Clara decide quedarse con el villano, decide que ese demonio será suyo
El mundo mágico también incluye las novelas
1) Cambiaré tu historia
2) Una nueva vida para Lilith
3) La identidad secreta del duque
4) Revancha de época
5) Una asistente de otra vida
6) Ariadne una reencarnada diferente
7) Ahora soy una maga sanadora
8) La duquesa odia los clichés
9) Freya, renacida para luchar
10) Volver a vivir
11) Reviví para salvarte
12) Mi Héroe Malvado
13) Hazel elige ser feliz
14) Negocios con el destino
15) Las memorias de Arely
16) La Legión de las sombras y el Reesplandor del Chi
17) Quiero el divorcio
18) Una princesa sin fronteras
19) La noche inolvidable de la marquesa
20) Ni villana, ni santa
21) Salvando a mi Ernesto
22) Cartas para una princesa
23) Ya te olvidé
** Todas novelas independientes **
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Dulce Prisión
El duque se paso la mano por el rostro, su tono era firme como un decreto cuando le hablo
Duque: hasta la boda, e incluso despues de la boda… no pondras un pie fuera de la mansion Bennet, Maddie, dentro de estos muros tendras todo lo que necesites, vestidos, comida, musica, seguridad… no hara falta nada… hasta que yo mismo no vea el cuerpo del Baron Simpson y me asegure de que no respira, tu no moveras un solo dedo..
La voz de Theodore era como un hielo que caia en medio del cuarto, tajante, seca, sin admitir replica… o eso creyo él
Porque para su sorpresa, Maddie lo miro unos segundos en silencio y luego sonrio, esa sonrisa descarada que lo desarmaba y que tanto detestaba porque hacia tambalear su control
Maddie: entonces… la mansion Bennet sera mi dulce prision… tendre comida, tendre dinero, y sobre todo tendre un hombre fuerte a mi lado cada noche
El duque se quedo inmovil, su ceño se fruncio y un leve calor subio por su cuello hasta las mejillas, no sabia si Maddie lo estaba provocando o si hablaba en serio, pero el solo imaginarla pronunciando esas palabras con tanta naturalidad lo descolocaba
Duque: Maddie… no es un juego, hablo de seguridad, de vida o muerte
Ella se acerco un paso mas, con esa osadia que lo hacia sentir como si en vez de un canario fuese un pequeño demonio disfrazado
Maddie: ohh, yo lo tomo muy en serio, Theodore… porque si esta es mi prision, al menos no estare sola… y lo tendre a usted para atormentarlo cada dia y cada noche
El duque se paso la mano por el rostro, su tono era firme como un decreto cuando le hablo
—hasta la boda, e incluso despues de la boda… no pondras un pie fuera de la mansion Bennet, Maddie, dentro de estos muros tendras todo lo que necesites, vestidos, comida, musica, seguridad… no hara falta nada… hasta que yo mismo no vea el cuerpo del Baron Simpson y me asegure de que no respira, tu no moveras un solo dedo
La voz de Theodore era como un hielo que caia en medio del cuarto, tajante, seca, sin admitir replica… o eso creyo él
Porque para su sorpresa, Maddie lo miro unos segundos en silencio y luego sonrio, esa sonrisa descarada que lo desarmaba y que tanto detestaba porque hacia tambalear su control
—entonces… —dijo con suavidad, casi como si se burlara de la situacion— la mansion Bennet sera mi dulce prision… tendre comida, tendre dinero, y sobre todo tendre un hombre fuerte a mi lado cada noche
Duque: Maddie…no es un juego, hablo de seguridad, de vida o muerte..
Maddie: ohh, yo lo tomo muy en serio, Theodore… porque si esta es mi prision, al menos no estare sola… y lo tendre a usted para atormentarlo cada dia y cada noche
Duque: si… sera tu prision, Maddie… pero si es dulce o no… dependera de ti. Si eres obediente, si haces caso… no tendras problemas
Maddie: nunca pense que usted fuera tan dominante, duque… lo pintaban frio, distante, pero… vaya sorpresa
[pequeño canario blanco, travieso, que no sabe medir los limites de su jaula]
Maddie: si esta es mi prision… creo que me gusta como suena.
Y al demonio Bennet, por primera vez en mucho tiempo, le falto un poco el aire.
Maddie: y si esta es mi prision… usted me cuidara por las noches hasta la boda… ¿verdad, duque?
[Ese maldito canario esta revoloteando en su jaula, golpeando las paredes y sacudiendo las plumas como si nada pudiera detenerlo.]
duque: Maddie…
Maddie: que si soy obediente no habra problemas… ¿y si lo soy? ¿usted dormirá cerca para cuidarme?
El duque cerro los ojos un instante, se llevo dos dedos al puente de la nariz y resoplo, como si asi pudiera librarse del calor que le subia.
[Travieso canario… ni siquiera te das cuenta de que estas jugando con fuego]
Duque: ten cuidado, Maddie… no sabes lo que estas pidiendo.
Pero ella sonrio mas, como si justamente eso fuera lo que queria escuchar.
Maddie: no se preocupe, duque… yo me portare bien… no le hare nada hasta la boda
[Este canario travieso no solo cantaba y revolotea… tambien picotea con malicia, burlandose de la fiera en su jaula.]
Duque: Maddie… no juegues con fuego.
Maddie: oh, no es un juego, duque… solo estoy siendo obediente, como usted quiere…
Él tuvo que darse la vuelta, la capa ondeando con brusquedad, como si necesitara poner distancia de inmediato antes de hacer algo de lo que no pensaba arrepentirse, pero que cambiaría todo.
Esa noche, la mansión estaba en silencio, solo el susurro del viento rompiendo entre las torres y el oleaje lejano golpeando la costa.. pero en la habitación del duque, no había paz posible.
Theo se recostó en su enorme cama, los brazos cruzados sobre el pecho, la mirada fija en el techo tallado, pero su mente no dejaba de reproducir la imagen de Maddie.. Su canario travieso, pequeño, desafiante, con esa sonrisa que parecía burlarse de cada norma, de cada advertencia que él había intentado imponer..
Cerró los ojos, y volvió a escuchar su voz, baja y coqueta, asegurándole que se portaría bien hasta la boda. Y aunque sus palabras eran de obediencia, el efecto era todo lo contrario.. lo desarmaban, lo perturbaban.
[Pequeño canario… ni siquiera sabes el fuego que provocas]
Se dio la vuelta, tratando de dejar de pensar en ella, pero el pensamiento de sus labios, de su aroma, de su descarada confianza, lo perseguía como una sombra imposible de alejar. Cada vez que cerraba los ojos, la veía inclinandose, mirandolo con esos ojos brillantes, retandolo sin miedo, jugando con él como si nada pudiera hacerle daño.
Al fin, resignado, se incorporó.. caminó hacia la ventana y miró la luna sobre la isla… Respiró hondo, intentando calmarse, pero un gruñido bajo escapó de su garganta.
[Mañana… mañana veré si este canario travieso realmente sabe volar… o si la jaula del duque es más fuerte que ella.]
En su habitación a pesar de todo lo que había escuchado sobre su padre, sobre los rumores de secuestro y posibles ataques, Maddie no podía evitar sentirse extrañamente feliz.. su mente no estaba atrapada en el miedo ni en la preocupación, sino en su dulce prision. En la mansion Bennet, todo estaba a su alcance.. comida deliciosa, lujos que jamás había imaginado, habitaciones llenas de telas suaves y velas perfumadas… y sobre todo, el hombre que le gustaba, siempre a su lado.. los sirvientes la trataban con cortesía y amabilidad, pendientes de cada detalle, y ella se deleitaba con esa atención sin culpa, sintiéndose por primera vez cuidada, protegida, aunque fuera bajo las reglas estrictas de Theodore.
Se sentó junto a la ventana, dejando que la luz de la luna le acariciara el rostro, y sonrió para sí misma.
[Mi dulce prisión.. comida, lujos… y un hombre fuerte a mi lado cada noche.]
El pensamiento la hizo reír suavemente, sintiendo que por primera vez, la idea de estar encerrada no le resultaba insoportable… al contrario, era casi perfecta. Su corazón se aceleró al imaginar al duque caminando cerca, vigilándola, gruñendo suavemente si se atrevía a hacer demasiado.. Por un instante, todo lo demás desapareció: la familia Simpson, los rumores, los peligros… solo existía ella, su dulce prisión y el hombre que no podía dejar de pensar.