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Cuando Te Encuentre

Cuando Te Encuentre

Status: Terminada
Genre:Romance / Completas / Reencuentro
Popularitas:6.2k
Nilai: 5
nombre de autor: Lina Garizao

La vida de Valeria da un giro inesperado cuando descubre la infidelidad de su novio, Alex. Desolada y herida, decide marcharse sin decir una palabra, buscando refugio en la casa de su amiga. Alex, al darse cuenta de su ausencia, se embarca en una búsqueda frenética para encontrarla, convencido de que puede reparar su relación. Sin embargo, su mejor amiga, Claudia, está decidida a proteger a Valeria del dolor que su ex le ha causado y se niega a revelar su paradero.

A medida que Alex se enfrenta a obstáculos y a la interferencia de su amante, Valeria comienza a redescubrirse y a sanar. Pero cuando el amor verdadero está en juego, las decisiones del pasado pueden amenazar el futuro.

NovelToon tiene autorización de Lina Garizao para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capitulo 4: Alex en pánico

Alex despertó con la cabeza dándole vueltas. Al principio, no entendió qué lo había sacado del sueño, pero cuando miró el reloj en la mesilla y notó el vacío al lado suyo, una extraña sensación de alerta lo invadió. Valeria no estaba.

Frunció el ceño y se incorporó lentamente, esperando escuchar el ruido del agua corriendo en el baño o el sonido de sus pasos en la cocina, pero la casa estaba en un inquietante silencio. No había señales de ella.

—¿Val?—llamó en voz baja, esperando que de alguna esquina del apartamento ella le respondiera. Pero no hubo respuesta. Solo silencio.

Se levantó rápidamente, recorriendo cada habitación con una creciente sensación de angustia. La cocina, vacía. El baño, vacío. El salón, vacío. El corazón de Alex empezó a latir con fuerza, mientras revisaba una y otra vez los mismos lugares, como si al volver a mirar, ella pudiera aparecer de repente. Pero Valeria no estaba.

—¿Dónde demonios te has metido? —murmuró, tratando de calmarse. Quizá había salido a hacer algo y no le había avisado. Eso tenía que ser, ¿no?

Fue entonces cuando su mirada se posó en la mesa del comedor. Sobre ella, el espacio donde solían estar las llaves de Valeria estaba vacío. Y su maleta, que siempre guardaba en el armario, no estaba en su lugar. Un escalofrío le recorrió la espalda. Se había ido.

—No… no puede ser… —balbuceó, sintiendo cómo la ansiedad comenzaba a apoderarse de su cuerpo. Alex volvió a revisar su teléfono, esperando encontrar algún mensaje, una nota, algo que le explicara dónde estaba. Pero la pantalla seguía en blanco. Nada.

Se dejó caer en el sofá, con las manos en la cabeza, tratando de procesar lo que estaba pasando. ¿Por qué se había ido? ¿Qué había hecho mal?

Entonces, como un golpe en el estómago, lo recordó. El mensaje. El maldito mensaje que Valeria había leído la noche anterior. Sara.

—¡Mierda! —exclamó, poniéndose de pie de golpe. Había sido un imbécil. ¿Cómo pudo ser tan estúpido? ¿Cómo pudo poner en riesgo todo lo que tenía con Valeria por una simple aventura que, ahora lo sabía, no significaba nada? Lo había arruinado. Y lo peor de todo era que Valeria lo sabía.

El pánico comenzó a consumirlo. Alex no podía quedarse sentado esperando a que ella volviera. Tenía que encontrarla. Se lanzó hacia la puerta, casi sin pensar, tomando sus llaves y su teléfono, listo para recorrer toda la ciudad si era necesario. Pero, ¿por dónde empezar? No tenía idea de dónde podría estar.

Su primer impulso fue llamar a Claudia, la mejor amiga de Valeria. Pero cuando el teléfono sonó y escuchó la voz de Claudia al otro lado de la línea, supo de inmediato que no sería tan fácil..

—¿Qué demonios quieres, Alex?—respondió ella, su ton.o.. frío y distante, cargado de desdén.

— Claudia, necesito saber si Val está contigo. No la encuentro por ninguna parte… y yo… yo necesito hablar con ella.

Un silencio tenso llenó la línea. Alex podía imaginar perfectamente el ceño fruncido de Claudia, su mirada fulminante.

—¿De verdad piensas que te voy a decir algo después de lo que le hiciste? —respondió ella con desprecio—. No me llames más, Alex. Valeria no quiere verte.

—Claudia, por favor… —intentó Alex, su voz cargada de desesperación, pero la línea ya estaba muerta.

Se quedó mirando su teléfono, con el corazón acelerado y una sensación de impotencia creciendo en su pecho. No tenía ni idea de dónde buscarla, pero una cosa estaba clara: la había perdido.Y si no hacía algo pronto, perdería para siempre a la única persona que realmente importaba en su vida.

—No, no puedo dejar que esto termine así. —se dijo a sí mismo, mientras se dirigía a la puerta. Haré lo que sea necesario para encontrarla.

Con el corazón lleno de culpa y la desesperación nublando su juicio, Alex salió a la calle, dispuesto a enfrentarse a lo que fuera necesario. Pero no contaba con un obstáculo inesperado: Sara, que aún no estaba dispuesta a dejarlo ir.

Alex bajó las escaleras del edificio con pasos acelerados, el ruido de sus botas resonando en el estrecho pasillo. Tenía que encontrarla. No podía perder más tiempo. Cada segundo que pasaba sin saber dónde estaba Valeria aumentaba el nudo en su garganta. ¿Estaría bien? Esa era la única pregunta que le atormentaba.

Una vez fuera, el aire frío de la madrugada le golpeó el rostro, pero no le importó. Su cabeza estaba a mil, los pensamientos atropellándose unos con otros. Había cometido el error más grande de su vida. ¿Cómo había sido tan estúpido para arriesgar todo lo que tenía con Valeria por algo que ni siquiera quería?

Mientras caminaba rápido por las calles, sacó el teléfono de su bolsillo y buscó de nuevo el nombre de Valeria en sus contactos. Marcó. Uno, dos, tres tonos. Nada. El contestador automático. Suspiró frustrado y colgó antes de que la grabación empezara.

"Vamos, Val. Contéstame, por favor..." pensó, apretando los dientes.

Recorrió cada lugar que solían frecuentar juntos, como si en algún rincón de esos espacios comunes pudiera encontrarla sentada, esperando a que él llegara con alguna explicación. Pero en su corazón sabía que no sería así. No después de lo que había hecho.

Su último destino fue el parque donde tantas veces habían caminado de la mano, compartiendo risas y sueños. Se detuvo en uno de los bancos, agotado física y emocionalmente. La oscuridad de la noche le envolvía, y el vacío a su alrededor reflejaba exactamente cómo se sentía por dentro. Perdido.

Mientras se hundía en sus pensamientos, sintió una vibración en el bolsillo de su chaqueta. Un mensaje. Lo revisó de inmediato, con el corazón latiendo fuerte, esperando que fuera de Valeria. Pero cuando vio el nombre de la persona que lo había enviado, su estómago se revolvió.

Era Sara.

—¿Dónde estás? Te necesito. —decía el mensaje.

Alex sintió una oleada de frustración y rabia. Sara era parte del problema. Lo había sido todo el tiempo, pero él no lo había visto antes. No de la forma en que debía. Ahora, cuando lo único que importaba era Valeria, Sara seguía insistiendo en interponerse en su camino.

No respondió. En su mente, solo había una cosa clara: necesitaba encontrar a Valeria, y nada ni nadie, incluido su error con Sara, se lo iba a impedir.

Guardó el teléfono y miró el cielo oscuro. No iba a detenerse. No mientras Valeria siguiera desaparecida.

1
gisella Fuentes Cardenas
si no te dabas cuenta seguía en lo mismo de engañarte y kisas siempre lo hará sería vano darle oportunidad a un tramposo
Pelu Borrajo
Normal
Amada Martinez
Ella tiene una excelente amiga, que le brinda su apoyo sin juzgarla.
Amada Martinez
Muy interesante.
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