Mi Maestro No Solo Es Mi Maestro
Era el primer día de clases en la universidad para Mateo y su mejor amiga Emma. Después de años de planeación y preparación, ambos se encontraban emocionados y nerviosos ante la perspectiva de este nuevo capítulo en sus vidas.
Mateo, un joven de 22 años con un espíritu inquieto y curioso, acababa de graduarse de la preparatoria con honores. A pesar de las expectativas de su familia de que siguiera una carrera tradicional como derecho o medicina, él había decidido inscribirse en un programa de naturopatía, convencido de que encontraría mayor satisfacción en esa área.
Por su parte, Emma, una chica alegre y extrovertida, compartía los sueños de Mateo de explorar nuevos horizontes. Habían sido mejores amigos desde la infancia y juntos habían asistido a la misma escuela durante toda su vida. Ahora, decididos a vivir esta nueva aventura universitaria, se presentaban con una mezcla de emoción y nerviosismo.
Aquella mañana, Mateo y Emma se encontraron frente a la imponente entrada del campus, observando con asombro la actividad que los rodeaba. Estudiantes de todas las edades y orígenes se congregaban, cargando mochilas y recorriendo los pasillos con prisa.
"¡Finalmente lo logramos, Mateo! ¡Estamos en la universidad!" exclamó Emma, tomando la mano de su amigo con entusiasmo.
Mateo asintió, una sonrisa radiante iluminando su rostro. "Sí, no puedo creer que por fin hayamos llegado a este momento. ¿Estás lista para la aventura?"
"¡Por supuesto! Vamos a disfrutar cada instante. ¡Nada nos detendrá!" respondió Emma, jalando a Mateo hacia el interior del campus.
Juntos, se abrieron paso entre la multitud, admirando los imponentes edificios y la vitalidad que los rodeaba. Mateo no podía evitar sentir una mezcla de emoción y nerviosismo mientras recorrían el campus. Después de años de seguir las expectativas de su familia, finalmente se encontraba en el camino que había elegido para sí mismo.
"Oye, ¿ya sabes dónde queda tu primera clase?" preguntó Emma, consultando el horario en su teléfono.
Mateo asintió, revisando su propio itinerario. "Sí, tengo Introducción a la Naturopatía en el edificio de Ciencias Naturales. ¿Y tú?"
"Yo tengo Fundamentos de Psicología en el edificio central. ¡Supongo que nos separaremos por un rato!" exclamó Emma, abrazando a su amigo con cariño. "Suerte en tu primera clase. ¡Nos vemos al rato para almorzar!"
"Gracias, Emma. Tú también mucha suerte. ¡Nos vemos!" respondió Mateo, despidiéndose de su amiga mientras se dirigía hacia el edificio de Ciencias Naturales.
Tomando una profunda respiración, Mateo empujó la pesada puerta y se adentró en el aula. El espacio era amplio y luminoso, con hileras de asientosescalonados y una gran pizarra al frente. Varios estudiantes ya se encontraban ocupando sus lugares, charlas y risas llenando el ambiente.
Buscando un asiento disponible, Mateo eligió uno cerca del centro, dejando su mochila a un lado y tomando asiento. Comenzó a observar a sus compañeros, algunos parecían tan nerviosos como él, mientras que otros lucían más confiados y relajados.
De repente, la puerta del aula se abrió y un hombre entró, captando de inmediato la atención de todos los presentes. Era alto, con un porte elegante y un semblante serio. Su cabello oscuro y sus ojos penetrantes le daban un aire de misterio y autoridad.
Mateo contuvo el aliento, sorprendido por la imponente presencia del hombre. "Debe ser el profesor", pensó, sintiendo una extraña sensación de anticipación en su pecho.
El hombre se acercó al podio al frente del salón, colocando algunos libros y papeles sobre este. Luego, levantó la mirada y barrió el aula con sus ojos oscuros, como si evaluara a cada uno de los estudiantes.
"Bienvenidos a Introducción a la Naturopatía. Mi nombre es Sebastián Castillo y seré su maestro este semestre", dijo el hombre con voz grave y profunda.
Mateo se estremeció levemente al escuchar su voz, sintiéndose repentinamente cautivado por aquel hombre.
"En esta clase, exploraremos los principios fundamentales de la medicina natural y el bienestar holístico. Aprenderemos sobre las diversas terapias y prácticas que componen la naturopatía, así como su historia y filosofía", continuó Sebastián, su mirada recorriendo el aula.
Mateo se esforzó por mantener la atención en las palabras del profesor, pero su mente parecía distraerse una y otra vez, cautivada por la presencia imponente de Sebastián Castillo.
"Durante el semestre, tendremos la oportunidad de explorar temas como la nutrición, las hierbas medicinales, la homeopatía, la acupuntura y mucho más. Espero que todos ustedes se comprometan a aprender y a mantener una mente abierta", dijo Sebastián, haciendo una pausa para observar las reacciones de los estudiantes.
Mateo asintió con entusiasmo, ansioso por absorber cada una de las enseñanzas que el profesor Castillo tuviera para ofrecer. Jamás había sentido una conexión tan inmediata con un maestro, y eso lo desconcertaba ligeramente.
La clase continuó con Sebastián presentando el temario y las actividades que se llevarían a cabo durante el semestre. Mateo hizo todo lo posible por tomar notas y seguir el ritmo, pero su atención se desviaba constantemente hacia la figura del atractivo profesor.
Cuando finalmente sonó el timbre que indicaba el final de la clase, Mateo se puso de pie rápidamente, sintiendo una mezcla de alivio y decepción. Por un lado, estaba ansioso por encontrarse con Emma y compartir sus impresiones; por otro, una parte de él deseaba quedarse y continuar observando a Sebastián Castillo.
Saliendo del aula, Mateo se apresuró a buscar a su amiga, encontrándola esperándolo en el pasillo.
"¡Mateo! ¿Cómo te fue en tu primera clase?" preguntó Emma con entusiasmo.
"¡Fue increíble, Emma! El profesor Castillo es realmente fascinante. Su enfoque en la naturopatía es tan interesante y apasionado", respondió Mateo, sin poder ocultar la emoción en su voz.
Emma arqueó una ceja, notando el brillo en los ojos de su amigo. "¿El profesor Castillo, eh? Suena como si te haya impresionado más que la clase misma."
Mateo se sonrojó ligeramente, consciente de que su entusiasmo podría haber sido demasiado evidente. "Bueno, es solo que... su forma de enseñar es realmente cautivadora. Estoy emocionado por aprender más sobre la naturopatía y todo lo que implica."
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Comments
Elizabeth Moreno
buen inicio sigamos leyendo
2024-05-24
3