El Omega Del Rey

Parece que el rey no se lo tomo muy bien, pero ya era necesario decirle, aunque ha pasado tres días y no le ha mandado a llamar, creyó que lo terminaría sacando del palacio, pero todo sigue igual, tiene sirvientes, guardias y a la maestra sigue asistiendo; ese día salió a caminar en compañía de Flora y Lina, pero le mandar decir que al haber pasado ya tiempo, llego la hora de reunirse nuevamente con las damas, lo que en verdad resulta molesto, regreso dentro para que le ayuden por Flora a buscar que ponerse, pues no puede ir con la túnica con la cual acostumbra andar, al final le eligen una ropa sencilla, pero elegante.

- que hermoso alteza, recuerde comportarse...porque...

- ¿que pasa? ¿Algo que debo saber?

- en ese sitió, la hija del Duque estará ahí, la cual se rumorea, entrará al palacio dentro de poco, como concubina...

Livia frunce los labios, ese rey no tiene llenadera.

- bien, no importa, mientras no me moleste, todo bien.

Ambas chicas se sorprenden al ver que no le toma importancia, pues antes de accidente, cuando una nueva concubina ingreso, se la paso llorando.

- no me vean así, las personas cambian y se dan cuenta que no vale pena llorar por quien no te da tu lugar.

Si bien a él no le importa, para el verdadero, debió ser muy doloroso el tener que compartir al hombre que ama. Ya que estaba listo, se dirigen al carruaje, ya que la reunión será en la mansión de un Duque, desde la ventana el rey le vio marcharse, sigue sin creer que ese ya no sea Livia, pero de ser cierto, significa que ya no hay una segunda oportunidad, ya no puede enmendar su error y comenzar de nuevo.

- majestad, la reina se ha ido a la fiesta de té...pero...

- ¿que sucede?

- ahí estará la hija del Barón Román, la que se rumorea, entrará al palacio como concubina.

El rey se pone de pié golpeando ambas manos sobre el escritorio.

- ¿que? Esos son solo rumores...prepara un carruaje, iré a esa fiesta.

- pero majestad los esposos no asisten a esa fiesta.

- soy el rey, puedo asistir a donde sea.

Por otro lado Livia ya ha llegado a la mansión del Duque Román, al entrar, todas le miran con cierta molestia y ríen bajito, era obvió que es el objeto de burla de todas esas supuestas damas, aún así, muy a su pesar se ponen de pié para hacerle una reverencia, la Duquesa Román se acerca para saludar a Livia y presenta a su hija, Katia Román, una mujer hermosa, pero arrogante, la mujer apenas le hace una reverencia.

- saludos reina, espero podamos llevarnos bien, después de todo, pronto seré la concubina de su majestad el rey.

Un silenció abunda en el lugar, vaya descaro el de Katia al soltar algo así cuando la reina recién llega, todas ya están esperando a que Livia se vaya corriendo, pero en su lugar sonríe.

- ¿en serio? Pero si no he aprobado nada. Ya deben saber que el control del Harem es de la reina y soy quien decide que mujer entra o sale del harem.

Livia sonríe con cierta burla, nadie esperaba que la reina respondiera de esa manera tan calmada, Katie apretó los dientes pero sonríe.

- pero eso es un hecho, ya no puede hacer nada...

Livia escucha las risillas de todas las presentes, así que deja salir un largo suspiro.

- soy la reina, si yo quisiera, todas las concubinas serían echadas del palacio, así que, lamento informar, que no hay lugar para una concubina más.

La Duquesa y Katia se veían enojadas al escuchar a Livia, todo mundo sabe que la reina no desafía a nadie y que solo sabe agachar la cabeza, pronto Katia se cubre la cara y comienza a llorar.

- perdóneme reina, no es mi decisión, si desobedezco al rey no se que me harán.

- ¿ah? Pero que te pasa de repente ¿estás loca?

- ¿que sucede aquí?

Livia voltea, era el rey quien había llegado, eso explica porque Katia se ha puesto a llorar, la Duquesa hace una reverencia.

- mil disculpas majestad. Mi hija solo le mencionó a la reina que entrará como concubina y la reina comenzó a insuntarla.

- majestad la reina se ha portado muy agresiva.

Katia y su madre se muestran llorosas ante el rey, mientras que Livia solo frunce los labios, maldiciendo a esas mujeres.

- ¿me puede decir su versión, reina?

Todos se sorprenden al escuchar que el rey le esta dando preferencia a Livia.

- solo le dije que soy quien decide quien entra o sale del harem y que si yo quiero el harem puede ser echado del palacio.

No va mentir, ya depende del rey que versión creer, aunque obviamente, estará de lado de esas mujeres, pero para su sorpresa le abraza por la cintura dejando un beso en la frente de Livia, lo que lo deja pasmado.

- y la reina tiene razón, realmente no se quien le dijo que usted entrará como parte del harem, pero me temo que eso no es así.

- ¿que? Pero majestad...

Katia y la Duquesa ya pueden ver el rostro burlesco de las otras damas.

- yo majestad,me ajustare a sus estándares, pero no me quite el privilegio de ser del harem.

- no ha tenido ese privilegio, averiguare quien esparció ese rumor y hará que pida disculpas, pero mientras tanto, si la reina no lo aprueba, nadie entra.

El rey carga a Livia para llevarselo del lugar, pese a las quejas de este y a que la Duquesa y Katia le piden no dejarlas así, aunque no dejan que pasen por la escolta de rey. En el carruaje Livia esta sentado ante el rey.

- ¿por qué vino? ¿Hay algo que deba hablar conmigo?

- si, pero será cuando lleguemos al palacio.

- ¿me piensa echar del palacio? Si es así, al menos deme algo de dinero, mientras consigo un trabajo.

El rey lo mira con cierta tristeza, si todo lo que le dijo es verdad, significa que ya nunca podrá ser amado por Livia, aunque él le siga amando.