En un mundo donde el desprecio y la hostilidad reinan, Evans y Nicole se encuentran atrapados en un juego de odio y desafío constante. Evans, un hombre frío y mujeriego, nunca ha creído en el amor, hasta que Nicole, una sexy y decidida doctora, entra en su vida desbaratando todas sus certezas. A pesar de sus diferencias y de su mutuo desagrado, ambos se ven irresistiblemente atraídos el uno hacia el otro.
Nicole, centrada en su carrera y determinada a no dejarse pisotear por ningún hombre, se ve obligada a enfrentar sus propios prejuicios cuando la presencia de Evans la desafía de formas inesperadas. Por otro lado, Evans se ve forzado a confrontar sus propias barreras emocionales y su reputación de hombre frío cuando se da cuenta de que Nicole es mucho más que una simple colega.
A medida que la tensión entre ellos aumenta y las chispas vuelan, ambos se ven obligados a cuestionar sus creencias y a enfrentar sus propios miedos. A pesar de sus reticencias iniciales, comienzan a descubrir que tal vez, detrás de su enemistad, se oculta una pasión y un deseo que ninguno de los dos puede negar.
Entre enfrentamientos ardientes y momentos de ternura inesperados, Evans y Nicole se embarcan en un viaje emocional tumultuoso, donde el amor y el odio se entrelazan de formas complejas y sorprendentes. ¿Podrán superar sus diferencias y encontrar la redención en los brazos del otro, o su amor está condenado a arder en el fuego de su propio desdén? "Entre el Odio y el Amor" es una historia apasionante que desafía las expectativas y nos sumerge en un torbellino de emociones y deseos contradictorios.
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Capítulo 14 Efectos del Alcohol
Nicole
—Ya habíamos llegado a la discoteca y como lo dije, estaba llena. Todavía había personas en la fila. Gracias a Cristhian por darnos las pulseras VIP. En verdad, es muy bonito. Me gusta. Bueno, nos encontramos con Steven y los amigos del hospital, y por supuesto, Cristhian y su desagradable amigo. Él come limones, pero bueno, no me va a arruinar la noche. Idiota, que disimule mejor. Yo sé que estoy buena, pero que disimule.
Cristhian
—Chicas, qué bueno que vinieron. Están hermosas. Vengan, vamos a bailar, que la noche es joven.
—Claro, vamos. Me lo propuse y lo cumpliré esta noche. Bella y Steven salen siendo algo, o me dejo de llamar Nicole.
Carla
—Amiga, el come limones que aprenda a disimular. Desde que llegamos, no te ha quitado la mirada de encima. Puede ser muy ogro, que digamos, pero está muy guapo y sin decir que creo que le gustas.
—¿Qué estás loca? Yo gustarle a ese. Puede ser que se impresionó con mi belleza nada más, pero no creo que les guste, ni creo que tenga corazón.
—No seas así. Ustedes harían bonita pareja. Piénsalo.
—Sabes lo que pienso del amor. El amor lo quiero a un kilómetro de distancia.
—Bueno, mejor vamos por unos tragos. Ya estoy cansada de bailar.
Evans
—Estoy terminándome de arreglar. Cristhian me invitó a su discoteca y no me puede negar, ya que falté a la inauguración de su restaurante. Se la debo. Además, voy porque tengo mucho sin salir. No voy a negar que extraño chocar con la irritante. Si ella me pone varios nombres, por qué yo no puedo. Pero en fin, después de lo que le hicimos a la vecina, quedamos en un tratado de paz. Pero me hace falta que me deje hablando solo. Ya estoy en la discoteca, ya que tengo acceso privado. Entro rápido, ya que esta discoteca es muy popular, pero bueno, soy amigo del dueño. Ya dentro me encuentro a Cristhian y mi hermano, y algunos compañeros del hospital. Los saludos normal y voy a la barra. Voy de regreso donde están todos, cuando veo que llegan Nicole y sus amigas. Dios mío, está jodidamente bella. Siento que se me van a salir los ojos. Pero ese vestido le queda divino. Está para comérsela. Ok, dije que la odio, pero de que está buena, está buena. Quiero explotar cuando veo que un compañero del hospital la saca a bailar. No voy a seguir aguantando eso. Mejor me voy a la barra. Si sigo viéndola, voy a explotar.
Nicole
—Ya estoy cansada de bailar. Tengo que refrescarme un poco. Ya he bebido demasiado. Así que voy al baño. Pero como la suelte nunca ha estado de mi lado. Cuando voy saliendo del baño, choco con alguien. No miro bien quién es, ya que caí al piso. Recojo mi cartera y trato de pararme. Cuando me tiende la mano, miro quién es.
Evans
—Deberías ser más cuidadosa y dejar de andar por la vida chocando con la gente. Si no sabes beber, pues no bebas.
—Eres un idiota. El que tiene que tener cuidado por donde camina eres tú. Porque te recuerdo que el que chocó conmigo fuiste tú. Eres insoportable. Con permiso. Creo que me estaba diciendo algo, pero como no me importa, me fui y como siempre lo dejé hablando solo. Pero qué se cree ese idiota. Lo odio con toda mi alma. Es guapo, lo admito, pero es un insoportable. Iba de regreso donde mis amigas, pero ya no estaban. No es necesario investigar dónde están. Ya imagino donde. Bella, desde que llegamos, se la pasó junto a Steven y antes de ir al baño, vi cómo se miraban y susurraban al oído. Y Carla, supongo que se fue con Cristhian, ya que desde que lo vi, quedó flechada de él y cuando le gusta alguien, no lo deja ir por nada del mundo. Bueno, mis amigas sí que se divertirán esta noche. Voy a la barra por otro trago. Duraré un rato más y luego me iré. Total, a mí nadie me espera. Solo mi fría cama.
Evans
—Voy o no voy. Me dejo hablando solo, ya que sus amigas antes de irse me dijeron que le avisara. Por eso, fui a buscarla al baño y como siempre me dejó hablando solo. Vaya noche. Mi hermano se va con la mejor amiga de la insoportable. Mi mejor amigo se va con la otra amiga y a mí me dejan con la que no soporto. Y ahora siento que es mi responsabilidad que llegue bien a su casa. Y es mejor cuidar a un bebé que a ella. Un bebé se mueve menos. Hace un momento estaba en la barra. Ahora, ¿dónde está? La busco en el baño, el único lugar que queda es la pista de baile y efectivamente, aquí está bailando como si nada con un chico. Me da cólera verla bailar con ese.
Nicole
—Oye, déjame bailar. Pues si no quieres que baile con él, ven tú a bailar conmigo.
—No estás loca. Yo no pienso bailar contigo.
—No me digas que no sabes bailar o te da miedo bailar conmigo.
—Claro que sé bailar y no me da miedo bailar contigo. Y te lo voy a demostrar. No puedo explicar lo que sentí al tenerla tan cerca de mí. Por un momento, me olvidé de dónde estábamos. Tenerla tan cerca me vuelve loco. No resistí más y la besé. A pesar de que pensé que lo rechazaría, no fue así. Duramos un rato.Y nos separamos por falta de aire cuando ella sale corriendo y yo por su puesto tras de ella.
