.
"Mateo, sé que esto no es fácil, pero estoy segura de que superarás este obstáculo. Eres uno de los estudiantes más brillantes que conozco", le decía Emma, con una mirada llena de orgullo.
Mateo le sonrió, sintiéndose agradecido por tener a una amiga tan incondicional. "Gracias, Emma. No sé qué haría sin ti".
Emma le apretó suavemente la mano. "Para eso estamos los amigos, Mateo. Estaré a tu lado pase lo que pase".
Poco a poco, Mateo comenzó a adaptarse a la nueva dinámica en su clase de Naturopatía. Aunque extrañaba la conexión y la guía del profesor Castillo, se esforzaba por concentrarse en absorber todo lo que el nuevo profesor tenía para enseñarle.
Durante una de las lecciones, el nuevo profesor, un hombre mayor con una vasta experiencia en el campo de la Naturopatía, se acercó a Mateo.
"Señor Fernández, me he dado cuenta de que ha estado un poco distante en las últimas clases. ¿Hay algo que le preocupe?" preguntó el profesor, con una expresión amable.
Mateo se sintió ligeramente incómodo, pero decidió ser honesto. "Bueno, profesor, la verdad es que todavía me estoy adaptando a este cambio. El profesor Castillo era un mentor muy importante para mí".
El profesor asintió con comprensión. "Entiendo, señor Fernández. Sé que el cambio de profesores puede ser difícil. Pero quiero que sepa que estoy aquí para apoyarlo en todo lo que necesite".
Mateo se sintió aliviado al escuchar esas palabras. "Gracias, profesor. Haré todo lo posible por enfocarme en mis estudios y sacar el máximo provecho de sus lecciones".
El profesor le dedicó una cálida sonrisa. "Me alegra escuchar eso, señor Fernández. Sé que tiene un gran potencial, y estoy seguro de que logrará destacar en esta nueva etapa".
Mateo asintió, sintiéndose un poco más optimista. Sabía que no sería fácil, pero estaba decidido a demostrar que podía seguir avanzando y cumpliendo sus metas, incluso sin la guía del profesor Castillo.
Mientras tanto, Sebastián Castillo también se encontraba lidiando con las consecuencias de su decisión. Aunque sabía que había hecho lo correcto, no podía evitar sentir un profundo pesar por haber tenido que alejarse de Mateo.
Cada vez que veía a Mateo en los pasillos o en el campus, Sebastián sentía un nudo en la garganta. Recordaba la conexión que habían construido, la forma en que Mateo lo miraba con admiración y respeto, y se lamentaba por haber tenido que interrumpir ese vínculo.
Un día, mientras Sebastián se encontraba en su oficina, recibió la visita del director.
"Profesor Castillo, me gustaría hablar con usted sobre la reasignación del señor Fernández", dijo el director, con tono serio.
Sebastián asintió, preparándose para la conversación. "Por supuesto, señor. ¿Qué puedo hacer por usted?"
El director lo miró con una expresión pensativa. "Debo decir que me sorprendió un poco su decisión. El señor Fernández es uno de nuestros estudiantes más destacados".
Sebastián suspiró, sabiendo que tendría que justificar su elección. "Lo sé, señor. Pero como le expliqué, creo que era lo mejor para mantener una relación estrictamente profesional entre el señor Fernández y yo".
El director asintió lentamente. "Entiendo sus preocupaciones, profesor Castillo. Pero debo confesar que me preocupa el impacto que este cambio pueda tener en el desempeño del señor Fernández".
Sebastián lo miró con seriedad. "Señor, le aseguro que he tomado esta decisión con el bienestar del estudiante en mente. No quiero que su educación se vea afectada.