Alexandra fue engañada creyendo que firmaba un contrato laboral y acabó siendo uno matrimonial.
En tanto que para Christopher la situación también ha sido complicada, ya que como presidente de la empresa familiar, al momento de firmar los papeles para asumir el cargo de manera oficial, dos cláusulas cambiarían su vida para siempre: casarse y ser padre.
Por obligación ambos debieron aceptar la situación; sin embargo, jamás pensaron que la llegada del otro cambiaría muchas cosas para ellos.
¿Podrá el amor surgir con base a un contrato dado por mentiras?
¿Pueden dos personas, con perspectivas de la vida tan distintas, llegar a llevarse bien?
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Capítulo 22 LUBRICACIÓN
Christopher
Maldita mujer, logra ponerme de mal humor con solo abrir la boca y debo contener la frustración que me da no poder hacerle nada. Un hombre no le debe pegar a una mujer pero aveces me contento para no pegarle aunque sea unas buenas nalgadas.
Se vistió con el diseño más exclusivo de Dior con el que lucía deslumbrante. Ningún hombre de los invitados a mi cumpleaños logró quitarle los ojos de encima.
Sentí satisfacción de que vieran que estaba con alguien con tanta belleza, aunque el dinero ayudó mucho a eso cabe destacar. Cuando la ví el día que la manipule con el contrato ví en ella una belleza ordinaria que gracias a todo lo que le he proporcionado se convirtió en extraordinaria.
Debajo de aquellas ropas simples que en algún momento seguro fueron nuevas había buenas curvas que no se mostraban jamás pero que ahora cualquiera pagaría por descubrir y tener en su cama. Si estos supieran que aún ni la he tocado porque es una obstinada del demonio que se niega a abrir las piernas para mí.
Además ese tal Samuel es al que tanto quiere tener, lo supero en todo pero no, al que quiere es a él. Incluso me dice sin una pizca de vergüenza que con él si haría cosas con ganas.
Respondí de la mejor manera que pude a sus ataques, negandome a qué lastimara aún más mi orgullo y le dije que era hora de cumplir como mi esposa. Respondió que no sentirá nada. Perfecto pensé, llegó el momento de comprobarlo
La mejor suite del hotel estaba reservada para nosotros así que al momento de retirarnos fuimos allí. En el ascensor la besé pero era una estatua sin vida.
Entramos a la suite, cerré la puerta tras de mí, tomé un preservativo y lo deje sobre la cama. Aflojé mí corbata, quité mi camisa, aflojé mis pantalones y pateé los zapatos lejos. Ella solo miraba hacia otro lado, no estaba devorándome con la mirada.
-¿Lista para consumar nuestro matrimonio?- me acerqué a ella y hablé contra sus labios
-No pero eso no te importa, hazlo de una vez y déjame en paz
Besé su boca y me estaba frustrando que no me respondiera así que pensé que dirigirme a su cuello cambiaría las cosas y avivaria esa llama interna que sabía que tenía.
La empujé despacio para que cayera sobre la cama y yo encima de ella. Tome una pierna rígida y quité su zapato mientras le daba algunos besos húmedos allí. Repetí lo mismo con el otro pie pero su rostro permanecía sin cambios.
Subí su vestido para que me permitiera encajar entre sus piernas que previamente debí acomodar porque ella se negaba a cooperar de algún modo.
-Besame- le pedí
-No quiero, ya termina esto y déjame tranquila Christopher
Toqué sus piernas mientras besaba su cuello y parte de su pecho pero al ir a su lugar más privado sentí su ropa interior seca y comprobé que era de una fina tela.
La excitación se fue, efectivamente ella no sentía absolutamente nada en aquel momento
-Mirame- lo hizo- ¿Tienes algún problema?
-¿Que tipo de problema?
-De lubricación, ¿Esto siempre es así?
-¿Tengo que responder eso?
-Soy tu esposo, merezco saber para evitar sorpresas
-No tengo ningún problema, no mentía cuando te decía que no te deseaba
-Puedes dormir aquí, no me esperes despierta, saldré a tener lo que tú no deseas
-Que te diviertas- se levantó y fue al baño
Salí sin reclamos, insultos ni gritos, así de fácil aceptaba que me fuera con otra.
Regrese a la fiesta y me encontré con Ismael con quién me alejé para tener privacidad y hablar tranquilamente
-Crei que estarías con tu esposa disfrutando hasta el amanecer
-No sucedió nada, intenté pero simplemente no se excitó
-Jajajaja el gran Christopher no pudo seducir a su joven esposa
-Le pregunté si tiene algún problema de lubricación y me lo negó
-Deberas comprar gel para más adelante de todos modos, ella no confía en ti, quizás tenga algún problema y no quiera decírtelo.
-Hare eso, por el momento esperaré un tiempo para consumar el matrimonio y ya más adelante te diré