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LA HERENCIA DE LA ABUELA 2: "MAX"

LA HERENCIA DE LA ABUELA 2: "MAX"

Status: Terminada
Genre:Completas / Malentendidos / Elección equivocada / Traiciones y engaños / Amor-odio / Apoyo mutuo / Amor eterno
Popularitas:4.7k
Nilai: 5
nombre de autor: Cecilia Ruiz Diaz

En esta versión, mí primera historia, "La herencia de la abuela", se explica desde los ojos de Max, explicando algunos interrogantes inconclusos

NovelToon tiene autorización de Cecilia Ruiz Diaz para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

capitulo 14: ”El reloj”

De Nuevo, Max se había encontrado a Ingrid en la cafetería.

-Hola Max, ¿Cómo estás?- pregunto la mujer.

-Hola Ingrid...- divago él.

-Juro que no lo hago adrede, a tu tío le gusta el café de aquí...- explico.

-Está bien, Ingrid, solo... espero que me atiendan y me voy.- respondió Max.

-Mira Max, tal vez lo nuestro término porque éramos muy jóvenes, porque no nos llevábamos bien o no nos entendimos, pero quiero que sepáis que... Para mí no eres mala persona.- dijo Ingrid.

¡Demonios! ¡Cómo necesitaba oír eso en ese momento! Solo bajo la mirada y quedó en silencio.

-Max... ¿Por qué no nos sentamos y tomamos un café?- pregunto ella.

-Bueno... está bien.- acepto él y se sentaron en la mesa más cercana.

-¿Cómo has estado? ¿Cómo te está yendo en tu vida de casado?- pregunto.

Dudo en que responder.

-mmm... adaptándome, creo.- decidió decir.

-Al principio siempre es difícil, pero te notas muy enamorado...- le dijo.

-Desde el momento en que la vi.- confesó Max, algo que al parecer ella no se lo esperaba.

-Bueno... Al parecer... Ella también te ama.- continuo.

Max no respondió, solo la miro y Sonrió.

La mujer lo miro como con dudas... Aparentemente, estaba siendo muy obvio.

-Max... ¿Sucede algo?- pregunto Ingrid.

Él se tomó un tiempo.

-No.- respondió.

La mujer se inclinó un poco hacia adelante y tomo sus manos.

-Max... Si yo puedo ayudar en algo, solo dime... aquí estoy.- dijo compasiva.

Max miró por un segundo las manos de ella sobre las de él... ¿Cómo debía de reaccionar?

-¿Max?- pregunto la voz grave de un hombre, levanto la mirada y ahí estaba Edu, el cuñado de Camí, viendo, también las manos de Ingrid sobre las de él.

-¡Edu!- exclamó quitando, rápidamente sus manos y parándose -¿cómo has estado? Ella es Ingrid...-

-Sí, creo que ya se quién es.- respondió él doctor y Max lo miro incómodo.

-Bueno... Mejor los dejo solos...- dijo Ingrid, se levantó, saludo y se marchó.

El lugar de la señora lo tomo Edu.

-¿Qué haces aquí?- pregunto Max.

-Yo debería preguntar lo mismo...- respondió y Max bajo la mirada -Mi esposa no se ha sentido muy bien desde hace unos días, hoy hemos ido al doctor y acabo de traerlas a ambas a tu casa un momento.-

-Oh, Edu, no lo sabía... ¿Qué le sucedió?-

-Ha sufrido un desmayó hace como una semana... ¿Tú y tu esposa no hablan de nada?- pregunto.

-Bueno... Es que no hemos estado bien...-

-¿Qué sucede con ustedes?- pregunto Edu -Tu esposa llora a escondidas y a ti te encuentro aquí con tu exmujer... ¿De qué me perdí?-

-No lo sé...- dijo él apenado -Te juro que no se que sucedió y... Yo tampoco se dé qué me perdí.-

-Bueno... Ella es la mujer más dulce y pura después de mí esposa... Solo no la lastimes.- lo aconsejo.

Max asintió con la cabeza.

Luego de despedirse de Edu, lo llamo Esteban para hacer un par de trámites. Llego a su casa al rededor de 20:30 o 21 horas. Tenía que hacer su equipaje, organizar todo para ya salir, como la vez anterior, en la madrugada. esta vez quería dormir un poco antes de partir.

Hizo su maleta, organizo lo que se pondría para viajar, pero... ¿Y su reloj? ¿Cuándo había sido la última vez que lo uso?... Trato de recordar, hasta qué... ¡Se iluminó! Estaba casi seguro que lo llevaba puesto aquella noche. ¡Demonios! Se le había desprendido y en un momento él lo pido arriba de la mesita de noche... ¿O era la cama?.

Como sea, tenía que enfrentarla...

Con mucha vergüenza, fue hasta el cuarto de Camí. Dudo un poco y se asomó a la puerta que estaba prácticamente abierta, desde ahí la observo por un momento. Era tan hermosa hasta cuando estaba hecha un desastre, con una prenda muy holgada arriba y un pantalón ancho, sentada al estilo chinita escribiendo en su notebook.

Cuando al fin decidió tocar, ella levantó la cabeza y lo miro...

-Disculpa...- dijo él nervioso -¿Mi reloj... Ha quedado aquí?- pregunto.

-Amm.- esbozo ella tratando saliva. Comenzó a mirar hacia todos lados - Si, aquí está.- continuo estirándose y tomándolo de arriba de la mesita, luego se lo dio y sonrió.

-Gracias...- dijo Max suave -Tenía que viajar y no podía encontrarle.

Estaba por marcharse, pero no pudo soportar más y sus ojos comenzaron a llevarse de lágrimas. Freno sus pasos y se volteó, nuevamente, hacia Camí.

-Lo siento.- se descargó -No puedo creer lo que he hecho.-

Camila lo miro, claramente, conmovida, así que continuo.

-Espero que algún día puedas perdonarme, porque yo jamás lo haré.-

Atino a marcharse nuevamente, pero Camí le tomo la mano, realmente se sorprendió. Es que no era un engaño para que ella lo perdone, está siendo totalmente sincero, se sentía fatal.

-No... No, espera...- dijo y lo guio para que se siente en la cama, junto a ella.

-Cami... Yo no sé cómo...- quiso decir, pero se quebró y no pudo continuar.

-No, no. Espera.- dijo Camila rápidamente, tomando el poder en la situación -Quizás en un principio comenzó todo un poco... brusco, pero luego... Ey, mírame.- continuo tomándole la cara, al ver qué él bajaba la mirada con vergüenza -Pero luego accedí, te seguí y de verdad, lo disfruté.-

A pesar del consuelo, Max no dejaba de llorar, así que Camí lo abrazo muy fuerte, cómo queriendo robarle su dolor y hacerlo propio.

Un rato más tarde, estaban ambos recostados en la cama boca arriba, viendo el techo ¿Cómo habían llegado a eso?... No lo sabía, solo entendía que su esposa era mucho más madura que él. Claro que no la tocaría de nuevo sin si consentimiento.

Solo quisiera que ella sepa, que tener intimidad con un hombre no era tan drástico, era algo mágico e intangible... Él era el culpable de que ella pierda su virginidad de una manera poco bonita. Pero... había algo que no entraba en su cabeza, Camí Hera muy hermosa, no únicamente para él, era morena, bajita, con su pequeña dificultad para caminar, pero eso no le restaba belleza ¿Cómo era que fue virgen hasta los 24 años? Se preguntó. Necesitaba quitarse esa duda.

En un momento, se enderezó un poco y la miro...

-No... sabía que eras virgen... Nunca lo hubiese imaginado.- comento y ella lo miro sorprendida.

¿Estaba mal preguntar? ¿Otra vez lo había arruinado?

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Maria Moreno
muy lindo
Cecilia Lujan Ruiz Diaz: muchas gracias!!!!
total 1 replies
Lupita Guzmán
Excelente
Cecilia Lujan Ruiz Diaz: muchas gracias!!!!!
total 1 replies
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