Susana caminaba esa mañana en la playa en la cual apenas apuntaba el alba, pero una silueta tirada le llamo la atención, al parecer era una mujer con largos cabellos negros, pero al acercarse, se dio cuenta que era una sirena con diversas heridas en el cuerpo, que apenas lograba respirar.
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Traigo un mensaje
Susana, miró a Darío, el pequeño dormía plácidamente.
Así que aceptó ir a la cocina a tomar un café, el lugar a pesar que era una cabaña, tenía una cocina bien diseñada, dos habitaciones, un baño, y una sala de estar, que aún que no contaba con televisión, ni Internet.
Tenía una estante llenos de libros 📚.
Si se asomaba por la ventana, se veía que está tenía un hermoso jardín. En un claro del bosque.
Artemisa sirvió tres tazas con café.
-Disculpa, Artemisa....
Gracias, pero no creo que mi hijo se levante ahorita a tomar café...-'dijo Susana, lo decía por qué aun que el niño no se iba a levantar, el café tampoco lo bebería.
-No es para el niño... - dijo Artemisa.
De repente alguien entro con una gran sonrisa en sus labios, extendió su mano y tomó el café.
Susana al principio no lo reconoció, vio todo borroso.
-Te quedó excelente Artemisa, como siempre- dijo aquella persona.
"Esa voz" -pensó Susana- " ¿Acaso es Apolo- Susana entonces miro con atención el rostro de esa persona.
Apolo estaba complacido al ver que Susana lo miraba fijamente.
-Hola Susy, pensé que no me querías saludar- dijo Apolo amablemente, con una sonrisa en sus labios.
-Apolo... ¡Eres tú! - Susana se levantó de su silla y abrazo a Apolo.
Apolo se asombro que Susana se le avalanzara.
Pero ese sentimiento de Susana en ese momento, fue de alegría, tenía mucho tiempo que no le había visto.
Apolo había sido un amigo y compañero en la universidad, pero ciertamente lo conocía desde antes, solía trabajar desde joven con su padre Darío Gali.
-Cuanto me alegra verte Apolo, realmente ayer en el accidente tuve mucho miedo, de repente llegó esa tormenta de la nada, mi hijo y yo somos los únicos sobrevivientes, los pilotos murieron...- dijo Susana, pero al decirlo temblaba, se había mantenido fuerte pero al ver a alguien conocido, pudo descargar ese sentimiento que la tenia agobiada.
-Ya tranquila, estás a salvo aqui, necesitas descansar, pero primero quiero que te tranquilizes, hay algo que debo decirte.- dijo Apolo mientras ayudaba a Susana a tomar asiento 🪑.
Artemisa los miro, se sentía fuera de lugar viendolos.
-Que les parece si los dejo solos, para que platiquen y se pongan al corriente - dijo Artemisa llevándose su taza de café, fuera de de la cabaña.
Apolo solo asentó la cabeza cuando Artemisa dijo eso.
-¿De veras Artemisa es tu hermana?- preguntó Susana.
-Susy, no te mentiría, ella es mi hermana mayor, somos gemelos ♊ - dijo Apolo mientras tomaba de la mano a Susana.
-Pero si ella se ve más joven que tú, yo creo que tiene como diecinueve años - dijo Susana.
-Artemisa, es en serio mi hermana mayor, sucede que es, de esas personas come años, no se les ve envejecer, igualmente tú, sigues tan hermosa y radiante cómo cuando te conocí la primera vez - dijo Apolo aún sosteniendo la mano de Susana.
Susana al escuchar esto último, retiró su mano de Él.
-Pero aún que sea así, como pudiste llegar tan rápido a este lugar de difícil acceso, además como puede una mujer estar sola, y tener de mascotas lobos, ¿Es algo seguro para tú hermana vivir aquí?- dijo Susana que el pensamiento racional ya estába regresando a ella.
Apolo sonrió al escucharla, ciertamente esa era Susana, una persona racional.
-Susy, ¿Como está tu hijo?- dijo de repente Apolo.
-Esta bien, pero no me cambies el tema. ¿Quiero saber que sucede?
¿Cómo es posible que tú hermana me haya localizado tan rápido?
¿Además como llegaste tú tan temprano?- dijo Susana tomando un sorbo de café.
-Dime... ¿Tuviste un sueño raro o premonitorio?- Apolo evadió las preguntas anteriores y lanzo esa pregunta, que a Susana de repente hizo que dejara de tomar el café ☕.
- ¿Que tiene que ver eso con evadir mis preguntas?- dijo de repente Susana viendo seriamente a Apolo.
-¡Mamá! ¿Adónde estás?- dijo una vocecita desde la recámara 🛏️.
- Estoy aquí Darío- dijo Susana, acababa de terminar de decirlo cuando Darío ya estaba a su lado.
- Vaya...
Hola campeón.
¿Cómo estas ?- dijo Apolo a Darío.
-¿Profesor Luján que hace aquí?
¿No iba a ir al viaje escolar?- dijo Darío al ver a Apolo.
-Pues me escape del viaje y vine a visitar a mi hermana Artemisa - dijo Aplo sonriendo a Darío.
-¿Se conocen? - preguntó Susana a ambos.
Apolo se rasco la cabeza.
-Es mi profesor de Música, ¿No lo sabías?- dijo Darío a su madre.
-¿En serio eres profesor de Música?
No me dijiste que lo que estabas estudiando era para...- dijo Susana tratando de recordar.
-Carrera de Medicina... Si, pero no lo ejerzo mucho, me gusta más ser profesor de Música, y por cierto Darío tiene una excelente voz, tiene que ser, es un hijo de ...- dijo sin terminar Apolo, mirando hacia a los ojos de Susana.
Susana trataba de entender si Apolo acaso sabía el secreto que ocultaba sobre Darío, pero era imposible, ha nadie se lo había comentado.
-Si, es mi hijo... Por eso heredo mi voz - dijo Susana .
-¡Mamá tengo hambre!- dijo Darío.
En ese momento entró a la cabaña Artemisa.
Traía una canasta llena de frutas silvestres.
-Mira mi cosecha 🧺 Darío, que tal si las lavamos y nos hartamos de frutas - dijo Artemisa amigablente al pequeño.
Darío corrió hacia ella, le parecía Artemisa una joven muy hermosa y sorprendente.
Cuando ambos se retiraron, Susana y Apolo quedaron solos nuevamente.
- Susana, tu padre está vivo y me dijo que te diera un mensaje - dijo de repente Apolo a Susana.
-No bromes con eso - dijo Susana seriamente.
-Te envío esto - dijo Apolo extendiendo una caja de madera barnizada de un color negro y hermosos grabados inscritos en este.
Susana al ver la caja, le pareció familiar, su padre siempre lo tenía entre sus cosas.
Susana lo tomo, al abrirlo estaba el dije de su padre.
-¿Pero como lo conseguiste?- pregunto Susana al tomarlo en sus manos.
-Tu padre está vivo, y me dijo que te diera este mensaje: "El niño está en peligro, no debes ir a la isla donde vivías, te espero en la isla de Delos.- dijo Apolo a Susana.
De repente Susana recordó el sueño que tuvo antes de que cayera la avioneta.
Era idéntico a lo que Apolo le decía.
-Delos... No está algo retirado. Esta en el mar de Egeo.
¿Cómo llegaremos hasta allá?- dijo Susana mirando Apolo.
Apolo sonrió de una manera que nunca lo había visto Susana.
-Tú no te preocupes - dijo Apolo.