En medio de un intercambio cultural entre humanos y los avanzados Zorlaxianos, la joven lingüística y antropóloga Emma conoce a Zanar, un miembro de la realeza, poco a poco se enamoran, desafiando las barreras intergalácticas y pero un antiguo conflicto intergaláctico los separa.
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La batalla
Con el paso de las semanas, los proyectos de cooperación entre la Tierra y Zorlaxia avanzaban con éxito. Emma se sentía cada vez más integrada en su nueva vida en Zorlaxia, mientras que Zanar admiraba su dedicación y valentía en cada paso que daban juntos.
Sin embargo, una sombra se cernía sobre Zorlaxia. Unos informes avanzados alertaron sobre una flota de naves enemigas acercándose al sistema estelar. El consejo de Zorlaxia se preparaba para lo peor, temiendo que esta fuerza desconocida pudiera representar una amenaza para la paz recién restaurada.
Mientras Emma y Zanar caminaban por los jardines del palacio, disfrutando de un breve momento de paz, un estruendo retumbó en el horizonte. Las naves enemigas llegaron al sistema estelar de Zorlaxia.
Levantaron la mirada y vieron una oscura nube de naves enemigas acercándose rápidamente. El cielo, una vez tranquilo, ahora se llenaba con el destello de láseres y el estrépito de explosiones. El ataque de los enemigos estalló en todo su esplendor.
— ¡Zanar, debemos actuar rápido! — exclamó Emma, con su corazón latiendo con fuerza mientras el caos se desataba a su alrededor.
Zanar asintió con determinación, corrieron hasta donde estaba el centro de mando, en donde los líderes militares y políticos de Zorlaxia ya estaban coordinando la defensa.
— ¡Preparen las defensas! ¡Movilicen a todas las fuerzas disponibles! —ordenó Zanar, con su voz resonando por encima del estruendo del ataque.
Emma se unió a la estrategia, ayudando a coordinar los esfuerzos de comunicación y logística. Cada segundo contaba, y cada decisión podía marcar la diferencia entre la victoria y la derrota.
**Desde la perspectiva del enemigo**
El comandante Valar de la Flota del Cónclave Oscuro observaba desde el puente de su nave, la cual contaba con una insignia que decía, la " Daga de la Sombra ", mientras que sus soldados entraban en la órbita de Zorlaxia. Su misión era clara: someter a Zorlaxia y tomar el control de sus recursos vitales. La voz severa de sus superiores resonaba en su mente: "No habrá negociación. Solo victoria".
Para Valar, esta no era solo una batalla. Era una oportunidad de demostrar su valía y obtener el reconocimiento que tanto ansiaba dentro de la jerarquía del Cónclave Oscuro. Había escuchado rumores sobre la cooperación entre la Tierra y Zorlaxia, sus superiores los veían como una amenaza potencial para el dominio del Cónclave en la región. Todo gracias a la valiosa información que Liora y Korak les proporcionó, ellos ahora podían atacar a Zorlaxia.
— ¡Todas las naves sigan en posiciones y no paren de atacar! — ordenó Valar, con una voz implacable.
Sus ojos brillaban con una mezcla de ambición y determinación. Las naves se desplegaron en formación, disparando ráfagas de energía que iluminaban el vacío del espacio con colores mortales.
** Fin de la perspectiva del enemigo**
La batalla era feroz y caótica. Las naves enemigas atacaban sin cesar, desafiando la determinación y el coraje de los defensores de Zorlaxia. Emma y Zanar luchaban hombro a hombro, enfrentando cada desafío con valentía y determinación.
— Desplieguen las defensas hacia el lado izquierdo — gritó Zanar, mientras que un escuadrón de naves enemigas intentaba rodear sus posiciones.
— ¡Aquí Emma, necesito más refuerzos en el sector tres! — clamó Emma, coordinando las comunicaciones con precisión. Sus manos volaban sobre los paneles de control, sus ojos nunca abandonando las pantallas que mostraban la posición de las fuerzas enemigas, ella que solo era una joven antropóloga y lingüística, ahora era una hábil comandante en el campo de batalla, dirigiendo con maestría las tropas y coordinando las comunicaciones con precisión.
El puente de mando estaba lleno de tensión y desesperación. Las pantallas mostraban la devastación: explosiones en la atmósfera, naves zorlaxianas cayendo en llamas. La desesperanza comenzaba a instalarse en los corazones de los defensores, y los habitantes: niños y ancianos que habían huido ya no sabían dónde esconderse, todo lugar seguro quedó en cenizas por el caos y la destrucción que se desataba, era verdaderamente algo triste todo lo que pasaba.
A medida que la batalla se prolongaba, la esperanza comenzaba a flaquear. Las fuerzas de Zorlaxia estaban siendo superadas en número y poder de fuego. Sin embargo, a pesar de estar todo en contra Emma se negaba a rendirse. Con cada aliento, renovaba su compromiso con la causa por la que había regresado a Zorlaxia: la paz y la cooperación entre los mundos.
En un momento crítico de la batalla, cuando parecía que todo estaba perdido, Emma tuvo una idea. Recordó una técnica de negociación que aprendió en la Tierra, una forma de encontrar puntos en común incluso en medio del conflicto más intenso.
— ¡Zanar, hay algo que quiero intentar! — exclamó, con su voz resonando con una nueva esperanza.
Zanar la miró con sorpresa, pero rápidamente entendió su plan. Se comunicaron con el líder enemigo a través de un canal de comunicación seguro.
— ¡Detengan el ataque! ¡Tenemos que hablar! — ordenó Zanar, su voz estaba cargada de autoridad y determinación.
Para sorpresa de todos, el líder enemigo accedió a la negociación. Emma y Zanar se encontraron cara a cara con él en una sala de conferencias improvisada en medio del campo de batalla.
— Escuchen, ambos mundos están sufriendo por esta guerra. ¿No sería mejor encontrar una solución pacífica que beneficie a todos? — preguntó Emma, su voz resonaba con convicción y compasión.
El líder enemigo, Valar, consideró sus palabras por un momento. Su rostro, marcado por las cicatrices de muchas batallas, reflejaba una lucha interna. Pero finalmente, su expresión se endureció.
— Ustedes no entienden lo que está en juego para nosotros, para mí — dijo Valar con frialdad
— El Cónclave Oscuro no puede permitirse ninguna debilidad. La paz no es una opción.
Emma vio la determinación en sus ojos y supo que las palabras no serían suficientes. Valar se levantó de su asiento y cortó la comunicación de forma abrupta. La batalla debía continuar, y solo uno saldría victorioso.
Con la negociación fallida y los enemigos que continuaban su ataque sin piedad, Zanar sabía que debía tomar una decisión difícil, no quería llegar a eso pero, era por el bien de su gente y por el bien de Emma . La batalla se intensificó, y la situación se tornaba cada vez más desesperada para Zorlaxia. Las fuerzas de defensa estaban al borde del colapso.
Zanar intercambio con Emma una mirada llena de determinación. Zanar había decidido que debía hacer un sacrificio por el bien de su gente, aunque las implicaciones de esta decisión aún estaban por desarrollarse.
— Emma, hay algo que debo hacer, espero que lo entiendas y me des tu apoyo — dijo Zanar con una firmeza solemne en su voz.
Emma asintió, con su corazón pesado con la preocupación. La batalla continuaba rugiendo a su alrededor, pero Zanar sabía que esta decisión podría cambiar el curso de su futuro.
Zanar, camino unos pasos hacia adelante, estando un poco lejos de Emma, dió media vuelta, con una voz triste y entrecortada le dijo:
— Emma, sé que lo que estoy a punto de hacer es difícil de aceptar, pero es necesario para poder proteger a mí gente y protegerte a ti, y asegurar un futuro mejor. Confío en que entenderás mis razones. Gracias por tu apoyo y por estar a mí, lado en este momento. Te pido que cuides de nuestro pueblo en mí, ausencia. Te llevaré en mí corazón siempre, te amo.
Emma al darse cuenta de sus intenciones quiso detenerlo pero ya era demasiado tarde.